El Terín fue junto con el Virgen de Villaselán y el María Tovalina el trío de ases de los barcos tapiegos. Gracias a las capturas de estos pesqueros muchas familias de la villa pudieron tener un futuro y recursos económicos.
El director de cine, guionista, dramaturgo y periodista asturiano Pedro Mario Herrero fue el responsable de escribir en el año 70 «A bordo del Terín», un libro que narra cómo era el día a día en un barco de pesca y las adversidades a las que tenía que enfrentarse su tripulación para conseguir llenar de pescado las bodegas. El Club Deportivo Marítimo Orrio de Tapia ha vuelto a editar este libro cuya recaudación se destinará, tras llegar a un acuerdo con la familia del autor fallecido en marzo del 2005, a cubrir gastos de impresión, reparaciones en las instalaciones del Club y apoyar el trabajo de la Fundación Edes y la Asociación Fraternidad.
Se cuenta en el libro que unos señores de La Coruña llegaron una mañana a Tapia para comprarle el barco a los anteriores dueños del Terín que se habían declarado en quiebra. Fueron los tapiegos quienes viendo la preocupación que generó en la villa y más concretamente en «Manolo», uno de sus vecinos más ilustres y que en realidad se llamaba José Antonio, los que tomaron cartas en el asunto y le ofrecieron tanto a él como a sus familiares un aval bancario para que se quedara con el barco y fuera pagando su deuda a medida que el Terín trajese pescado a tierra. Este acto de solidaridad y orgullo consiguió dos cosas: por un lado que el barco siguiese siendo de la tierra y por otro que quince familias pudiesen vivir dignamente de su trabajo. En las páginas del libro se dice que el día de la firma alguien le preguntó a Manolo si tendría suerte a lo que él, que llevaba en el puente a la Virgen del Carmen, respondió «¿Cómo no voy a tener suerte? Ella sabe que lo único que yo hago es trabajar; así que ella me va a ayudar a pescar. ¿Quién piensa que no me va a ayudar?» A partir de ese momento el libro recoge la narración de la nueva vida del Terín y su tripulación conocida en Tapia como «la Santa Humedad».
Tras muchas mareas, el Terín naufragó el 23 de enero de 1986 en las costas francesas. Un helicóptero Superpuma del Servicio Aéreo de Rescate con base en A Coruña acudió en auxilio de los 14 tripulantes y todos sobrevivieron. Aunque ese día hubo lágrimas viendo cómo el barco se hundía, muchos se acordaron de la ayuda pedida a la Virgen del Carmen.
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