La gastronomía es el arte de saber combinar materias primas para convertirlas en suculentos platos. En Las Regueras, especialmente del 1 al 10 de febrero, comer se convierte en un placer, además de un importante reclamo turístico, ya que se celebran las XIX Jornadas Gastronómicas del Pote y Pitu Caleya.
Las Jornadas
Las Jornadas están organizadas por la Asociación de Hosteleros de Las Regueras en colaboración con el Ayuntamiento. Durante diez días se pueden degustar en los restaurantes de la zona asociados a esta iniciativa, dos de los platos asturianos más tradicionales: el pote y el pitu caleya. «La verdad es que cuando decidimos poner en marcha estas jornadas hace casi veinte años, el pote era un plato poco apreciado. No era el caso del pitu caleya que sí tenía cierto estatus, se criaba en la zona y estaba presente en todo tipo de celebraciones», comenta Fernando Álvarez, presidente de la Asociación de Hosteleros de Las Regueras.
La cuestión es que la apuesta resultó ganadora y ambos platos consiguieron ser un buen maridaje que desde entonces atrae a gran número de visitantes.
Aquí se producen ambas materias primas. El río Nalón y sus afluentes aseguran una vega muy propicia para el laboreo de huertas, que a su vez proporcionan en abundancia la materia prima necesaria para los típicos potes. Y por otro lado, en estos caminos, prados y caleyas, se crían magníficos ejemplares de pitu caleya. Se calcula que a lo largo de estas Jornadas se sirven más de mil menús. Una prueba de la acogida de este evento gastronómico es que este año celebra su décimo novena edición, los mismos años de vida que tiene la asociación que lo organiza: «Nacimos en torno a esta idea y la seguimos manteniendo desde entonces, sin altibajos. También colaboramos en otras actividades del concejo como el Día del Jubilado y Día del Niño, pero digamos que estas Jornadas son la actividad principal de la asociación», explica Fernando Álvarez.
«Se calcula que a lo largo de estas Jornadas se sirven más de mil menús». (Fernando Álvarez. Presidente de la Asociación de Hosteleros)
La presentación de las XIX Jornadas Gastronómicas del Pote y Pitu Caleya tiene lugar en el Palacio de Viado en Santullano, casona señorial blasonada del siglo XVII. Un bonito ejemplo de arquitectura palaciega rural en el corazón del concejo. El pregón corre a cargo del arqueólogo ovetense, Juan Ramón Muñiz, descubridor, junto a su equipo el pasado año de un mosaico romano de valor incalculable y en muy buen estado en Andallón (Las Regueras). Es el segundo que aparece en el concejo, en esta ocasión asociado a una villa romana que data del siglo II, de grandes dimensiones y gran riqueza. Un hallazgo que según la regidora, María Maribel Méndez, sitúa a Las Regueras como ‘capital romana de Asturias’.
El menú de estas Jornadas incluye el pote asturiano, pitu caleya, postre casero, café y vino de Rioja. El precio se mantiene en veinte euros, como años anteriores y los restaurantes participantes son: El Tendejón de Fernando, Casa Florinda, La Manduca, El Quexu, La Cabaña de Conce y Casa Dylsia.
El pote
Documentos escritos recogen que, ya en la Edad Media, el pote calentaba los inviernos en los hogares y mesas asturianas, aunque se cree que se consumía desde bastante antes. El nombre del plato lo recibe del recipiente donde se hacía: a partir del fuego, cazuelas de barro y luego de metal sirvieron para crear las recetas de esta cocina de supervivencia hoy tan valorada.
Por aquel entonces dicen que se trataba de un caldo espesado con harina o legumbre al que se añadían verduras u hortalizas de la temporada y se mezclaba en la medida de lo posible con grasa de cerdo, carnes frescas o algún embutido. Lo que hubiese a mano. A todo se lo denominaba pote y no es hasta el siglo XX cuando la receta se concreta en lo que hoy conocemos: «Berzas muchas, fabas pocas y patatas… ni muchas ni pocas», dicen los entendidos. A ello hay que añadir un buen compango y una elaboración sin prisa, a fuego lento, rindiendo culto al producto.
Hoy el pote no es solo el santo y seña de la gastronomía asturiana sino que se cree que pudo ser el origen del que luego derivó nuestra internacional fabada. Sea como fuere, este plato es una de las recetas asturianas más antiguas de las que se tiene constancia y son muchos los restaurantes que le rinden tributo.
Pitu caleya de aquí
El auténtico pitu caleya se cría por los pueblos alimentándose de forma natural -maíz, lombrices, caracoles, hierba- , sin pienso, por eso su carne es oscura, prieta y con apenas grasa. Su sabor es muy diferente al pollo y cocinarlo para que quede jugoso, tiene su truco. El pitu, si es de los de verdad, necesita sobre unas cuatro horas de cocción, a fuego lento, moviendo la pota para que no se pegue, se vaya guisando por igual y se mezclen bien los aromas. Se sirve en forma de guiso y se acompaña habitualmente de patatinos y pimientos. Este plato ha estado presente en los hogares en todas las celebraciones: Navidad, encuentros familiares, comuniones u otros eventos. Históricamente siempre ha sido un manjar para días especiales.
El pitu caleya que se servirá durante estas Jornadas «tiene aproximadamente ocho o diez meses, pesa entre cuatro y cinco kilos y está criado por cada establecimiento participante», comenta el presidente de la asociación.
Una buena ocasión para acercarse hasta Las Regueras, disfrutar de la comida más tradicional y pasar el día visitando algún hermoso lugar del entorno.Pinche aquí para ver más reportajes de este concejo