El pasado año se cerró de forma memorable para Eva Braña Fernández y su compañero Pacho Pérez, después de participar en la que dicen es la carrera de montaña más dura del mundo: El Ultra Trail del Mont-Blanc, un recorrido por todo el macizo que ellos lograron terminar en menos de treinta y ocho horas.
De otra pasta
Eva, además, entró en meta como la undécima corredora, lo que demuestra su enorme fortaleza y que las mujeres tienen mucho que decir en estas pruebas de montaña, por muy extremas que sean.
-El Ultra Trail del Mont-Blanc es una carrera emblemática y tan dura que no puede inscribirse cualquiera, ¿no es así?
-Sí, para poder inscribirse te exigen haber finalizado una carrera de más de 100 Km. o dos de más de 50. La prueba tiene unos 166 kilómetros y un desnivel acumulado de nueve mil cuatrocientos metros de ascenso y otros tanto de descenso, porque empiezas y terminas en Chamonix, después de rodear todo el macizo del Mont-Blanc. Es un recorrido marcado con un PR que la gente suele hacer caminando en ocho o diez días en total.
-¿Que te aporta una prueba tan extrema?
-Son retos personales. Por un lado están los profesionales, que en una carrera como ésta se juegan mucho, porque es muy llamativa; los sponsors se fijan en los resultados. Y por otro lado estamos los no profesionales. Para nosotros es un reto personal para ver hasta dónde somos capaces de llegar, pero sin la presión de tener que conseguir un determinado puesto.
-En estas pruebas hay un momento a partir del cual lo que toca es sufrir.
-Hombre, en las carreras tienes que agotar todas las fuerzas, sean cuatro kilómetros o sean cien, al final tienes que darlo todo. Tienes que distribuirte para agotar las fuerzas al final, ni antes de tiempo ni llegar demasiado sobrado. Entonces el sufrimiento no es tan grande.
-¿Qué planes tienes para la próxima temporada?
-La verdad es que no lo sé. Está en función de cómo aprovechemos las vacaciones para hacer estas carreras. Buscaremos a finales de agosto lo que haya, algún destino que nos resulte atractivo.