El pasado mes de julio ‘volvieron los americanos’ a Boal. La II Fiesta Indiana evocó el pasado aventurero y emigrante del concejo.
Fue el segundo encuentro organizado en Boal por Pilar Acero y Carmen Rodríguez y, siguiendo la estela del primero que celebraron, fue un auténtico éxito. Boal no solo recordó su pasado, sino que le rindió un sentido homenaje con la celebración de la II Fiesta Indiana, en la que todo el pueblo se volcó de una manera muy especial. Las mujeres salieron a la calle con sus grandes pamelas, sus trajes blancos de puntilla y sus sombrillas. Los hombres con traje y sombrero como marcaba la moda de la época. A esto se sumó la presencia de diecinueve vehículos clásicos, los famosos «haigas», que recorrieron las calles de la localidad. Los visitantes pudieron conocer los vehículos que utilizaban aquellos emigrantes, que llegaron de su exilio con capital suficiente para rehacer su vida y también, en el caso de Boal, para mejorar las condiciones de vida de sus paisanos.
Los «haigas», los famosos vehículos que utilizaban los emigrantes de aquella época, estuvieron presentes en la Fiesta
Hubo también un regreso al pasado a la hora de visitar los locales de Boal. El famoso coctelero asturiano Nacho Cueva, preparó un coctel basado en una receta que trajo un boalés que había emigrado a Cuba. La gente pudo pedir «El Presidente», elaborado con ron blanco cubano, vermouth seco, curaçao de naranja, granadina, cáscara de naranja, cereza y hielo. Y no faltó la comida en la Plaza de los Emigrantes, donde más de trescientas personas degustaron un plato típico cubano, el arroz congrí.
Este año se reservó también un hueco al «lector de tabaquería». En todas las fábricas de tabaco cubanas existía una tarima y una silla reservada para el lector que, cada día, amenizaba la jornada laboral a los troceadores de tabaco con la prensa diaria o literatura de diversos estilos. Recientemente Cuba convirtió este oficio en Patrimonio Cultural y aspira a que también sea reconocido por la UNESCO. El periodista y escritor boalés Celestino Álvarez, fundador de la revista mensual «El Progreso de Asturias», fue la figura en torno a la cual giró el homenaje de este año. Celestino fue uno de los personajes más conocidos en la isla caribeña y el único que recibió el título de Hijo Predilecto de Asturias. Presidente de Honor de la Sociedad de Instrucción Naturales del Concejo de Boal, su papel fue vital en la construcción de escuelas del concejo y también, gracias a una colecta realizada en Cuba, construyó la carretera entre Villanueva y Boal.
La emigración indiana ha creado fuertes lazos con tierras lejanas. Hay que tener en cuenta que de los que marcharon a «hacer las Américas» con poco más que una maleta, algunos regresaron con un importante patrimonio y muchos otros fundaron sus propios hogares en lugares como Cuba, México, Argentina, etc. El pasado mes de julio, en el marco de la II Fiesta Indiana, los boaleses pudieron disfrutar del reencuentro con un grupo de veinte personas procedentes de México, cuyas raíces se encuentran en el concejo asturiano. La familia ‘americana’ disfrutó enormemente con la fiesta que rememoró sus orígenes y les hizo sentir como en casa.
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