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domingo 24, noviembre 2024

Ana Concejo, presidenta de Valnalón. Valnalón, treinta años al servicio de la empresa asturiana

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El pasado mes de abril la Ciudad Industrial del Valle del Nalón cumplió tres décadas y lo hizo poniendo en valor el camino recorrido: 729 empresas a las que han ayudado a nacer y una apuesta clara por la innovación, la formación y el apoyo a los emprendedores.



La Ciudad Industrial Valle del Nalón (Valnalón) se puso en marcha en el año 1.987 como un proyecto del Principado de Asturias y dependiente de la Consejería de Industria, Empleo y Turismo. El objetivo no fue otro que regenerar, promocionar y dinamizar el tejido industrial de la zona muy vinculado al sector minero. A día de hoy, cumplidos ya los treinta años de andadura, Valnalón se ha ganado un prestigio tanto dentro como fuera de nuestra región como un modelo efectivo.
Por primera vez desde su nacimiento, Valnalón está presidido por una mujer: Ana Concejo. La directora general de Innovación y Emprendimiento aspira no solo a mantener el legado heredado sino a aportar su granito de arena para que Valnalón tenga un nuevo impulso.

-¿Qué aportó en sus inicios Valnalón al sector empresarial de Asturias?
-La primera reflexión que hay que hacer a nivel general es que, en su momento, Valnalón fue un proyecto innovador y hay que entenderlo y contextualizarlo en el momento en el que nace. Desde el punto de vista político se vio la necesidad de diversificar económicamente una región que tenía sus sectores principales en crisis y, además, vinculados a empresas de un tamaño importante. Era necesario hacer una diversificación económica pero también generar un tejido de emprendedores, pymes y micro pymes que permitieran avanzar en una época de crisis. Esto, hace treinta años en Asturias, tuvo un impacto en cuanto a la mentalidad que se tenía de cómo debía ser el desarrollo económico. Si además el lugar donde se decide desarrollar este proyecto es Langreo, una zona muy focalizada al sector minero, el impacto es todavía mayor. De ahí que Valnalón naciese con mucha crítica en el territorio. Lo que hoy damos como algo totalmente consolidado y que ha sido replicado por otros centros tanto dentro como fuera de nuestra región, no estuvo exento de polémicas por lo cual hay que poner en valor a los que en su momento apostaron por dar ese paso.

Centro de Empresas de Valnalón
Centro de Empresas de Valnalón / Foto: Valnalón

-¿Hay que hablar de Valnalón como ejemplo de innovación y emprendimiento?
-Por supuesto. A lo largo de los años se han ido desarrollando varias líneas de trabajo que me gustaría destacar. La primera sería la de la promoción de los emprendedores que es un poco el origen de todo, generar cultura emprendedora y hacer todo el proceso de acompañamiento desde que se tiene la idea hasta lo que sería la gestión de las ayudas. El segundo punto a destacar es que todo esto ha ido creciendo con el paso de los años y se ha ido creando una red que nadie pone en duda y que está bastante bien articulada en cuanto a colaboración. Lo que hace Valnalón es generar una línea de apoyo desde que se tiene una idea y un proyecto hasta que empieza a tener visos de realidad. Uno de nuestros elementos significativos es que se imparten unas horas mínimas de formación para los emprendedores porque, muchas personas que llegan con una iniciativa empresarial son buenos técnicos, pero poner en marcha ese proyecto requiere formación en otros aspectos que ellos no dominan y tampoco se pueden permitir contratarlos externamente. Asesorar desde el punto de vista económico, comercial, márketing, redes sociales y, sobre todo, asesorar en la necesidad de reflexionar acerca de todo esto es muy importante para que un proyecto tenga éxito.
-¿Cómo consiguió la iniciativa langreana generar una cultura de innovación?
-El análisis que hizo Valnalón es que, para que exista una innovación, necesitamos que la gente tenga una actitud de emprender. Muchas veces tenemos negocios o ideas y proyectos que surgen de la necesidad y más en época de crisis donde el mercado laboral no es capaz de dar respuesta a las demandas de la población. Ante esta situación la gente empieza a pensar que puede generar su propio empleo y la utopía es una alternativa pero, sobre todo, es muy importante que haya una mentalidad desde el inicio, de que no es necesario trabajar siempre por cuenta ajena. Tenemos capacitaciones y aptitudes suficientes como para poder hacer realidad un sueño pero se requiere un compromiso muy especial con la idea que se tiene para que pueda tener éxito.
Había que generar esa cultura en la sociedad asturiana y ahí es donde se origina todo un programa de educación emprendedora y, el gran éxito de Valnalón, es haber sido capaz de desarrollar todo un proceso educacional que llega a todas las edades y que va generando esa cultura emprendedora en Asturias.

«Al igual que tenemos un proyecto de cultura emprendedora asimilado completamente por la región, queremos que esto derive a un proyecto de cultura innovadora»

-Uno de vuestros sectores más destacados es el formativo, ¿en qué proyecto estáis centrados actualmente?
-Hay un programa que consideramos de gran importancia que es el programa Petit (Proyecto Educativo de Tecnología, Innovación y Trabajo). Es un proyecto piloto dirigido a jóvenes de entre 13 y 15 años en el que se cultivan las capacidades tecnológicas, la innovación, el generar prototipos. Es algo que nos interesa trabajar porque hay que tener en cuenta que vamos a desarrollar un plan de ciencia y tecnología y que las vocaciones tecnológicas y científicas hay que fomentarlas, porque tenemos necesidad de ello desde el punto de vista del empleo y también desde el punto de vista del avance social. Ahora mismo el programa se está desarrollando y todavía no está muy implantado en los centros, lo que queremos es reforzarlo de cara al curso del año que viene.
Al igual que tenemos un proyecto de cultura emprendedora asimilado completamente por la región, queremos que esto derive a un proyecto de cultura innovadora.
-Dentro de vuestro modelo educativo destaca el formato de cooperativa. ¿Qué aporta a los jóvenes?
-La cooperativa aporta un modelo de innovación y concienciación social. Por un lado permite esa reflexión sobre un modelo que ha demostrado como fórmula empresarial que, en tiempos de crisis, suele aguantar mucho más el empleo porque hay un compromiso mayor y que, además, da mucho juego en las aulas. Si el proyecto es personal e individual la relación con otros compañeros y compañeras del aula es inexistente. Si se hace en cooperativa, colaborando todos, permite trabajar otra serie de habilidades y competencias en los escolares que también son muy importantes.

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