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miércoles 5, marzo 2025

Agroturismo Lebredo, mucho ingenio en el Occidente astur

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Insiste en decirme que es una persona normal y corriente, y que su proyecto no tiene nada del otro mundo. «En mi vida una cosa me ha ido llevando a otra. Soy una persona inquieta, buscadora, a la que no le asustan los cambios. Me dejo en ellos y al final siempre se me ocurren cosas, soy muy creativo».

Se denomina persona emprendedora aquella que utiliza sus habilidades y destrezas para diseñar, lanzar y administrar un nuevo negocio. José Antonio Lebredo es un emprendedor nato.

-¿Cómo un informático decide emprender una aventura en el campo?
-Pues una cosa fue dando paso a otra, no fue esta la idea inicial. Nací en Villacondide, un pequeño pueblo del concejo de Coaña. En casa había la típica ganadería pequeña. Mis padres tenían unas catorce vacas que servían para el sustento familiar. Yo desde pequeño amaba la electrónica, se me daba muy bien, aprendí muchas cosas, pero de forma autodidacta. Casi sin buscarlo me ofrecen un trabajo en una tienda de informática de Navia para arreglar ordenadores y acepto. Mis padres se jubilaron y para no dejar las tierras abandonadas pensé en plantar eucaliptos, pero cuando fui a pedir permiso a la consejería me dijeron que estaban subvencionando manzanos, es decir, te daban las plantas gratis. Así que planté manzanos de sidra. Seguí trabajando en la informática y en paralelo continué plantando hasta conseguir una pumarada muy maja. Cuando los árboles empezaron a dar sus frutos decido dar un cambio, dejo los ordenadores y me dedico por completo al campo.

José Antonio Lebredo., fundador de Agroturismo Lebredo
José Antonio Lebredo.

-¿Cuándo entran en esta ecuación los gochos asturceltas?
-Pues también por casualidad. Todo parecía ir bien hasta que empiezan a aparecer por la finca varios ejemplares de rata topo, consulto a los del Serida y me dicen que hay plaga. Me informo para ver qué medidas puedo tomar y me entero de que los gochos asturceltas, raza autóctona en peligro de extinción, funcionan muy bien en estos casos: pisan el terreno, cuando ven tierra movida van rápidamente a ver qué hay y eso a las ratas topo no les gusta nada. Aquello fue mano de santo. Lo que sí hay que tener cuidado es en rotarles de un sitio a otro para que no se coman los manzanos. Así que me dediqué a la cría de gochos asturceltas: vendía los cochinillos a los restaurantes y el cerdo a los carniceros. Es una especie muy preciada.

-¿Los alimentabas de forma ecológica?
-No, porque resulta muy caro y tal y como pagan la carne, no te salen las cuentas. Llega la pandemia, le sigue la guerra de Ucrania, el pienso se pone por las nubes, el precio de la carne baja y pensé que había que buscar salidas. Empecé a oír hablar de agroturismo, de las visitas guiadas a los llagares, a las pumaradas, y decidí probar, soy una persona muy emprendedora, muy curiosa. La bajada de precios también afectó a la manzana y subió el coste de la recogida, con lo cual el margen que me quedaba era muy pequeño. En 2024 decidí no recoger (era un año de poca producción) y antes de malvenderlo una parte se la di de comer a los gochos y con la otra quise hacer zumo. Yo no tengo para pasteurizar, pero descubro un obrador en Ribadeo (Lugo) donde llevas la manzana, te hacen el zumo y te lo envasan con registro sanitario. Con la carne de cerdo asturcelta, conseguí que un amigo me hiciese embutido que es lo que utilizo para hacer la degustación.

-¿Qué ofreces en esta visita guiada?
-Por solo 10 € ofrezco un paseo por la pumarada para ver las diecisiete variedades distintas de manzana. Dependiendo de la época del año se pueden ver en floración o listas para su recogida. La finca la tengo adscrita al sello de Denominación de Origen Protegida, creo que soy de las primeras personas que lo solicitó, eso quiere decir que toda la finca está sometida a una serie de auditorías para garantizar el nivel de calidad del producto y el correcto mantenimiento de la finca.
Los gochos son muy sociables, cariñosos, se dejan acariciar. A los visitantes les cuento curiosidades de la cría de estos animales. Luego, les ofrezco una pequeña degustación de zumo de manzana 100% natural cogidas de estos árboles (también tengo para llevar); sidra del llagar donde me recogen a mí la manzana, en este caso es Sidra Menéndez; embutido de gocho asturcelta casero, que también pueden llevarse, y queso artesano de la zona. Detrás de cada producto se esconde una historia que a mí me encanta contar, me gusta mucho el trato con el público. Aquello tuvo muy buena acogida, en el primer mes agoté las existencias de zumo de manzana y tuve que aumentar la producción. Pasó lo mismo con el embutido, pero pronto tuve que meter cambios.

-¿Qué pasó?
-Otra nueva aventura. El precio de la manzana siguió bajando, los abonos ecológicos y la recogida de la manzana estaban por las nubes, y aquello resultó inviable. Reservé parte de la producción para hacer zumo y el resto de terreno decidí aprovecharlo para plantar aguacates.

-¿Se daban bien por aquí?
-No lo sabía, fue todo un experimento. Tuve que reservar la planta con dos años de antelación, pedir permiso para hacer una caseta de riego, hacer un pozo, preparar la finca, eso exigió mucho papeleo, plazos y paciencia. Según mis cálculos al quinto año empezaría a recoger frutos, pero para mi sorpresa en el segundo ya recogí cerca de dos toneladas de rico aguacate.

-¿Tienen producción durante todo el año?
-Prácticamente, porque el aguacate está en su punto cuando cambia de color, eso indica que tiene suficiente grasa y lo puedes coger. Si no te interesa cogerlo, lo puedes dejar tranquilamente en el árbol hasta tres meses, y cuando lo separas y le cortas el rabito, es cuando empieza a madurar. Tiene un proceso muy curioso. El aguacate también entró a formar parte de la degustación y también empecé a venderlo.

En Agroturismo Lebredo también comercializan setas Shiitake.
En Agroturismo Lebredo también comercializan setas Shiitake.

-¿Es rentable su comercialización?
-De momento sí, es un producto muy demandado y, además, lo pagan bien. También lo compra la gente que viene a las visitas. Veremos a ver qué pasa este año porque su producción es como la manzana.

-¿Por qué es tan difícil vivir del campo?
-Hablan mucho de conservar la vida de los pueblos, de atraer población, pero la realidad es que todo son trabas. La burocracia que te exigen para hacer cualquier cosa es impresionante y ahí es donde uno se desmoraliza. Fíjate que para sacar adelante los aguacates tuve que pedir permiso a seis organismos que se dice pronto, con sus correspondientes plazos. Al final conseguí no solo esto, sino también una ayuda para cerrar la finca e impedir el paso de jabalís y corzos y también beneficiarme del Kit Digital que daban a las empresas, así me pudieron hacer la web Agroturismo Lebredo. En ella se pueden hacer las reservas y realizar los pagos. Tengo la esperanza de que las visitas despeguen este verano.

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