El Concejo de Caso, en el Parque Natural de Redes, nos seduce con 308 km. cuadrados de relieve quebrado, acusadas pendientes y considerables altitudes, que marcan el paisaje y son responsables tanto de su espectacularidad como de la forma que han venido aprovechando los recursos naturales a lo largo de los siglos.
En un espacio protegido desde 1996 y Reserva de la Biosfera desde el 2001, sus innumerables rutas con castaños, robledales y hayedos nos conducen a más de 100 majadas equinocciales y estivales, referentes en sostenibilidad, resultado del aprovechamiento ganadero tradicional de los pastos de montaña.
El Agua de la Fontona de los Arrudos abastece a diversos concejos del centro de la Comunidad, convirtiendo a Caso en una reserva hídrica incomparable en el Principado de Asturias.
País de madera y madreña
El Museo de la Madera con sede en Veneros nos ofrece una exposición temática sobre las diversas aplicaciones y la importancia de la madera en la sociedad tradicional asturiana. Allí encontramos además de su principal referente, la madreña, diferentes elementos de hórreos y paneras, instrumentos musicales, utensilios populares y herramientas de carpintería tradicional.
La actividad apícola del Concejo se ve reflejada en el Museo de la Apicultura, en Tanes, donde podemos observar desde un mural con el colmenar más espectacular de España, hasta el directo de la vida social de las abejas a través de un habitáculo acristalado.
Recursos gastronómicos
Los recursos gastronómicos del Concejo, encabezados por el queso casín (con Denominación de Origen Protegida), el cerdo y la caza, referentes en certámenes y jornadas, completan una oferta irresistible para el viajero, que tras la ruta decide deleitarse en alguno de los establecimientos del Concejo.
Brañagallones, el origen del paraíso
En pleno corazón del Parque, una pista ganadera de once kilómetros que parte de Bezanes, nos conduce a una preciosa Vega de larga tradición pastoril, montañera y cazadora, rodeada por el magnífico Monte de Redes, y puerta de entrada a Peña’l Viento, Cantu l’ Osu, Valdebezón, Lago Ubales…
Brañagallones, con hasta seis cantaderos de urogallo en su pasado, se presenta así como una experiencia única para empaparnos de etnografía, de historia, para perdernos en su hayedo, descubrir sus rebecos, carpinteros, buitres leonados…, su paisaje y su paisanaje.
La actual vega es el resultado del relleno y colmatación natural de un antiguo lago de origen glaciar. Hace miles de años, la lengua glaciar que descendía por el valle del Ríu Monasteriu depositó las morrenas que aún se reconocen como pequeñas crestas al oeste de la vega. Los depósitos actuaron como presa natural y dieron lugar a la formación de un pequeño lago.
La reapertura del alojamiento, antiguo refugio de caza al servicio del extinto Coto Nacional del Reres, destinado a ser el mejor refugio de Montaña de toda la Península y una ruta guiada de forma geolocalizada, permiten al viajero disfrutar de la enorme cantidad y calidad de recursos que identifican a la Vega de Brañagallones, como origen del Paraíso.
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Código QR de enlace de la ruta: