El Franco reserva en su litoral al menos siete destinos de playa. Algunos poco conocidos y carentes de servicios y otros de gran tirón turístico gracias a sus equipamientos.
Una buena forma de conocer las playas de El Franco es recorrer a pie el tramo de senda costera Castello – Porcía. Algo más de trece kilómetros esperan al caminante que realiza buena parte del recorrido con vistas al Cantábrico aunque en algunos puntos el itinerario se desplaza ligeramente hacia el interior, permitiendo acercarse a enclaves como el palacio de Jardón en Viavélez, o la ermita de San Pelayo y el palacio de Fonfría en Valdepares.
Siguiendo la línea de costa de El Franco son siete las playas que ofrece el municipio: Castello en el límite con el concejo de Coaña, Cambaredo, Riboira, Pormenande, Monellos, Torbas y Porcía, compartida con Tapia de Casariego. Algunas de las mismas están formadas por cantos rodados y no disponen de buenos accesos convirtiéndose así en parajes poco frecuentados, ideales para los que buscan tranquilidad a la hora de tomar el sol y darse un baño. De entre todas, tres son las que se llevan la palma en cuanto a número de visitantes por sus condiciones naturales y sus equipamientos.
Castello. Es la primera playa a la que accedemos transitando por la senda del litoral y también la mayor del municipio. La ensenada, que presenta forma de concha, cuenta con acceso peatonal y rodado además de un área de descanso con aparcamiento. Y a su belleza natural suma el servicio de salvamento presente en la temporada estival.
Pormenande. Este es otro de los puntos turísticos de mayor afluencia en la línea de costa porque, entre otras cosas, cuenta con un área recreativa de grandes dimensiones en sus proximidades que permite disfrutar del picnic playero. También pedregosa, la playa está muy protegida gracias a las paredes que la rodean y además dispone de servicio de salvamento de Cruz Roja. Este paisaje presenta islotes como el de Rego, formando un conjunto natural de gran belleza que nunca pasa desapercibido. Si a la comodidad de un lugar como este, que además dispone de servicio de vigilancia, limpieza y duchas en los meses de verano, se añade la presencia de un bar de playa, la ecuación sale redonda. Disfrutar de una paella o algunas de las diversas tapas que ofrecen en este entorno resulta todo un aliciente durante el verano.
Porcía. La última de las playas en este recorrido guarda ciertas similitudes con la anterior: un paisaje de ensueño, una playa muy recogida, presencia de islotes, está equipada con amplios aparcamientos, zona recreativa, servicio de salvamento y duchas. También dispone de un bar de playa que este verano no deja de recibir visitantes. Pero este rincón aporta singularidades que lo diferencian, como por ejemplo, que Porcía además de estar formada por fina arena es en realidad un conjunto de playa y estuario cuyas aguas color turquesa albergan marismas y es refugio de aves migratorias. El río Porcía desemboca aquí creando una frontera natural entre los concejos de El Franco y Tapia de Casariego, y sin duda el franquino se lleva la mejor parte de este espacio que está catalogado como ZEPA y LIC.
Luis González Araújo, natural de La Caridad, es uno de los emprendedores que desde hace un año ha decidido sacar partido a una de sus actividades favoritas: disfrutar del mar y los paisajes costeros. Para ello, propone rutas a bordo del Calypso, un barco de pesca deportiva con atraque en el puerto de Luarca y con capacidad para once clientes.
«Esto surgió porque un día mi socio llevó en el barco a un grupo de amigos a pescar, pero antes hizo una ruta por la costa y se quedaron tan sorprendidos con lo que vieron, que dijeron, ‘esto se puede vender, es una pasada'». Por eso, y desde hace un año, el Calypso se está especializando en dar a conocer la geografía costera, principalmente la valdesana. «Lo que resulta más destacado -explica Araújo- es cuando llevamos a los críos a pescar y lo hacen por primera vez. Pescan peces de roca, de colores vivos, y se quedan alucinados». Pero no solo los pequeños se sorprenden, los adultos también disfrutan muchísimo con las excursiones de hora y media que les permiten conocer playas y calas recónditas e incluso cuevas de difícil acceso. «Muchos de los clientes vienen de Madrid, Burgos, Ciudad Real, etc. y durante todo el trayecto lo único que les escuchas es ‘¡qué bonito!’, mientras no dejan de grabar con la cámara de vídeo en mano».
Una de las rutas que realiza el Calypso es una etapa del Camino de Santiago en barco «esto se debe a una petición que nos hizo un grupo de irlandeses». Entre las playas más frecuentadas se encuentran las de Taurán, Otur y Sabugo, está última ideal para el baño. Y si las condiciones del mar lo permiten se acercan hasta las Cuevas de Manolón, un paraje al que solo acceden algunos privilegiados por su angosta entrada.
Entre los inconvenientes que tiene que afrontar el empresario hay dos destacados, la climatología que como ocurrió este mes de julio no permitió realizar salidas al mar y la falta de ayudas por parte de la administración valdesana. «No encontramos apoyos a la hora de conseguir algunos permisos. No tiene mucha explicación ya que esta es una actividad que repercute favorablemente en Luarca porque atrae el turismo».