Cuando el 9 de agosto de 1993 varios enamorados del fútbol sala formaron el A.D. Monsacro-Mostayal, no se podían imaginar la repercusión que tendría en la historia tanto del concejo como del deporte asturiano.
El lema del Club resume a la perfección la personalidad de todos los que forman esta gran familia. Una familia en la que directiva, plantilla y afición están perfectamente unidos y afrontan cada paso del camino como si fuesen uno solo. Las cifras también hablan por sí solas del éxito que han ido consiguiendo tras muchos años de esfuerzo: catorce años en la máxima categoría regional, trescientos socios y cuarenta empresas colaboradoras. Su presidente, Rubén García, no puede hablar con más orgullo del Club que preside desde su fundación.
-¿Cuántos jugadores integran ahora mismo la plantilla?
-Ahora mismo tenemos quince jugadores y morciniegos solo tres: Tote que es el capitán, Javi Vega y Kike. La verdad es que cambiaron mucho las cosas porque el nivel de la competición es alto y para fútbol sala cada vez hay menos jugadores de esa categoría en Morcín. Históricamente al fútbol sala juegan muchos jugadores que vienen de vuelta del fútbol 11, pero también es cierto que cada vez hay más jugadores yo creo que por la relevancia que tiene el fútbol sala en España. Somos campeones de Europa y campeones del mundo y esto ha hecho cambiar mucho las cosas. Nosotros tenemos chavales que vinieron directos al fútbol sala sin pasar por el otro. De todas formas la temporada se nos dio muy bien. Futbolísticamente los resultados fueron magníficos y nos permitieron acabar como campeones de liga, que es lo que todo el mundo espera cuando empieza la temporada.
“Algún equipo nos decía que aunque perdieran les gustaba venir a La Foz solo por disfrutar de un partido con gradas llenas. El ambiente es extraordinario”
-¿Cómo definiría el estilo de juego de este equipo?
-Tenemos un lema en nuestras camisetas que es “Un equipo, un sentimiento”. Yo creo que nuestro fútbol se refleja en esa frase porque al margen de que se pueda jugar con más o menos calidad, tanto la gente de casa como los que vienen de fuera, acaban formando una familia y convierten la competición en un sentimiento. Nosotros ponemos en práctica eso que en otros deportes llaman “el tercer tiempo”, que es que hay mucha vida social alrededor de equipo. Es normal y habitual que los jugadores se junten después de los partidos, que preparen cenas juntos con las parejas, que convivan fuera del campo. El equipo se convierte en una familia y como los jugadores pasan muchos años aquí se integran en la vida social del pueblo. Este equipo mezcla la calidad necesaria para jugar en la división más alta del fútbol sala regional con el sentimiento de pertenencia a uno de los clubs más antiguos de Asturias, y eso se nota.
-Jugadores de otros equipos dicen que cuando toca jugar en el campo del Morcín el ambiente que hay, sumado a la calidad del equipo, hacen que ganar sea más difícil.
-En muchos partidos hemos llegado a tener más de cien espectadores en el polideportivo. Esto se suma a que tenemos más de trescientos socios, con lo cual encontrar este ambiente en otro lugar de Asturias es muy difícil. Nos hemos desplazado en autobús a campos de Asturias en los que llevábamos nosotros más afición que la que había allí. Te puedo asegurar que a la gente, aunque pierda, le gusta más venir a La Foz solo por disfrutar de un partido con las gradas llenas. El ambiente que tenemos nosotros es extraordinario. Hay ahora mismo casas completas en Morcín en las que son todos los miembros socios y la verdad es que el agradecimiento por el apoyo de la afición es enorme. Esto es digno de reseñar porque no lo encontramos en ninguna otra parte. También es cierto que el apoyo del Ayuntamiento ha sido también históricamente muy importante.
-¿Qué balance hace usted de todos los años que lleva como presidente?
-Estoy muy satisfecho de lo que hemos logrado entre jugadores, directiva y afición. Cuando no teníamos posibilidades económicas, compaginé ser entrenador con la presidencia y te puedo asegurar que sigo con una ilusión increíble. Tanto la afición como directiva y jugadores te motivan mucho y me duele en el alma pensar en dejarlo y correr el riesgo de que desaparezca. Empezamos con un equipo que era un grupo de amigos y acabamos jugando trece o catorce temporadas seguidas en la competición más alta que hay en Asturias. Todo esto saliendo de un concejo tan pequeño como Morcín. También es una forma de que la juventud siga ligada al deporte en el concejo. Para mí es algo fácil de hacer porque te reconfortan los resultados, igual que el apoyo de las personas que te animan prácticamente a diario. La gente no es que lo haga de una forma altruista es que en muchos casos, les cuesta dinero de su bolsillo. El Club no puede pagarles nada por competir e incluso se pagan ellos la gasolina, organizan comidas, cuando hay que comprarse algún tipo de ropa deportiva hacen escote para poder hacerlo… La verdad es que los jugadores son dignos de que se siga luchando por ellos. En estos deportes tanto las directivas como cuerpo técnico y jugadores son gente altruista, que lo hace porque de verdad lo siente y no les importa lo que cueste.