Tras el declive de la actividad minera, la industria allerana ocupa un discreto pero importante lugar en el panorama económico del concejo. Este Polígono fue el pionero, y mantiene una actividad estable dentro de las posibilidades de un espacio limitado.
Comenzó a gestarse en 2001, cuando el Ayuntamiento de Aller sacó a licitación las obras de los terrenos disponibles, recuperando una antigua escombrera y habilitando casi 22.000 metros cuadrados como suelo industrial. Las parcelas disponibles se vendieron enseguida y se construyeron cuatro naves, adecuadas a las necesidades de cada empresa. Y son cuatro empresas las que se mantienen actualmente, ya que el polígono no tiene posibilidad de ampliación, y el terreno disponible está ya ocupado. En cuanto a servicios, el Ayuntamiento se ocupa de la limpieza; para todo lo demás, los empresarios se ponen de acuerdo, funcionando como una comunidad de propietarios de modo informal.
Así las cosas, en junio de 2012 se produjo un importante punto de inflexión en la historia del polígono. Un temporal de lluvias que asoló Asturias afectó con especial virulencia a la zona, aumentando el caudal del río Aller y afectando de forma importante a los cimientos de la AS-112, conocida como el Corredor del Aller. Un argayo obligó a cortar el tráfico en un carril, y se habilitó la circulación en doble sentido en los terrenos del polígono. Esto aumentó de forma sustancial el volumen de tráfico, provocando retenciones de forma habitual y dificultando considerablemente el trabajo diario, en una situación que se alargó más de tres años y provocó una amplia movilización vecinal.
Solucionado ya el tema, se espera con ganas el final de las obras del Corredor, que tras varios retrasos y complicaciones se calcula ahora para el 2014.