Cabo Busto, uno de los parajes costeros más visitados de Asturias, incrementa ahora su atractivo gracias a la nueva señalización que permite una mejor interpretación de este entorno.
El Cabo Busto en el concejo de Valdés se adentra en las aguas del Cantábrico convirtiéndose en una excepcional atalaya desde la que contemplar la rasa litoral asturiana. Este saliente al mar es uno de los destinos preferidos por los turistas que se acercan atraídos no sólo por la espectacularidad de un paisaje dominado por grandes acantilados si no también por la posibilidad de realizar una ruta por la Senda Cabo Busto. El recorrido, de baja dificultad y de trazado circular, transcurre en aproximadamente siete kilómetros y permite disfrutar de este enclave perteneciente a la RedNatura 2000 que está incluido en la Zona Especial de Conservación Cabo Busto-Luanco.
El sendero PR.AS-4 Senda del Cabo Busto es desde hace pocos meses más atractivo tras un proyecto de señalización para la interpretación y promoción turística que ha desarrollado el Ayuntamiento de Valdés y que permite al visitante ahondar en el conocimiento de este espacio protegido. La iniciativa consistió en la instalación de varios elementos señalizadores y paneles informativos acerca del paisaje, su geología, así como la riqueza y diversidad de su fauna. El primero de los paneles, situado en el aparcamiento ubicado junto al Faro de Cabo Busto, es a su vez centro y punto de partida del itinerario turístico interpretativo. A través de él es posible conocer las características de este espacio así como los accesos, servicios, cartografía y otros puntos de interés turístico cercanos.
En el recorrido el visitante encontrará también cinco paneles panorámicos instalados en cada uno de los miradores presentes en la Senda: Monte del Cabo, Cabo Busto, Playa El Serrón, Punta Arenoso y Punta Corbeiros. El séptimo panel se halla ubicado junto a la Charca de Cabo Busto, un humedal de gran interés ecológico y faunístico que acoge a una importante población de anfibios y es lugar de paso y residencia estacional de aves migratorias.
A través del itinerario es posible apreciar la geología del cabo, formado por cuarcita del Paleozoico y observar la vegetación característica de zonas acantiladas, con varias especies incluidas en el Catálogo Regional de la Flora Amenazada de Asturias.
El humedal tiene también un alto valor ecológico por ser lugar de cría de numerosas especies anfibias, entre las que se hallan la ranita de San Antón (Hyla arbórea) y el tritón jaspeado (Triturus marmoratus).
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