Beber sidra es un disfrute cualquier día del año, pero en el mes de julio en Nava la bebida tradicional asturiana sabe mucho mejor. Del 8 al 10 de julio se celebra el Festival de la Sidra.
Para estar acorde con esta fiesta, una de las de mayor tradición en Asturias, hay que estar dispuestos a entregar un fin de semana a su producto más emblemático, la sidra natural, anudarse el pañuelo verde al cuello que nos identifica como firmes defensors de esta bebida y estar dispuestos a aguantar muchas horas en danza a un ritmo trepidante. Hay que contar con que no habrá demasiado tiempo para el descanso: las jornadas diurnas son para la gastronomía y la cultura popular, mientras que las noches navetas son para la fiesta en estado puro.
Lo mejor en sidras
Nava tiene fama de ser el mejor escaparate para la sidra asturiana. Los productores lo saben, por eso participan las mejores marcas en el concurso de sidra natural que tiene lugar en el marco del Festival. Todos quieren ser la mejor sidra de Asturias 2011, la que consiga las 85.000 contra-etiquetas que el Ayuntamiento de Nava edita para la ocasión y que identifican al ganador. Los llagareros locales también concursan en la modalidad de Mejor Sidra de Nava, y hay que esperar al sábado por la tarde para conocer los resultados de ambos concursos.
Mientras, la sidra aromatiza la Plaza Manuel Uría. No es para menos, tanto el sábado como el domingo por la mañana tiene lugar la esperada degustación gratuita. Los toneles que la Asociación de Lagareros de Sidra pone a disposición del público dan para muchos “culines”. Son la antesala a un momento aún más multitudinario, el que tendrá lugar el śabado por la tarde con la apertura de la Ruta de la Sidra. Tras el Gran Chupinazo, se reparten de forma gratuita más de 5.000 litros de sidra por las calles de la villa. Sólo hay un requisito: llevar el distintivo oficial, el pañuelo verde, que identifica al consumidor como un apasionado de la bebida asturiana. Una auténtica marea humana se desplaza entonces por los diferentes mostradores: el ambiente está asegurado y causa tal expectación, que a esta fiesta vienen visitantes de toda España y de muchos otros países. Con razón el Festival se reconoce como uno de los más importantes de Asturias, y está catalogado como Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Escanciado de campeones
Dicen que todo asturiano que se precie ha de presenciar este espectáculo, al menos una vez. No es para menos. Los mejores escanciadores de sidra se baten en duelo bajo los soportales del Ayuntamiento durante la mañana del domigo día 10. Factores como la forma de escanciar, la manera de coger el vaso o la medida del culín determinarán a los mejores. Muchos de los que se presentan son caras asturianas que repiten edición tras edición, pero también a veces hay sorpresas llegadas de fuera de las fronteras españolas. Ejemplo de ello fue el pasado año el dominicano Cristian Wilkin Aquiles. Este escanciador, afincado en Asturias desde hace pocos años, consiguió ganar el campeonato. Ocho años antes lo había conseguido un holandés, Clordy Van der Burg “El Tulipán”. Y es que el concurso de escanciadores de Nava es la cita más esperada por los echadores de sidra, la que más prestigio aporta y por tanto, también la que pone a prueba los nervios de los escanciadores.
Tras el Gran Chupinazo, se reparten de forma gratuita más de 5.000 litros de sidra por las calles de la villa. Sólo hay un requisito: llevar el distintivo oficial, el pañuelo verde, que identifica al consumidor como un apasionado de la bebida asturiana.
Un calendario para el deporte y la música
La fiesta de la sidra tiene dos días especialmente señalados, el sábado 9 y el domingo 10 de julio, pero antes la villa de Nava va preparando el ambiente con grandes dosis de música y deportes tradicionales. Entre las citas que no fallan se encuentra el Campeonato de Bolos Festival de la Sidra, que en la modalidad de parejas tiene lugar en la bolera recreativa, situado en las proximidades del Museo de la Sidra. Las semanas previas tienen lugar las tiradas clasificatorias, mientras que la gran final se reserva para el sábado anterior al Festival. La prueba tiene un gran seguimiento popular y los asistentes podrán ir a celebrarlo más tarde por las sidrerías de la villa; buen ambiente no faltará, pues en esta jornada tienen también lugar los Cancios de chigre. Esta es una iniciativa cien por cien asturiana, que poco a poco ha ido recuperándose en las fiestas populares. Se trata de llevar la música tradicional a los bares y sidrerías, y los de Nava no quieren ser menos. Así, al mismo tiempo que se echa la sidra y se toma un pincho típico, diferentes coros asturianos deleitarán a los asistentes con canciones asturianas, habaneras e incluso rancheras.
Los más pequeños encuentran también actividades en las que disfrutar estos días, el Centro de Recepción de Visitantes organiza para ellos divertidos talleres.
Los tortos de Doña Jimena
Las calles de Nava están desiertas a primera horas del sábado. Los navetos aprovechan las últimas horas de sueño antes de enfrentarse a la jornada más larga del Festival. Pero a diferencia de la mayoría, el día comienza muy pronto para la Asociación de Mujeres Doña Jimena. Este colectivo madruga para preparar los tortos, un producto asturiano que se distribuye gratuitamente todos los años y que siempre acaba con el cartel de “no hay más existencias”. Lógico, ya que a las doce de la mañana comienza el reparto de los tortos que se acompañan con chorizos a la sidra y queso azul con sidra. La cola para conseguirlos es larga, pero todo el que los prueba dice que merece la pena, y son muchos los que con su ración en la mano regresan a la cola para conseguir la siguiente. Así hasta que se acaban. La buena noticia: que al día siguiente las mujeres de Doña Jimena vuelven a preparar una remesa.
El Museo, también de celebración
El Museo de la Sidra de Nava es de los más conocidos de Asturias: un equipamiento museístico que busca la participación del visitante, al mismo tiempo que le aporta toda la información sobre la producción, consumo e historia de la sidra. Recorriendo el museo es posible conocer todo el ciclo de esta bebida, los útiles e instrumentos que se usan en su elaboración, así como las numerosas particularidades que enriquecen y acompañan a la tradición sidrera.
El Museo colabora activamente con el Festival aportando su grano de arena con exposiciones y actividades relacionadas con la bebida asturiana y como escenario para la presentación de un Festival que cada año suma adeptos.
Noches de locura
El corazón de la villa naveta, la plaza Manuel Uría, sigue latiendo hasta altas horas de la madrugada con la música de orquestas y algún que otro grupo asturiano. Las tres noches, viernes, sábado y domingo, la afluencia de público es alta, aunque la del sábado rompe con todas las previsiones posibles. La ruta de la sidra favorece la participación y si el tiempo acompaña en la plaza no cabe ni un alfiler. La noche en Nava se funde con el día, le da el relevo sin que parezca importar a muchos de los participantes. Algunos, los más entregados a la causa, aguantarán en pie hasta que llegue otro de los momentos más esperados: el Concurso de Escanciadores, que tiene lugar el domingo por la mañana, a las 12h.