Esta doctora en ingeniería industrial, con una larga trayectoria en investigación y docencia, decide utilizar las nuevas tecnologías para mejorar la vida de las personas, en concreto de los mayores. Con esta filosofía, en mayo de 2018 funda i4life en el Parque Científico Tecnológico de Gijón y forma un equipo multidisciplinar para poner toda esta idea en marcha.
A principios de este año la empresa obtiene el Premio Emprendedor XXI, impulsado por Caixa Bank, por el diseño de su Bastón Inteligente Pauto que permite a los afectados de Párkinson, Alzheimer, demencias o ictus, poder salir a la calle tranquilos y estar geolocalizados en todo momento tanto por sus cuidadores, como por el médico si fuera necesario. Gracias también a este diseño, i4life ha sido seleccionada para representar a Europa en la final de los Premios Innovación Social de Mapfre que tendrá lugar el próximo mes de octubre en Madrid.
Ingenieros, investigadores, consultores, médicos y psicólogos con sobrada trayectoria y experiencia demostrada, forman parte de este equipo de profesionales empeñados en promover la llamada “Medicina de las 4P”: Preventiva, Predictiva, Participada y Personalizada.
-¿Cómo surge la idea de esta aventura empresarial dirigida especialmente a las personas mayores?
-A nivel personal nos encontramos con una enfermedad en la familia y nos damos cuenta de que el sector de los seniors no está atendido por el mercado. Tienen una serie de problemas materiales y necesidades que no están cubiertas porque no hay tradición de atenderles. Comprobamos que con cosas muy fáciles de diseñar y de usar pueden tener una calidad de vida mejor. Aquí es donde surge el proyecto, a través de dispositivos y software desarrollamos soluciones que favorecen el envejecimiento activo.
-¿Qué acogida están teniendo sus productos en el mercado?
-Muy buena. Hemos lanzado al mercado el bastón inteligente, que en un principio fue diseñado para personas con Alzheimer o Parkinson pero, que no deja de ser un bastón geolocalizador que lleva incorporado el botón de la Cruz Roja encima y eso le sirve para estar en contacto con su médico y cuidador o familia. El lanzamiento oficial iba a ser en abril y nos pilló a todos confinados en casa, así que frenamos un poco toda la campaña por toda la incertidumbre que se generó en el entorno.
El segundo producto que diseñamos es un dispositivo conectado con el médico dirigido a enfermos crónicos respiratorios que actualmente se encuentra en fase de certificación. Estamos trabajando para que también lo puedan utilizar enfermos afectados con Covid-19 que están aislados.
-¿Cómo se llevan los mayores con las nuevas tecnologías?
-Tenemos un lema en todo lo que hacemos y es que sean cosas fáciles de usar. Como diseñamos en contacto con los propios usuarios te lo comentan enseguida: ‘esto no lo entiendo’ o ‘¿no se pueden poner los números más grandes’? Lo que le falta a la gente mayor con respecto a la tecnología, es confiar en que sí pueden. Si un niño de un año es capaz de cogerte el móvil y hacer el patrón para entrar e ir donde quiera, una señora de 80 años puede hacerlo. La diferencia es que el niño no tiene miedo y el mayor sí.
“Creo que es necesario implantar sistemas más ágiles para el seguimiento de enfermedades crónicas y poner el foco claramente en los mayores, son los grandes olvidados”
-Comenta que el Covid-19 les supuso un parón en el lanzamiento del producto, pero parece que las circunstancias vividas con el coronavirus y la gente mayor, los grandes olvidados, les anima a seguir trabajando en este camino.
-Que son los grandes olvidados es algo que podemos ver hoy, pero también te lo hubiera dicho si me entrevistas antes de que empezara todo esto del coronavirus. Creo que es necesario implantar sistemas más ágiles para seguimiento de enfermedades crónicas y poner el foco claramente en ellos. Nos lo han dado todo y tenemos la responsabilidad de corresponderles. Esta empresa fue diseñada pensando en ellos. El Covid-19 demostró que eran vulnerables y que necesitaban cuidados, nosotros nos pusimos a trabajar antes.
Por ejemplo, el pulsiómetro que te comentaba antes, vale para cualquiera que tenga Covid-19 pero, no fue diseñado con ese fin, sino pensando en los mayores. Hay una regla de diseño universal que dice: diseña para el mayor y tendrás un producto que servirá para todos. Se trata de integrar entendiéndoles.
-¿La empresa tiene abiertas más líneas de investigación?
-El destino al que van dirigidas las líneas de investigación es gestionar en modo remoto a todos los enfermos crónicos mayores. Una problemática que tienen este tipo de enfermos es que no solo tienen una patología, sino dos o tres con necesidades cambiantes. ¿Cómo se gestiona eso? Pues que a esa persona la tienes que llevar a tres especialistas y a cada uno le has de explicar lo que te ha dicho el otro. Una tarea complicada que consume recursos personales, económicos, de tiempo y además es algo ineficiente para el enfermo. Si se pudiera tener en casa un sistema de monitorización de los parámetros que interesan de ese paciente, y estuvieran conectados en remoto con los tres especialistas, se ahorraría mucho tiempo. Esto, en el contexto actual en el que los centros de salud, debido al coronavirus, tienen restringidas las visitas y prácticamente la atención es telefónica, imagínate cuanto se ahorraría si al médico le llegan datos fiables para hacer un seguimiento del paciente y luego le atendiera de forma telemática. Eso ayudaría mucho al sistema de salud y por supuesto, a los enfermos.
-La crisis financiera de 2008 puso a prueba la solidez y flexibilidad de las empresas para salir adelante. ¿Cree que nos encontramos ante un escenario similar? ¿Servirán las mismas fórmulas para salir adelante?
-Esta es mi primera experiencia empresarial, no sabría qué decirte. Soy profesora de la Universidad de Oviedo, y desde septiembre trabajo a tiempo parcial para poder dedicarme más de lleno a esta aventura. Tengo la sensación de que esta crisis tiene unas características especiales porque no solo afecta a la economía sino a la salud, impacta en todos. Creo que el confinamiento, aunque no seamos conscientes, nos ha cambiado mucho. Vivimos con un grado de incertidumbre al que no estamos acostumbrados y eso no solo afecta al trabajo, que es algo muy duro, sino también a tu vida, a tu salud…, creo que es algo muy complicado.