Un paseo por la Edad Media en pleno siglo XXI. Es posible, y sin ir demasiado lejos. Basta acercarse a Proaza.
Todos están de acuerdo en que Bandujo, parroquia del concejo asturiano de Proaza, es un ejemplo excelentemente conservado de la aldea asturiana tradicional, que además, ha pasado por los siglos con la suerte de no haber sufrido grandes alteraciones. Por eso está considerado un conjunto patrimonial de gran importancia. Cualquier visitante que se aventure a recorrer este pequeño núcleo se da cuenta inmediatamente de que el tiempo no ha propiciado cambios de calado, por lo que la estructura, las viviendas, las construcciones auxiliares y sobre todo el ambiente y el encanto, se mantienen íntegros para permitirnos una ventana desde la cual asomarnos a nuestro pasado. El paseo por sus calles se encuentra salpicado por casas blasonadas y más de una decena de hórreos en buen estado de conservación, la mayoría en uso y algunos datados en el siglo XVI. Cuenta además con dos torres, una cilíndrica y otra cuadrada, cuyo perfil destaca sobre el resto de las alturas del núcleo. Una de ellas es la Torre de Tuñón, edificación defensiva datada en la baja Edad Media, perfectamente conservada: un lugar que sirvió como cárcel en su día y más tarde fue sede del Ayuntamiento, cuando Bandujo era capital del concejo. Otra edificación simbólica es la Iglesia románica de Santa María, datada en el siglo IX, y que guarda tres retablos y una talla de madera de la virgen correspondiente al siglo XII.
Como reconocimiento, Bandujo ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Conjunto Histórico, un reconocimiento que traerá ayudas e inversiones orientadas a la conservación patrimonial, mejora de comunicaciones y trazado de rutas de senderismo. Será a la vez, sin duda, un impulso para el turismo en el concejo, al atraer a aquellos que quieren conocer Asturias y a la vez darse un paseo por la historia.