Este empresario junto con su socio, Ramón Torrecillas, crean Advanced Glass Solutions, spin-off que tiene como objetivo el desarrollo de soluciones antimicrobianas con materiales inorgánicos, no tóxicos y medioambientalmente sostenibles. Una alianza entre ciencia y empresa que después de muchos años de investigación espera estar en el mercado en los próximos meses.
Después de trabajar en el departamento de I+D de Duro Felguera y en la Empresa Nacional Santa Bárbara, en el 96 este ingeniero industrial da el salto al mundo empresarial con Socinser, una empresa especializada en el desarrollo de materiales para el sector quirúrgico. Después de veintidós años de crecimiento sostenido, varios premios a la innovación, al desarrollo tecnológico y a la trayectoria empresarial, la crisis económica obliga al cierre de la empresa. Lo que no es impedimento para que González, siga pensando en otras ideas que aporten al mercado algo distinto.
-No puede negar que tiene usted el instinto empresarial en sus genes…
-Tengo 62 años y llevo en el sector de la salud más de treinta. Miro hacia atrás y veo que en aquella crisis todo se produjo a gran velocidad. Vender a la sanidad pública y no cobrar en los plazos razonables era algo normal, pero cuando eso coincide con que la banca no puede soportar el retraso en los pagos, cierra el grifo y eso hace que proyectos claramente viables y ejemplares, se conviertan en inviables. Hace tan solo unos meses que he terminado la liquidación de Socinser.
“El mercado de la salud está bajo un protocolo muy riguroso. Es absurdo que se empeñen en apurar los plazos para obtener la vacuna contra el Covid-19 porque no es cosa de quince días, lleva sus propios formulismos y ensayos clínicos que van a exigir meses”
Me dedicaba a diseñar y distribuir prótesis quirúrgicas y uno de los problemas que existían y aún existen a día de hoy con estos implantes, es que entre un 2% y 3% de pacientes sufren aflojamientos debido a las infecciones, lo que obliga a sustituirlos al cabo de un cierto tiempo. Me interesaba investigar este tema y tenía una buena amistad con Ramón Torrecillas, director del Centro de Investigación de Nanomateriales y Nanotecnología (CINN) en El Entrego. Él fue quien me acercó al mundo de los materiales antimicrobianos. Su equipo llevaba catorce años trabajando en el desarrollo de materiales vitrios y nanopartículas que tienen una función especialmente efectiva en el tratamiento antimicrobiano. Así que decidimos constituir una sociedad para hacer llegar este producto con múltiples aplicaciones al mercado de la salud.
-La crisis del Covid-19 está sirviendo de impulso a proyectos biosanitarios como el suyo.
-El Covid-19 está ayudando a sensibilizar a la opinión pública del riesgo de los contagios y de que para evitarlo hay que ponerse mascarilla, lavarse las manos, guardar la distancia de seguridad… Creo que ahora tenemos un viento favorable, pero eso no nos llevará al éxito si no disponemos de los recursos necesarios y de una definición precisa y realista de la estrategia empresarial a seguir. Ese es al menos mi compromiso ahora, ofrecer a mis socios una visión del escenario que tenemos por delante para poder buscar la financiación necesaria. Todo el mercado de la salud está bajo un protocolo muy riguroso de tiempo y resultados, como es lógico. Es absurdo que se empeñen en apurar los plazos para obtener la vacuna contra el Covid-19 porque no es cosa de quince días, lleva sus propios formalismos, ensayos clínicos que van a exigir meses. Son procesos que tienen un nivel de intervención por parte de las autoridades muy riguroso y, además, es caro porque implica costes de pruebas y obtención de resultados. Nuestro producto ha demostrado su valía en el entorno experimental del laboratorio, se han hecho ensayos directamente con el coronavirus en hospitales de Madrid y el Hospital Monte Sinaí de Nueva York. Tiene cimientos sólidos y demostrables, pero para llegar al mercado ha de recorrer aún un largo camino. Una cosa es acreditar su valía y otra venderlo.
“Suministramos aditivos antimicrobianos para que se apliquen a otros productos y esto es un campo por explorar”
-¿Cuánto tiempo calcula que pueda llevar este proceso?
-Estoy haciendo un estudio pormenorizado de las oportunidades de negocio que podrían surgir a partir de este producto que básicamente es preventivo y en eso el mercado tiene que traccionar de alguna forma. Proponíamos hace meses a una importante empresa de pinturas mezclar nuestro producto antibacteriano con su pintura y nos decía que nadie demandaba algo así. Ahora nos llaman interesados porque hay sensibilidad en el mercado. Estoy buscando otras alianzas, por ejemplo, con la industria de los plásticos. Suministramos aditivos para que lo apliquen a otros productos y esto es un campo por explorar. Necesitamos entre quince y dieciocho meses para probar, ajustar y contrastar las dosis para esa empresa de pinturas. Luego está la parte regulatoria. Estoy en contacto con varias consultoras especializadas y creo que no consigamos homologar el material antes de un año. Queda mucho trabajo por hacer, poco valorado pero necesario para poner el producto en el mercado.
-Este producto es patente asturiana y la empresa además está ubicada en El Entrego. ¿Cree que como sociedad valoramos las iniciativas made in Asturias?
-Esta empresa nace como consecuencia de los trabajos que se llevaban realizando en el centro de investigación de nanomateriales ubicado en El Entrego. El soporte intelectual de todo esto, es el grupo de investigación del CINN que además cuenta con el apoyo del CSIC y de la Universidad de Oviedo. Nos instalamos allí para tener proximidad con nuestra célula matriz. Somos una spin-off, una empresa que surge en el seno de un instituto de investigación que quiere trasladar todo ese conocimiento a la empresa, a aplicaciones prácticas que es lo que estamos estudiando en este momento. Y para adaptar ese conocimiento y esos resultados a las necesidades de cada industria hemos de trabajar juntos.
“Como región y como país no nos sentimos orgullosos de lo que somos capaces de hacer y es una lástima porque se están haciendo cosas muy importantes”
Respecto a la valoración, creo que como región y como país no nos sentimos orgullosos de lo que somos capaces de hacer y es una lástima porque se están haciendo cosas muy importantes. He viajado mucho y he sentido el orgullo del francés, del alemán, del inglés por lo suyo, algo que nosotros históricamente no hemos hecho. En Asturias hay una importante estrategia empresarial basada en un fuerte componente de I+D que habría que poner en valor.
-¿Qué nuevas oportunidades cree que pueden surgir a partir de esta crisis? ¿Por dónde surgirá la reinvención?
-Hay sectores que van a salir muy tocados de todo este proceso. Yo que me he movido en el campo de la sanidad, la primera sensación que me llega es que van a emerger más herramientas para ayudar al control de los pacientes, para visualizar y monitorizar a distancia, nuevos sistemas sensores que permitan hacer diagnósticos más rápidos. Se acabaron las largas estancias en el hospital, surge la permanencia en el propio domicilio con seguimiento puntual. Tenemos que concienciarnos de que la sanidad es muy cara y hay que valorarla. Creo que surgirán nuevas fórmulas que hoy no nos hemos planteado. Esto en cuanto al sector de la salud que es el que conozco, en otros terrenos no me atrevo a aventurarme.