En la Comarca de la Sidra, Bimenes es un pequeño municipio que ha sabido conservar un entorno tranquilo y natural. El reciente estreno de una película hecha por sus habitantes pone de manifiesto una vez más el carácter de un concejo que se mantiene fiel a sus tradiciones.
Apesar de su pequeño tamaño, Bimenes es conocido en toda la región por ser bandera del asturianismo. El primer sábado de julio se celebra la Fiesta de la Oficialidá, una jornada lúdica y de reivindicación, que conmemora que éste fue el primer ayuntamiento en declarar la cooficialidad de la lengua asturiana.
Lo cierto es que los yerbatos, pues así se llaman los habitantes del concejo, llevan con orgullo su condición de asturianos, y han hecho una importante labor de recuperación y conservación de costumbres y patrimonio etnográfico. Una de las asociaciones más activas en este sentido es El Corriellu La Pandorga, que lleva años recopilando cantares de la zona. Este trabajo está reflejado en la edición de un libro-disco, que ya va por la segunda edición, y el pasado mes de octubre presentaron su última aventura: una película de ficción que recrea la vida rural asturiana de hace un siglo.
Las distintas rutas y sendas del concejo permiten conocer de primera mano un entorno eminentemente rural, de media montaña.
La presidenta de la asociación, Carmen Pandiella, fue la responsable del guión y la dirección; mientras que Luis Rivaya se encargó de la grabación y parte técnica. Los actores, la mayoría de más de sesenta años, fueron los propios miembros de El Corriellu La Pandorga y, a pesar de no tener experiencia, se comportaron como profesionales ante la cámara.
Para crear la historia, Carmen Pandiella se basó en uno de los escenarios principales de la película, la casa de Castiello: «Me inspiré en la historia de la casa, porque aunque es ficción sí es cierto que la gente que nació allí marchó a Buenos Aires. Y luego me basé en cómo era la vida: una chica que va a servir, que queda embarazada del dueño de la casa… son cosas que pasaban entonces». Situada a finales del siglo XIX y principios del XX, la película se llama «Amor míu del alma», y recrea amoríos, problemas sociales, los trabajos en el campo y las formas de vida de la época. Todo en lengua asturiana, por supuesto, ya que la asociación siempre se ha caracterizado por la defensa y promoción de la cultura y el folklore de la zona.
Escenarios naturales
Bimenes da la talla como escenario de cine, ofreciendo estampas dignas de ser conservadas. La capital del concejo, Martimporra, está marcada por el paso del río Prá, camino al vecino concejo de Nava. Aquí se encuentra el Palacio de los Estrada, uno de los palacios rurales más valorados de Asturias. Data de la segunda mitad del siglo XVII y cuenta con una capilla anexa al edificio principal; todo el conjunto está declarado Monumento Histórico Artístico.
Además de la capital hay otros núcleos interesantes, como San Julián, el mayor núcleo de población del concejo, que cuenta con una casona-torre con el mismo nombre y una iglesia parroquial del siglo XIX. En Xenra está la casa y capilla de los Careaga, muestra de arquitectura popular en buen estado de conservación. En Suares está la Casa de Les Radios, una exposición sobre la historia de la radiodifusión que cuenta con casi quinientas piezas, algunas muy singulares.
«Amor míu del alma» es la película hecha por la asociación El Corriellu La Pandorga, y recrea amoríos, problemas sociales, los trabajos en el campo y las formas de vida de hace un siglo, todo en los escenarios naturales de Bimenes.
Melendreros, a los pies de Peñamayor, cuenta con varias edificaciones tradicionales. Como curiosidad, al encarar la subida a la Peña, en el camino se encuentra la ermita de la Virgen de la Velía, totalmente aislada. Es una de las muchas sorpresas que guardan las distintas rutas y sendas del concejo, que permiten conocer de primera mano un entorno eminentemente rural, de media montaña.