Capas de historia se superponen unas sobre otras para dar forma a una villa de casitas blancas que vigila la ría del Eo desde su atalaya. A su rico pasado se suman el turismo interior y de costa, donde el senderismo, el avistamiento de aves y las actividades acuáticas adquieren protagonismo.
Las hachas bifaces de cuarcita encontradas en Espiela y los cantos trabajados de Arnao, nos dan una pista del origen del concejo, ya que son herramientas asociadas con la cultura Achelense. Castropol tiene una gran cantidad de castros catalogados, entre los que sobresalen el de la Punta del Corno en Barres, La Corona en San Juan de Moldes y los castros de Tol y Presno. La Edad Media y siglos posteriores pusieron sus propias piedras de historia, entre las que destacaremos la invasión por parte de los ingleses de Castropol, Ribadeo y otros pueblos de la ría, a quienes exigieron el pago de un rescate por la recuperación de su independencia.
Tanto la ría y el mar como sus pueblos interiores son los pilares sobre los que se edifica el concejo. La ría del Eo es fuente de riqueza debido a los trabajos asociados a ella, como el cultivo de ostras o la construcción de botes de vela latina, pero también ofrece diversas oportunidades de ocio como el remo, el piragüismo, la navegación, la pesca o el submarinismo. Por último, la ría atrae cada día a más curiosos y entendidos de la ornitología, sobre todo en otoño, cuando decenas de especies llegan aquí en busca de refugio y alimento.
A pie de ría, recibe al visitante la villa de Castropol con sus calles empedradas y casas blancas, declaradas Conjunto Histórico, pero también Figueras, el núcleo más poblado, donde destaca el puerto deportivo y el Palacio de los Trenor.
El mar está asociado a playas como las de San Román, Figueras, Arnao y Penarronda, y a paisajes que relajan la vista en el infinito, como el que se ve desde la Punta de la Cruz.
Hacia el interior los protagonistas son los valles y montañas onduladas, que se recorren haciendo camino al andar, o siguiendo las sendas señalizadas. Los frondosos bosques del Monte Pousadoiro compiten con la espectacularidad de la Sierra de la Bobia, con la belleza del Valle de Obanza o la sorpresa que produce la Cascada del Cioyo, donde muchos dicen que han oído llorar a una Xana. Salpicados entre los pastos frescos, pueblos como Tol, Barres, Piñera, Seares, Presno o Sestelo dan la bienvenida a un mundo dominado por los paisajes.
Resulta intimidante pensar que hay árboles que han vivido varias veces más que nosotros, que ya existían cuando los ingleses invadieron la costa y que han resistido inclemencias que no llegamos a imaginar. Es un necesario ejercicio de humildad para quienes talan estos seres vivos sin pararse a pensar su labor imprescindible en el ecosistema o la historia que cuentan sus ramas. Sin embargo en los concejos rurales, la presencia de estos árboles centenarios se respeta. Sus habitantes incluso les llaman por su nombre.
Para preservar la memoria arbórea castropolense, los biólogos José Ramón Roca y Alberto Gómez han publicado la “Guía de Árboles Notables del Concejo de Castropol”. En sus páginas recogen la descripción de cincuenta y cinco ejemplares, con sus datos, la localización con GPS, o curiosidades. Los autores quieren así homenajear a todas las personas que ayudaron a conservarlos y animan a ver con nuevos ojos el Carbayo de Berbesa, a Tileira, el Roble Roxo o el Teixo de Brañatuille.
El Ayuntamiento de Castropol, en colaboración con la Asociación “La Pinina”, organiza una vez más la Exposición de Avicultura, a la que acudirán expositores del país, Portugal, Francia y Alemania. El evento incluye concursos y muestras de paloma raza Mookee, palomas raza Carrier, palomas grupo Acorbatadas, palomas de raza Lahore, gallinas grupo Combatientes, palomas de Raza Mensajera de Belleza Alemana, Galiña de Mos y palomas de Raza Mensajera Belga. El día 12 a partir de las 20h. se desarrollarán Jornadas Técnicas, en las que el Doctor Veterinario Marc Ryon, Veterinario Oficial de la Federación Portuguesa de Colombofilia, impartirá una interesante charla sobre las enfermedades más recientes en palomas, que terminará con el turno de preguntas. También habrá actividades complementarias como artesanía, etnografía, productos de la zona, actividades para los niños, sorteos y degustaciones de ostras de la Ría del Eo, sidra y pulpo.
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