De visita apareció
sin energía y apagada.
Quedarse quería, pues venía preparada.
—¿Qué deseas? —dije yo,
pues contigo no contaba y me pillaste ocupada.
Y… sin tiempo de mirarla,
sin querer que se quedara,
ella sola se sentó, y allí se quedó.
—¡Ay, tristeza! ¿Qué te pasa?
Que apareces con tesón,
que mi vida entorpeces y me traes el desamor.
—No soy yo la que viene sola,
observa, mira en tu interior,
escucha la voz de tu alma.
Dime, ¿qué sientes? ¿Amor?…
Con mi presencia ayudarte quiero,
a que consciente seas de tus deseos.
Pues…
si yo no apareciera,
no pararías,
pues ni tiempo tendrías
de humedecer tus mejillas.
Toma el pañuelo del consuelo
para ver la realidad,
para aceptar el reto.
Y… cuando descubras lo que quiere tu corazón,
y recuperes la ilusión de seguir tu sueño,
en ese preciso instante
yo ya podré decirte
¡ADIÓS!
¿Quién soy?
Mi nombre es Aránzazu Rodríguez Suárez y soy natural de Gijón, Asturias, nacida en el verano de 1975. Educadora infantil, trabajadora social, mediadora familiar y coach especializada en inteligencia emocional y PNL.
A nivel personal, podría decirse que me gusta el arte desde la pintura; la comunicación desde la docencia y la poesía; y las relaciones humanas como base del enriquecimiento de las personas en sus procesos de interacción.
Me describo como una mujer sencilla y creativa, con muchas inquietudes. Tanto por mi trayectoria personal como profesional, siempre me he sentido atraída por las relaciones humanas y el trabajo con personas de todas las edades.
Soy una mujer muy emocional, donde las haya. He tenido, como cualquier persona, que lidiar con mi yo interior para poder compensar las tres partes del cerebro «el reptiliano, el límbico y el racional» y superar los obstáculos de la vida, siempre desde una perspectiva positiva, valorando lo bueno y mejor de cada momento. Puedo decir que, en la actualidad, he conseguido encontrar el equilibrio entre cuerpo, mente y corazón.