Verónica Gutiérrez decidió junto con su pareja trasladarse a vivir al campo, en concreto, a la casa de sus abuelos en La Güeria de Urbiés (Mieres). Para dar vida al pueblo primero decide poner en marcha un bar-tienda que ya está en funcionamiento. Su siguiente reto: atraer visitantes, para ello se ha puesto al frente de La Vallicuerra, un grupo de casas rurales rodeadas de bosques y montañas en pleno corazón del Valle de Turón.
-¿Cómo nace la idea de La Vallicuerra?
-Este complejo formado por cuatro casas rurales ya existía en el pueblo, pero llevaban tres años cerradas, sin actividad. Nos habíamos fijado en ellas antes incluso de meternos con el proyecto del bar-tienda, pero en aquel momento no nos decidimos. Luego las gestionaron unos chicos que vinieron de Mallorca y fue ahora, que estaban cerradas, cuando nos decidimos a dar el paso. Es nuestro siguiente reto. Nos ha llevado mucho trabajo ponerlas al día y hemos aprovechado para hacer varios retoques que las hacen más acogedoras.
-¿Qué tienen de especial estas casitas?
-Son cuatro casas, La Castañar, El Carbayo, La Faya y La Nozal, muy diferentes entre sí, pero con un elemento común, y es que están construidas con madera y piedra y tienen más de cien años de antigüedad. Los suelos, las vigas y el corredor de castaño se han conservado tal cual. Se ha conservado el carácter originario de cada casa, la decoración es rústica, alusiva a las tareas del campo y al pasado minero de esta tierra. Nuestra filosofía desde el principio ha sido el trabajar siempre con productores locales y artesanos por eso hemos contado con ellos para la decoración. Por dentro tienen todo tipo de comodidades. Las hay tipo cabaña, ideal para una pareja sola o con niño; y luego otras con capacidad hasta siete personas. Todas cuentan con cocina totalmente equipada, y lo necesario para alojarse de forma independiente. Hay también zonas de juego para los niños, libros, cuentos. Las mascotas aquí son bienvenidas.
“Este complejo está formado por cuatro casas rurales que tienen más de cien años. La decoración es rústica, alusiva a las tareas del campo y al pasado minero de esta tierra”
-¿Tienen espacios compartidos?
-Para las dos casas grandes sí hay un espacio común de barbacoa y merendero. El resto de las viviendas tienen su propia zona privada y aparcamiento.
-¿Qué se puede hacer desde aquí?
-Por aquí pasan varias sendas que atraen a muchos senderistas y ciclistas de montaña. Desde el alto de la Colladiella se pueden divisar los tres concejos de las cuencas -San Martín del Rey Aurelio, Aller y Mieres. Tenemos también un abundante patrimonio industrial. A lo largo de la Senda Verde hay varios museos al aire libre ubicados en lo que antes eran las minas de montaña. A unos 500 metros del pueblo, accesible para los niños, se encuentran las antiguas minas de El Mosquil, donde grandes y pequeños pueden disfrutar subiendo a una antigua locomotora, viendo diversas máquinas y edificios que hablan de nuestra historia reciente, previa a los pozos verticales que luego abrió Hunosa en toda la zona.
Tanto en primavera, cuando la vegetación está exuberante, como en otoño cuando el paisaje se tiñe de tonos ocres, las vistas desde aquí son una maravilla, un espectáculo para todos los sentidos.
-Pero en La Vallicuerra además de ofrecer alojamiento queréis hacer más cosas…
-La idea en este momento es alquilar las casitas, pero para el próximo año queremos organizar experiencias, talleres, actividades de agroturismo. Hemos limpiado el huerto y lo estamos preparando para sembrar ahora en invierno y continuar en primavera con la idea de que la gente se pueda abastecer durante su estancia con los productos naturales de la huerta. Los visitantes también van a poder conocer cosas curiosas de nuestras ovejas xaldas, raza autóctona asturiana; van a conocer y participar de tradiciones como el Amagüestu, el Samaín, la recogida de manzanas o cómo se hace la sidra. Lo que es el día a día de la vida en el campo. También ofreceremos visitas guiadas por los alrededores que hablan de nuestro pasado minero que no es solo Hunosa, Pozo Santa Bárbara o los castilletes. Todo empezó en las minas de montaña, en unas condiciones de seguridad y de dureza mucho peores que las que conocemos. Al desaparecer la actividad minera toda la zona se fue deshabitando.
-¿Hay algún negocio más en el pueblo?
-Está el bar-tienda La Caleyuca que lo regenta una parejina, el típico sitio donde puedes picar algo y comprar artículos de primera necesidad y luego están las casas rurales, no hay más negocios. La gente que vive aquí, -seremos unos treinta vecinos- trabaja en Mieres o en Oviedo, otros están prejubilados o son jubilados, hay algún ganadero y poco más. A ver si entre una cosa y otra la gente se anima a venir. Se sigue queriendo desconectar y para eso se buscan parajes tranquilos como estos: estamos a 25 minutos de Mieres, a unos 45 de Oviedo y disponemos de todas las comodidades.
-Una curiosidad, ¿de dónde viene el nombre de La Vallicuerra?
-Es el nombre del barrio donde se encuentran las casas y decidimos mantenerlo.