El Centro del Calamar Gigante reabre sus puertas para mostrar al visitante la mayor colección de cefalópodos gigantes del mundo. Junto al puerto de Luarca, ciencia y mitología se dan la mano.
Mientras en “Moby Dick” batallan una ballena y un calamar gigante, en “20.000 Leguas de Viaje Submarino” Julio Verne hace que los tripulantes del Nautilus tengan que vérselas con calamares gigantes. Hasta hace pocos años, con la aparición de varios de estos cefalópodos en las aguas oceánicas, se desconocía si de verdad existían estas criaturas abisales o eran sólo fruto de la imaginación.
Cepesma -Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas- disponía desde hace años de varios ejemplares conservados de calamares gigantes, que han ido apareciendo muertos en las costas del norte de España. Tras varias ubicaciones, por fin han encontrado su hogar definitivo en el Centro del Calamar Gigante, en Luarca.
La visita es amena, didáctica y científica. Sin necesidad de guía, se pueden conocer muchos datos de estos animales que navegan por las aguas profundas del Cantábrico.
Se recomienda comenzar la visita disfrutando de un documental que informa de los peces y calamares que se verán a continuación, y que tiene una duración de 45 minutos.
Pueden verse conservados nueve calamares gigantes, entre los que destaca uno de 13,70 metros.
En la planta segunda, una recreación del interior del submarino Nautilus imaginado por Verne sumerge al visitante en un pequeño mundo a merced del mar y sus criaturas. La ambientación y los detalles consiguen transmitir el mismo realismo que la lectura de “20.000 Leguas de Viaje Submarino”. A continuación se dedica un espacio a la caza de ballenas, mostrando barbas de este mamífero, jabón hecho con su grasa -siguiendo el mismo proceso que en el siglo XVII-, o aceite y saín de ballena, que iluminaron los hogares de la zona desde el Medievo hasta el siglo XVIII. La visita en esta planta termina con un apartado medioambiental sobre el fondo marino, concienciando sobre las basuras que inundan el mar, y mostrando peces abisales, que viven a gran profundidad. También hay depósitos en los que se ha recogido el agua de diferentes océanos del planeta.
Al descender a la primera planta se encuentran los cefalópodos gigantes y el laboratorio. Hasta nueve ejemplares pueden verse conservados, entre los que destaca una hembra de Architeuthis Dux, que con sólo 17 meses tiene un tamaño de 13,70 metros. Estos, gigantes que viven sumergidos a 5.000 metros de profundidad, muestran toda su envergadura en estos tanques. Una curiosidad de la zona es que en Asturias al calamar gigante se le llama “peludín”, mote que se debe a que les pela la piel al quedarse varados en la arena de las playas. Junto a los especímenes se ubica la recreación de un laboratorio donde se realizan las necropsias a los calamares, y también moluscos y otras especies que pueden verse en las costas asturianas. Es el punto final a un viaje que pone imágenes a la imaginación.
En verano (del 1 de julio al 15 de septiembre): De 10 a 22 h. Lunes cerrado.
Precios:
Adultos 4 €.
Niños 3 €. Descuentos en familia numerosa, tercera edad, estudiantes y grupos.
Discapacitados 80% y colaboradores gratis.
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