En todos los años que lleva al frente de la Asociación de Empresarios de Silvota, Pablo García Vigón ha coordinado importantes avances en las infraestructuras y ha contribuido a perfilar el carácter de un área industrial que integra actividades muy diversas. Ahora, toca ya vislumbrar el final de la crisis que ha golpeado con dureza a la industria asturiana.
-¿Se puede decir que ha cambiado la tendencia y se nota cierta recuperación económica?
-Los datos macroeconómicos dicen que ya estamos en fase de recuperación, pero tendría que venir con más fuerza. Hay un dato objetivo que me preocupa: según estadísticas del Banco de España, se recuperan los créditos al consumo y para las hipotecas de las familias, pero disminuye una vez más el crédito a empresas, un 6% en 2014 con respecto al año 2013. Hay que tener en cuenta desde 2007 este porcentaje ha estado bajando y que ha retrocedido a los niveles de crédito de 1993 en los últimos años.
-¿Qué lectura hace de este dato?
-Pues me parece preocupante en la medida que significa que volvemos al esquema productivo de antes: créditos para gastar -que es positivo, debemos recuperar el consumo- y créditos para comprar vivienda -que eso nos llevó a donde nos llevó-. El problema es que si no se abre el crédito a las empresas, que son los que generan inversión productiva y las que contratan gente, evidentemente la recuperación está muy condicionada.
«Se ha tocado fondo, la situación se ha estabilizado y ahora tenemos que intentar recuperar»
-Y en concreto en Silvota, ¿se advierten ya signos de cambio? En cuanto al empleo, por ejemplo.
-De manera muy leve. Podemos decir que las cifras ya no caen, que se mantienen. En lo relativo al empleo, el año pasado por ejemplo hubo cinco empresas que se pusieron en contacto con Asemposil para buscar personal, con un perfil de trabajador temporal por carga de trabajo puntual. Este año también hay cierta demanda de perfiles bajos, media jornada de operario o auxiliar. Es decir, se está generando empleo pero aún es muy precario.
-¿Y en cuanto a las empresas?
-En cuanto a las empresas, hemos detectado que la destrucción se ha detenido. Se ha tocado fondo, la situación se ha estabilizado y ahora tenemos que intentar recuperar. Por darte datos, en 2007/8 estábamos cerca de los 5.000 trabajadores, y en 2013 eramos 2.300. Fue el año de la destrucción de empresas, de trabajo, de tejido productivo, un año definitivamente malo. Se vino abajo un sector completo, el de la construcción, con empresas de 250 trabajadores. Estamos viendo ahora que la recuperación está viniendo del metal, fundamentalmente gracias a las exportaciones.
No obstante vuelvo a decir que es una recuperación tímida y lenta. Lo que se destruyó fue mucho, y está yendo despacio.