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sábado 27, abril 2024

Luulú Lemoni. Arte en las uñas

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Laura Vallés no solo diseña uñas, es una artista de la manicura, una pasión que le viene de antaño y que ha sabido convertir en su modo de vida. Combinaciones de ensueño, dibujos, miniaturas, stickers, son algunos de los elementos que hacen realidad el universo de Luulú Lemoni: press on nails -uñas de quita y pon- elaboradas a mano con diseños personalizados. Negocio pionero en nuestro país que desde la zona rural de Mieres llega a cualquier lugar de España e incluso de Latinoamérica.

Laura Vallés "Luulú Lemoni"
Laura Vallés

Aunque los productos para esmaltar las uñas como los conocemos hoy en día son un invento de los años veinte del pasado siglo, el cuidado de las uñas cuenta con más de siete mil años de antigüedad. La cantante Rosalía las volvió a poner de rabiosa actualidad convirtiéndolas en una puerta abierta a la imaginación y la creatividad, un lienzo perfecto para “vestir” las manos de manera diferente. Y aquí, Laura Vallés se encuentra como pez en el agua.

-¿Cómo surge tu interés por el press on nails?
-Siempre me ha gustado decorar y pintar mis uñas, eso me llevó a estudiar estética. Cuando en el centro nos prohibieron llevar las uñas pintadas y decoradas, verme con ellas cortas y limpias para mí fue casi un trauma. Sólo me quedaban los fines de semana en los que invertía un montón de tiempo para decorármelas y luego quitarlas para volver a clase. Me fijé que Rosalía en los conciertos cambiaba varias veces de uñas. Me puse a investigar y vi que en EEUU existían uñas de quita y pon, pero comprarlas y enviarlas hasta aquí costaba como unos 200€, un precio que no me podía permitir. Así que pensé que hacerlas no tenía que ser tan difícil.
Después de un tiempo practicando conseguí hacer el primer prototipo de uñas, me las puse, las llevé a clase y a todas mis compañeras les encantaron. En el centro teníamos una profesora de empresa muy buena con la que estábamos haciendo el proyecto y nos insistía en que fuera lo más real posible. Me animó a que escribiera a las empresas que comercializaban estos productos para informarme sobre el tema, que si eso no existía aún en España podía ser por dos cosas: porque no funcionaba o porque nadie hasta la fecha se había atrevido a hacerlo. En medio de todo esto llega la pandemia y todas las que estábamos estudiando nos quedamos sin prácticas hasta nuevo aviso. Sin prácticas no podíamos trabajar y aquello no se sabía cuánto tiempo iba a durar. Vamos, un desastre.

“Me fijé que Rosalía en los conciertos cambiaba varias veces de uñas, luego tenían que existir uñas de quita y pon”

-En estas circunstancias, ¿cómo acaba siendo realidad Luulú Lemoni?
-Mi profesora dijo que tenía un proyecto y un prototipo, que me lanzara y me animó a ir a Valnalón. De marzo a junio monté con ellos todo el proyecto, fui finalista de los Premios Semillero Valnalón. Dadas las circunstancias todo fue vía online, por ordenador y videollamadas. De junio a septiembre preparé el estudio desde el que trabajo. En paralelo tuve muchas dificultades en la recepción de los pedidos ya que todo venía de fuera, durante la pandemia falló el transporte… fueron unos comienzos un poco caóticos. Superado este escollo comenzamos a vender online el 31 de octubre de 2020 y hasta ahora. Mis primeros clientes fueron de Latinoamérica, allí estaban de moda este tipo de uñas y a finales de 2021 ya tenía clientes en España, hoy superan en número a los de fuera.

-Tu negocio es pionero en nuestro país, ¿qué es lo que hace a tu marca diferente?
-Empezamos casi en paralelo una chica en Cantabria y yo, pero ella ya cerró. Nos conocimos y compartimos experiencias mientras duró. Lo que más trabajo me costó fue dar a conocer el producto, que la gente pudiera visualizarlo porque no existía nada parecido en nuestro país. Y para ello fueron esenciales las redes sociales. Empecé a hacer directos con modelos de uñas, dibujitos, diseños. Aquí lo más parecido que había eran las uñas de pegar que se vendían en los bazares, pero esto era otra cosa, las uñas press on nails no se caen y tienen durabilidad.

“Ese tipo de uñas no las había en nuestro país, tenían que venir de EEUU y eso era muy caro. Así que pensé que hacerlas no tenía que ser tan difícil”

Laura Vallés "Luulú Lemoni"

-Tú además haces diseños exclusivos y personalizados. Añades el ingrediente artístico.
-Te confieso que yo no sabía hacer nada de esto, aprendí durante la pandemia. Pensé que si me iba a dedicar a esto tenía que hacerlo de forma personalizada y muy extravagante. Algo muy distinto a lo que se hacía habitualmente en un salón. Yo invertía un tiempo en hacer una creación -me podía llevar ocho horas-, y luego la clienta lo recibía en su casa sin tener que esperar sentada en una mesa a que se lo hagan.
Cuando di a conocer mis diseños muchas chicas manicuristas quisieron aprender, ampliar sus conocimientos, eso me animó a abrir la puerta a la formación. Desde el pasado año tengo una academia online.

-¿Cómo es el perfil de tus clientas?
-Normalmente es gente que las utiliza para un día ocasional: eventos, fiestas, una cena, Navidades, luego para su trabajo les molestan y no las lleva. Tengo muchas clientas drag queen, las chicas del “Gran Hotel de las Reinas” (show drag), por ejemplo, que buscan unos diseños más atrevidos; para los Carnavales en Las Palmas de Gran Canaria, las Fallas de Valencia…

-¿Tu empresa se ve muy afectada por la estacionalidad o mantiene un ritmo constante durante todo el año?
-Salvo el mes de agosto que es cuando la mayoría de la gente coge vacaciones y parece que se cuida menos, el resto del año se mantiene porque ahora además de la venta e incorporado la formación.

“Mis primeras clientas fueron de Latinoamérica, allí estaban de moda este tipo de uñas y a finales de 2021 ya tenía clientes en España”

-¿Se puede vivir solo de las uñas?
-Vivo de esto desde hace tres años. Al principio ganaba muy poco, solo me daba para cubrir gastos. Pero poco a poco fui cuadrando las cosas y ahora vivo sin problema.

-¿En qué te inspiras para crear estos diseños?
-En todo. Estoy continuamente buscando en Pinterest, investigando en Google, experimento con la combinación de colores, con frutas, con personajes de Disney. Si me piden por ejemplo unas uñas de la Bella y la Bestia, lo primero que hago es ver la película y de ahí extraigo conceptos de cómo quiero hacer esas uñas. Creo que la creatividad se entrena cada día y si la pones en práctica, la tienes.

Uñas Disney de diseño Luulú Lemoni

-¿Cuáles son las uñas más demandas?
-Las normales, francesas y pedrerías, como son de poner y quitar no molestan tanto. Los diseños elaborados son menos. Luego a las niñas pequeñas les gustan que les hagas una Barbie, princesitas, más mundo Disney. Otra cosa son los diseños que te encargan para Carnaval para coordinar con un determinado atuendo. Poder añadir mi diseño -que a lo mejor me lleva quince días hacerlo-, a un traje que se llevan currando ocho meses, me parece un lujo. Es un desborde de creatividad, me encanta hacerlos.

-¿Qué es lo que más te atrae de tu trabajo?
-El poder crear modelos originales de uñas, me parecen un complemento indispensable en cualquier look. Y luego otra cosa que he descubierto que me apasiona de mi trabajo es la formación. Cuando doy un curso y veo que ellas aprenden a hacerlo mejor que yo y de forma más rápida, me emociona y me hace sentir orgullosa. Soy feliz de poder trabajar en lo que me gusta. Me parece una suerte.

“Lo que más me atrae de mi trabajo es poder crear modelos originales de uñas. Me parecen un complemento indispensable para cualquier look”

-En España este fenómeno llegó un poco más tarde que en otros lugares, ¿crees que ha llegado para quedarse o será una moda pasajera?
-No te sabría decir. Si es un fenómeno pasajero ya vendrá otro nuevo. Yo ya estoy mirando otros tipos de uñas que ya funcionan en EEUU y puede que reemplacen a las actuales. Hay que estar continuamente actualizándose, pero no solo en el oficio sino también en la forma de comunicarse en las redes sociales. Todo está en continua evolución y hay que ir con los tiempos.

-¿Y cuáles son esas nuevas tendencias?
-Voy a empezar a trabajar con otro modelo de uñas y mantendré ambos diseños en paralelo. Estas nuevas son de gel, se puede igualmente hacer diseño sobre ellas, se curan con luz ultravioleta, son muy resistentes -pueden durar tres semanas- pero no son reutilizables. Están pensadas para esas clientas que buscan precisamente eso, unas uñas que duren como las de los centros de estética. Se pueden aplicar sin problema en casa y luego se retiran con un líquido especial que es como un aceite y te queda la uña como nueva.

Uñas de diseño Luulú Lemoni

-De la profesionalidad que has conseguido hasta el momento, ¿cuánto se debe a la formación y cuánto ha sido autodidacta?
-La formación me parece esencial y le he dedicado mucho tiempo. He invertido en formación casi más que en mi empresa En la pandemia no hice más que estudiar vía online: marketing, redes sociales, ventas, neuromarketing. Al final, además de tu profesión, tienes que hacer un poco de todo en la empresa. Contestando a tu pregunta diría que un 70% se debe a la formación y un 30% a mi actitud, las ganas, el defender las ideas hasta el final, saber moverte.

-Te he oído decir que uno de tus mayores retos fue dar el salto a las redes sociales, elaborar tus propios contenidos.
-Sí, ese mundo era totalmente desconocido para mí. Sólo pensar que me vieran mis vecinos o que si la cosa salía mal se iban a reír de mí, me daba mucha vergüenza. Al final fue todo lo contrario, cuando la gente ve que le pones todas las ganas del mundo te apoyan.

“He invertido mucho tiempo y dinero en formarme, aún lo continúo haciendo. Hay que estar en constante evolución”

-¿Cuál ha sido lo más difícil a lo que te has enfrentado como emprendedora?
-Uno de los mayores problemas que tuve a nivel empresarial fue la huelga de repartidores, fue un caos total: unos paquetes perdidos, otros parados, clientes esperando… A nivel personal lo más difícil fue cuando empecé a hablar en público, dar charlas o cursos de formación. Eso de subirte a un escenario me recordaba a cuando te sacaban a la pizarra y te temblaban las piernas. La vergüenza me duró poco tiempo. Si quería sacar mi proyecto adelante tenía que darle visibilidad y enfrentarme a estos temores, no me quedaba otra. Hoy lo agradezco, la gente dice que se me da muy bien comunicarme.

-¿Cómo valoras tu ritmo de crecimiento? ¿Va según lo esperado?
-Con mucho vértigo. A veces pienso que esto va muy rápido y echo el freno. El primer año costó sacar el proyecto adelante, el resto ha sido muy equilibrado y positivo. Ahora estoy realizando unas gestiones para poder abrir físicamente un centro de formación presencial. Cada vez que me planteo dar un paso adelante me gusta sentarme, reflexionar y masticar bien lo que voy a hacer. Este proyecto del que te hablo lo tenía en mente, pero para el próximo año… y ya ves. También pienso que hay que saber aprovechar las oportunidades que te trae la vida, pero al ritmo que tienes que ir. El crecimiento es algo sano, pero tampoco quiero morir de éxito, ten en cuenta que soy una sola persona para hacerlo todo.

-¿Te han parado alguna vez en la calle para preguntarte por tus uñas? ¿Tienes alguna anécdota?
-Mi madre antes trabajaba en una tienda de saneamientos. Un día entró un matrimonio con una hija adolescente que quedó enamorada de las uñas de mi madre. Ella le dijo que se las había hecho su hija. La chica comentó que seguía a una en Instagram que se llamaba Luulú Lemoni que hacía unos diseños preciosos, tenía muchos seguidores, pero que debían de ser muy caras. Mi madre dijo que esa era su hija y le enseñó mi foto. La chica, toda ilusionada, dijo si podía conocerme en persona y quedamos emplazadas para vernos.

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