Según su propia definición, lo que hay en Valnalón es ‘una suma de actividades pensadas para conseguir la mejora de las condiciones de las empresas’. Son actividades que se engloban bajo el ala de la Ciudad Industrial de Valnalón, ubicada en los edificios que antaño ocupaba la siderúrgica.
Hablamos de Incub@tic, la primera incubadora de empresas TIC de la región (Tecnologías de la Información y la Comunicación), el Centro de Empresas, el Semillero de Empresas, un Centro Nacional de Formación ocupacional, la fábrica de software Capgémini, una Escuela de Hostelería, un Centro de Formación profesional, un Telecentro y un Centro SAT. «Fundamentalmente tratamos de que las empresas tengan un espacio digno para desarrollar su actividad, que tengan posibilidad de formación para su gente y servicios de apoyo. Desde aquí no sólo ayudamos a la creación de empresas, sino que asesoramos a las ya creadas a la hora de acceder a ayudas puntuales. Somos un punto de apoyo».
Algunos apartados, como la Escuela de Hostelería o el Museo, revierten en el desarrollo general de toda la zona; otras entidades, como el Centro SAT, apoyan la implantación y el fortalecimiento de nuevas tecnologías. El Polígono está situado prácticamente en la zona urbana. En un tiempo fue un espacio al que sólo accedían los trabajadores. Ahora, se ha conseguido una mayor integración, y se ve con naturalidad cómo los ciudadanos entran para hacer uso, por ejemplo, de las instalaciones del Telecentro. «Antes los cientos de trabajadores que salían de las instalaciones iban vestidos con un mono; ahora simplemente llevan colgada una tarjeta de identificación», y se comunican con la ciudad mediante un pasadizo. La cercanía de ambas realidades es importante, la integración se aprecia como un factor fundamental. «La gente tenía que ver esto, había que buscar la manera de que entrasen a conocernos. Y no sólo los vecinos de la Cuenca, sino visitantes de fuera que nos den su punto de vista. Ese aspecto es muy importante».
Fue concebido como una gran Ciudad que albergase empresas creadas al lado de semilleros empresariales, guiados y aconsejados por la mano experta de Valnalón y sus asesores. También se concede importancia especial a la formación de los trabajadores.
-La Ciudad Industrial de Valnalón cuenta con la particularidad de albergar a la ciudad tecnológica, un hecho que la diferencia de otros polígonos asturianos. ¿Qué características particulares le imprime?
-Nosotros en principio nos planteamos hacer algo distinto a un polígono industrial, por eso lo llamamos Ciudad. Con el tiempo se ha transformado en una Ciudad Tecnológica porque ahora mismo, de las casi mil quinientas personas que trabajan aquí, la mitad lo hacen dentro del sector de las nuevas tecnologías. La idea era hacer algo distinto a un polígono industrial, que hubiera empresas industriales pero también formación para los trabajadores y creación de empresas, que era fundamentalmente nuestro trabajo; pensamos incluso que hubiera una Escuela de Hostelería, para dar servicio a un sector que se suponía entonces que podía tener futuro.
-Y además, espacio para un museo, que se consolidó un poco más tarde.
-Ya en aquel momento se hablaba del Museo de la Industria, está en los documentos del año 84 y 85, pero nos pareció más importante dedicarnos en aquel momento a generar tejido industrial, dado el grave problema que había de desempleo.
-Valnalón nace de aquella crisis de los ochenta y empieza a desarrollarse. ¿Llegan a absorber toda la actividad económica que quedó en el aire?
-En este mismo espacio en los años cincuenta trabajaban cuatro mil personas, y cuando se cerró la fábrica a principios de los ochenta trabajaban ochocientas personas aquí dentro. Nosotros empezamos a trabajar en el 87, en plena crisis, y el hecho de que hayamos duplicado esa cifra para nosotros es una satisfacción importante. Además, la mitad de los empleos pertenecen al mundo de las nuevas tecnologías.
«La idea era hacer algo distinto a un polígono industrial, que hubiera empresas industriales pero también formación para los trabajadores y creación de empresas»
-Es un sector que está ganando rápidamente peso en nuestra comunidad. ¿Llegará a hacerle sombra a la industria?
-Yo creo que es un complemento, porque Asturias tiene mucho que decir todavía en el mundo de la industria, sobre todo en la metalmecánica, pero debe ir combinándose con otras actividades. Además las TIC también tienen la ventaja de que consumen muy poco suelo. Mientras un empleo industrial igual necesita cincuenta metros cuadrados de suelo, un empleo TIC necesita dos. Y para zonas como las Cuencas, donde el suelo es escaso, probablemente se trate de una estrategia muy interesante el tratar de buscar este tipo de actividades.
-En Langreo se contempla la creación de nuevos polígonos como Riaño, Peñarrubia, incluso el lavadero Modesta, que parece que tendrá unas características parecidas a Valnalón. ¿Eso quiere decir que la fórmula es una guía de futuro?
-Yo creo que sí. Tengo la satisfacción de haber sido invitado a participar en jornadas que tienen que ver con el desarrollo de los espacios industriales, y creo que el concepto Ciudad Industrial va a empezar a desarrollarse ahora.
Cuando pusimos esto en marcha hace veintiún años tampoco lo teníamos tan claro. El futuro lo encuentras a base de ir buscando. Nosotros sencillamente hicimos lo que en aquel momento nos parecía lógico y ahora nos encontramos con que a nivel de concepto teórico se está barajando la idea de un espacio industrial con estas características. La palabra Polígono está algo devaluada, también Parque Empresarial, por eso se está pensando en acudir a este concepto que engloba distintos elementos, y no sólo espacio para empresas.
-También ha sido importante innovar en el aspecto estético, para desterrar la imagen de lo industrial como algo gris y apagado.
-Es muy importante. Nosotros intentamos desde el principio no dar la imagen de naves puestas de cualquier manera. Es necesario que todas estas cosas estén en un entorno bonito. Si tú entras en Valnalón y ves cuatro naves destartaladas, por mucho que ponga que es una Ciudad Tecnológica no te lo crees. Cuando nacimos nosotros, todo el entorno que ahora se está construyendo estaba tan deteriorado como Valnalón. La parte de Langreo centro estaba demolida, incluso en el núcleo de La Felguera había esa suciedad, que se sumaba a la falta de cariño con los edificios. Claro, era una zona muy polucionada. Si se pintaba una fachada seguramente duraba un año, de modo que se llegó a un gran abandono. Así era la imagen general. Yo decía que quería que la calle de Hornos Altos llegara a ser la mejor de Langreo. Actualmente no sé si será la mejor, pero indudablemente es una calle muy bonita. Hay aquí edificios históricos, de final del siglo XIX.
-¿Cuál ha sido la clave de la consolidación de Valnalón?
-Probablemente la constancia, tanto por parte del equipo que estamos aquí como por parte de los distintos gobiernos regionales, que siempre nos han apoyado fuertemente. Entre lo aportado por las distintas entidades, aquí se deben haber invertido fácilmente unos veinticuatro millones de euros en estos veintiún años y medio. Las ideas están bien, pero luego tiene que haber medios para construir, para rehabilitar, etc. Y hubo medios. §