María José Cachafeiro es farmacéutica. La podemos encontrar detrás del mostrador de su farmacia La Pomar en La Felguera, pero también en el mundo 2.0 en La Botica de Teté donde ha conseguido posicionar su farmacia en todas las redes sociales. Ha sido reconocida con varios premios por su impacto digital y su contribución al sector farmacéutico. Acaba de publicar el libro “Rejuvenece comiendo. El poder de la nutrición para mantener tu piel sana y joven” (Hestia).
-¿Por qué decides ser farmacéutica y, en concreto, especializarte en nutrición y dermoestética?
-Pues es una cosa que decidí cuando tenía 18 años y es curioso porque en mi casa no somos una familia de farmacéuticos, soy la primera y creo que la última porque tengo a una hija de 15 años, pero de momento no parece que esto le interese mucho. A lo mejor me sorprende…
Fui farmacéutica dieciséis años en Turón, es decir, farmacéutica rural. Allí empecé a meterme en el tema de las redes sociales sobre todo para buscar visibilidad. Durante un tiempo me retiré del mostrador y decidí dar salida a otra de mis inquietudes: la influencia de la alimentación en nuestra salud, en la vida diaria. Estuve unos años dedicada a la formación y trabajando desde casa, cuando aún no estaba tan de moda lo del teletrabajo. Luego, cuando tuve un poco más de tiempo, hice el grado de Nutrición y una cosa fue dando pie a otra. En el fondo necesitaba tener una visión integral de la salud, cómo se puede mejorar, prevenir… y aunque hemos mejorado mucho, aún nos queda camino por recorrer.
En paralelo, también me interesaba el cuidado de la piel, de hecho, era algo que estaba en todas las farmacias, había muchos compañeros especializándose y no me iba a quedar atrás.
«Rejuvenecer comiendo no es quitarse años del DNI, ni evitar el envejecimiento, es ralentizar el desgaste utilizando lo que decidimos poner cada día en el plato para reducir la inflamación, mejorar la microbiota, proteger nuestra piel e incluso dormir mejor»
-¿Y es ahí cuando surge la idea de tu libro?
-Sí, casi te podría decir que es un poco fusión de todo. Llevaba un tiempo con un blog, La Botica de Teté, que luego se transformó en página de Facebook y ahora estoy básicamente centrada en Instagram. En este tiempo creamos una comunidad, hablamos de salud, nutrición, piel y, como a mí me gusta decir, de la vida real. Esto también me ha permitido contactar con otros profesionales, compañeros del sector de Farmacia, médicos, enfermeros, personas que te ayudan a tener una visión más amplia.
Cada vez me encuentro a más personas que han visitado a distintos especialistas y no le dan con lo que tienen porque lo que les hace falta es alguien que tenga una visión integral, holística, como se dice ahora. No es tan común que un médico de familia se mantenga ahora muchos años en su puesto y llegue a conocerte tanto. Pues eso, creo que es algo que podemos hacer en muchas farmacias, especialmente en las de barrio y rurales, y ya no digamos en pueblos pequeñitos, donde a lo mejor el farmecéutico es el único profesional sanitario que hay cerca.
-Sigamos con tu libro, ¿cómo se puede rejuvenecer a través de la nutrición? ¿Cuáles son las claves?
-El título que yo le había puesto al libro, era “Alimentación proaging” o sea alimentación a favor de la edad. Soy más partidaria de ese concepto que el antiaging porque al final es un poco ir en contra de la naturaleza, algo que no solo es complicado sino imposible. No puedes evitar envejecer, pero no es lo mismo hacerlo bien que mal. Rejuvenecer comiendo es un título mucho más llamativo que la editorial consideró que iba a ayudar a vender más.
Rejuvenecer comiendo no es quitarse años del DNI, ni evitar el envejecimiento, es ralentizar el desgaste utilizando lo que decidimos poner cada día en el plato para reducir la inflamación, mejorar la microbiota, proteger nuestra piel e incluso dormir mejor, que también nos va a ayudar a envejecer mejor. Rejuvenecer a través de la alimentación no es una cuestión de magia, ni de comer bayas de Goji del Tíbet. Cualquiera con un poco de información científica sabe que los pequeños cambios que hacemos en nuestros hábitos alimenticios diariamente pueden tener una gran repercusión en nuestro metabolismo, en cómo nos vemos y nos sentimos.
Una piel más luminosa, con aspecto menos cansado, con arrugas menos profundas, tiene mucho que ver con la alimentación que es la base de cómo nuestro cuerpo se regenera. Si a ello le añadimos el movimiento, tendremos mayor independencia, más fuerza, vitalidad, ganas de hacer cosas… todo va unido.
«Con la Botica de Teté creamos una comunidad, hablamos de salud, nutrición, piel y, como a mí me gusta decir, de la vida real. Esto me ha permitido contactar con otros profesionales que te ayudan tener una visión más amplia»
-¿Y por qué ahora este libro? ¿Es fruto de tu experiencia?
-Alguna vez se me pasó por la cabeza eso de escribir un libro, pero me parecía una tarea muy complicada. Tuve la suerte de que un editor leyó varios de mis artículos de La Botica de Teté y le gustaron, así como mi manera de comunicar. Me escribió y me dijo que en su editorial estaban buscando a alguien que hablara de esos temas, que si le proponía un tema concreto y escribía un texto, él lo presentaría y me diría algo. Les gustó lo que mandé y me lancé a escribir el libro. El detonante fue ese, pero al final todo lo que se refleja en el libro es el resultado de más de veinte años de experiencia que llevo tras el mostrador. He intentado unir rigor científico con la vida real. Hablo de alimentación, descanso, ejercicio, rutinas cosméticas, pautas generales para cuidarnos mejor.
-Dime, ¿qué cosas ocurren en La Botica de Teté?
-Llevamos cuatro años en La Felguera y estamos muy enfocados en la prevención, en salud natural, en intentar no llegar a masificar la sanidad. En introducir pequeños cambios en nuestros hábitos para mejorar la calidad de vida y nuestra salud.
En la farmacia damos muchas charlas, hacemos talleres, intentamos explicar cosas que nos preguntan con frecuencia, porque si la gente pregunta es que falta información. Después del verano pondremos en marcha otra edición de Otra Menopausia es Posible, en la que intentamos hacer un acompañamiento grupal a mujeres que estén viviendo esta etapa para que aprendan cómo sentirse mejor, comprendan qué les está pasando, qué pueden hacer no solo a nivel de complementos o suplementos de plantas medicinales sino también de alimentación, ejercicios, hábitos para vivir esta etapa por la que todas vamos a pasar sin miedos ni dramas. No es el final de nada sino más bien, el principio de muchas cosas.
En breve sacaré también una especie de pequeñas guías descargables sobre temas concretos para que la gente lo pueda aplicar de forma autodidacta. El primero de ellos está relacionado con el sueño y la alimentación a la hora de la cena: comer para dormir mejor e intentar reducir grasa.
«En la farmacia damos muchas charlas, hacemos talleres, intentamos explicar cosas que nos preguntan con frecuencia, porque si la gente pregunta es que falta información»
-¿Qué temáticas abordas en esas charlas?
Mi madre ha sido profesora de educación infantil toda la vida y creo que fue ella la que me transmitió esa pasión de contar lo que aprendo. Por otro lado, soy una persona muy inquieta, me encanta aprender y cuando descubro algo nuevo necesito buscar profundidad y eso me gusta contarlo, si es a la población pues de una manera cercana, si es a otros compañeros –también doy cursos de formación, participo en congresos–, pues de una manera más técnica. Me aporta mucho saber que lo que descubro repercute en los demás, en forma de mejores consejos o de más formación.
Abro una revista, incluso de belleza, y veo casi a tantos farmacéuticos como periodistas. Hay muchos compañeros que están divulgando, escriben, publican artículos, están presentes en los medios. En este sentido hemos avanzado mucho y nos estamos posicionando como canales fiables no solo nosotros, también fisioterapeutas, enfermeros…, hemos mejorado como comunidad sanitaria, antes para temas de salud solo consultabas al médico.
-En tu caso, ¿cuál crees que es la clave de la comunicación en redes sociales para llegar a tantos seguidores?
-Pues mira, ha sido un poco suma de circunstancias. Me metí en esto allá por 2011, años antes de que lo hicieran miles de farmacéuticos y sanitarios. Hoy es habitual, pero cuando yo empecé no era así. Eso hizo posible que la gente me empezara a conocer. Lo considero como una forma más de ejercer mi profesión y hacerlo de una manera cercana al paciente.
Hay cosas en salud que son como son y no hay vuelta de hoja, pero hay muchas otras donde el ser tajante o poner excesivas restricciones, al final no ayudan al paciente. Esa combinación entre ser realista, pero sin extremos, contar las cosas de forma cercana con muchos ejemplos para que el paciente lo entienda, traducir en la medida de lo posible el mensaje del médico, ha sido mi objetivo desde siempre y eso la gente lo valora. Por último, creo que también ha influido la constancia y la regularidad a la hora de publicar contenidos, tarea nada fácil.
«Esa combinación entre ser realista, pero sin extremos, contar las cosas de forma cercana con muchos ejemplos para que el paciente lo entienda, traducir en la medida de lo posible el mensaje del médico, ha sido mi objetivo desde siempre y eso la gente lo valora»
-¿Cómo se puede hacer frente al tema de la desinformación, las fake news, cada vez más presentes en redes sociales?
-Durante años he sido colaboradora de un proyecto que se llamaba Salud sin Bulos donde precisamente varios profesionales sanitarios, cuando llegaba un bulo, publicábamos lo que nosotros llamábamos contrabulo para intentar explicarlo. Es verdad que, por alguna razón que algún día entenderemos, suele ser más viral el bulo que el contrabulo. He pensado que quizá tenga algo que ver ahí el miedo. Cuando hay algo que nos asusta, un riesgo de que nos pase algo, pues piensas que no querrías que eso te ocurriera ni a ti ni a los tuyos. Eso te lleva a compartirlo. De hecho, la mayoría de los bulos suelen llegar a través de gente en la que confías, aunque esa persona no sea profesional en la materia y no sea capaz de discernir entre una cosa y otra. Por eso los bulos se propagan con tanta rapidez. En internet es difícil poner puertas al campo; en otras redes como TikTok o Meta intentan en la medida de lo posible “cazar” esos bulos, pero es muy complicado. Al final, creo que lo más importante es la educación, enseñar a la gente a discernir, a tener un poco de criterio, desarrollar la capacidad de autocrítica desde la escuela.
-¿Qué es para ti la belleza? ¿De qué es consecuencia?
-Creo firmemente que una piel sana es una piel bonita y una piel sana nos hace lucir mejor. También es muy importante cómo nos sentimos y eso lo recoge muy bien el refranero con “La cara es el espejo del alma”. Tienes un mal día, te miras en el espejo y no te ves bien; y, al contrario, un día que estás feliz, te ves estupendo, aunque tengas la misma arruga o grano que el día anterior.
La piel está muy relacionada con el sistema nervioso; en el feto la piel se forma con las mismas células del sistema nervioso y esa unión está de por vida. Todo se manifiesta en la piel: rosácea, dermatitis, psoriasis, etc. Y, por último, en la belleza también tiene mucho que ver la alimentación. La belleza parte de dentro hacia fuera.
«En internet es difícil poner puertas al campo; en otras redes como TikTok o Meta intentan en la medida de lo posible “cazar” esos bulos, pero es muy complicado»
-¿Cuál es la parte de tu cuerpo a la que prestas más atención?
–Probablemente el rostro y el cuello que es lo que tengo peor. Reconozco que he sido de las tardías en empezar a cuidarse, pero como afortunadamente tengo buena genética pues no se me ha notado tanto. Internamente, lo que estoy cuidando mucho es todo lo relacionado con el intestino y la microbiota intestinal, cómo influyen esos bichitos buenos –como digo yo– en toda nuestra salud. Todo lo que es bueno para la microbiota lo es para la piel también, así que me sirve para ambas cosas.
-¿Qué nota le pondrías a los asturianos en cuanto al tema del cuidado personal?
-Aunque nos queda mucho por andar como sociedad en general, no concretamente en Asturias, sí se ha notado que en los diez últimos años se ha avanzado en la cultura del autocuidado, de la prevención, son temas que se demandan. Vemos cada vez a más personas con una buena longevidad, hombres y mujeres de setenta y muchos años que siguen siendo autónomos, capaces de disfrutar de una vida plena que al final es lo que importa.
Por otro lado, afortunadamente, Asturias es una comunidad donde se cocina mucho, se da importancia al producto, sigue habiendo mercado y consumimos de cercanía. Seguimos manteniendo todavía un estilo de nutrición y vida bastante responsable. Y luego otra cosa también a valorar, que sobre todo la ve la gente que viene de fuera, es que mantenemos una cultura bastante slow. Aunque tenemos ciudades no se vive ese estrés y esas prisas que se pueden vivir en Bilbao o Madrid.
«Mi objetivo siempre ha sido ayudar a la gente a cuidarse, a estar más sana, a envejecer mejor por dentro y por fuera»
-Si abrimos tu nevera ¿qué encontraríamos?
-Intento tener la mayor cantidad de productos frescos posible, y digo intento, porque ahora tengo unos días de descanso y lo cuido mucho más, pero una luego tiene los horarios que tiene y me tengo que adaptar, como todos. Por ejemplo, pimiento y cebolla lo cojo natural y luego lo corto en trocitos para congelar y tener ahí una base preparada para tirar de ella rápidamente. Tengo huevos, quesos, algún fiambre, tengo una pizza de esas precocinadas que me pueden ayudar a salir del paso, no te voy a decir que no. En el congelador suelo tener pescados, carnes, verduras congeladas que mantienen sus propiedades; los cereales en general son integrales. Procuro no usar azúcar y aprovechar el dulzor propio de los alimentos. Tengo agua filtrada en casa, pero en el frigo tengo también agua y, por supuesto leche, que en Asturias es de muy buena calidad. En la despensa suelo tener legumbres precocidas, latas de pescado en aceite de oliva, tomate triturado que luego cocino. Además, tengo cosas cocinadas por mí que luego congelo. Tengo a una hija adolescente y tiene sus antojitos… creo que todo se puede combinar sin llegar a los extremos.
-En todo este trayecto, ¿cuántas veces has tenido que reinventarte?
-No sé, la palabra reinventarse parece que la asocio un poco como partir de cero y creo que siempre he tenido la suerte de ir avanzando sin dejar de lado mis inicios. Soy farmacéutica y aunque haga muchas otras cosas, estoy orgullosa de mi profesión y creo en ella. También te digo que nunca he tenido miedo al cambio porque sé que detrás hay aprendizaje y evolución. Mi objetivo siempre ha sido ayudar a la gente a cuidarse, a estar más sana, a envejecer mejor por dentro y por fuera y, en eso, no me considero que me haya reinventado, sí he aprendido muchas cosas porque soy muy inquieta y eso me ha permitido disponer de nuevas herramientas para ayudar a mis pacientes.