En tiempo de verano, el cuerpo pide asueto, y la oportunidad de olvidarse de las preocupaciones diarias al menos durante unos pocos días. El concejo costero de Colunga cubre todos los requisitos para disfrutar de ese merecido descanso en un ambiente tranquilo y familiar, plagado de propuestas culturales y actividades en la naturaleza.
Las playas son ya conocidas: La Griega y La Isla tienen unos altísimos índices de ocupación, al igual que La Espasa, compartida con el concejo de Caravia. También, de un tamaño más pequeño, tienen su atractivo la playa urbana de Llastres y la de El Barrigón, que en bajamar hace de nexo entre los arenales vecinos.
Gracias a este carácter costero, aquí se mantiene todavía ese ambiente de vacaciones familiares, donde las segundas residencias se van llenando con la llegada del verano y la gente se reencuentra año tras año. Sin desmerecer de un creciente turismo de escapadas que llega buscando unos días de descanso, atraído por una oferta cultural y festiva que durante toda la temporada tiene puntos de interés. Además, año tras año se nota un aumento de visitantes internacionales, un fenómeno que tiene mucho que ver con el auge del Camino de Santiago por la costa asturiana, y la existencia de un albergue municipal de peregrinos en La Isla.
Todo este paisaje humano genera un ambiente dinámico y fresco, donde las posibilidades de ocio van mucho más allá que un simple día de playa. Colunga está en el corazón de la Costa de los Dinosaurios y tiene tres interesantes yacimientos de icnitas o huellas de animales jurásicos -en La Griega y los acantilados de Llastres y Luces- detectables a simple vista. Recorrer cualquiera de esos emplazamientos es un estupendo complemento a la visita al Museo del Jurásico, ubicado entre las localidades de Colunga y Llastres.
Tierra adentro, el Centro de Interpretación de la Sierra del Sueve permite entrar en un ecosistema único, parte fundamental de ese paisaje característico de mar y montaña, que no deja de ser uno de los rasgos más sorprendentes de esta zona.
Para conocer un poco más de la historia y la etnografía regionales, la visita al pequeño Centro de Interpretación sobre el Gaitero de Libardón permite sorprenderse con la historia de Ramón García Tuero, gaitero de origen humilde que llevó la música asturiana por países de varios continentes a principios del siglo XX. Cada uno de los museos del concejo se puede visitar independientemente, pero combinar las tres actividades permite obtener descuentos en las entradas.
Más allá de la inevitable playa, también es recomendable dedicar un tiempo a dar un paseo por los acantilados, o afrontar alguna de las rutas de senderismo disponibles en el concejo, como la que une Carrandi con Cordobana, la que sube hasta el Cueto La Cotariella, o la que sale de Colunga para visitar el cercano Mirador del Fitu, una de las panorámicas más conocidas de Asturias. Por último, siempre es buena idea recorrer los distintos pueblos del concejo, llenos de encanto y sabor rural: no sólo el conocidísimo enclave de Llastres, sino Libardón, Gobiendes, Lué, Carrandi, Coceña… Nombres con historia para un concejo lleno de rincones a descubrir.
Además, en el contexto de esta muestra hay toda una programación especial, como conferencias, talleres o actividades para niños, que sin duda disfrutan especialmente en el Museo.
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