A medida que las empresas incrementan su compromiso respecto a temas sociales y medioambientales crece la necesidad de comunicar sus acciones y auditar su compromiso a través de diferentes certificaciones.
Juan Lucas García, responsable de Aenor en Asturias explica las diferentes opciones de visibilizar la RS.
-¿Con qué tipo de certificaciones visibilizan su compromiso las empresas y organizaciones asturianas?
-El principal modelo de gestión para la RS es el estándar IQNet RS10, que está basado en la norma internacional ISO 26000 de Responsabilidad Social. Esta norma permite ordenar e integrar todas las actuaciones de las empresas en esta materia de una manera sistemática, buscando siempre la mejora continua y con un compromiso claro y evidente de la alta dirección.
Las empresas y organizaciones que se centran en aspectos concretos tienen a su disposición una amplia variedad de normas y modelos: desde ISO 14001, el reglamento EMAS o la verificación de la huella de carbono para todo lo relacionado con la gestión medioambiental, hasta normas y modelos centrados en las personas, como puede ser los recogidos en el estándar OHSAS 18001 de seguridad laboral, el modelo de Empresa Saludable o el modelo EFR de Empresa Familiarmente Responsable.
También hay que tener en cuenta que las principales normas y modelos de gestión de calidad, como ISO 9001 o el modelo EFQM, incorporan entre sus requisitos aspectos muy vinculados a la responsabilidad, por lo que constituyen un excelente punto de partida para que cualquier empresa pueda aproximarse a prácticas responsables de gestión de una manera natural.
-¿Existe también un marco estándard a la hora de rendir cuentas?
-Por lo que respecta a la presentación de sus resultados, el esquema más utilizado es el contenido en la iniciativa Global Reporting (GRI), un modelo que acota los indicadores de sostenibilidad de cualquier organización y permite hacer públicos los resultados obtenidos en torno a las tres grandes dimensiones corporativas de la RS: dimensión económica, dimensión social y dimensión ambiental.
-¿Cómo está el nivel de la región en estas cuestiones?
-Asturias es una comunidad pequeña y el tejido empresarial siempre ha estado muy ligado al territorio y cercano a las demandas e intereses de las partes interesadas. En este sentido, sí podemos afirmar que la empresa asturiana, en la mayoría de las ocasiones, es responsable. Si nos ceñimos estrictamente a las certificaciones que poseen, el potencial de mejora siempre está ahí y está cada vez más presente en la agenda empresarial. Así, iniciativas como el Instituto de Responsabilidad Social promovido por el Club Asturiano de Calidad o los distintos proyectos que pone en marcha la Federación Asturiana de Empresarios en la materia constituyen un buen ejemplo de la importancia creciente que la responsabilidad social está adquiriendo en el mundo corporativo.