Hace trece años Juan Pablo Barcia se dedicaba a la fontanería, ahora dedica su tiempo a la alta competición de remo adaptado. En el año 2002 un accidente de coche marcó su historia y le llevó a convertir el deporte en su forma de vida, llegando a participar en las Paralimpiadas de Pekín y Londres.
A «Pioto», como le conoce todo el mundo, es posible encontrarlo remando en la Ría del Eo. Este joven veiguense tiene ahora puesta su meta en los Juegos de Río de Janeiro. Recientemente ha renovado su título de Campeón de España en remoergómetro y espera también revalidar el oro en el próximo Campeonato de España de remo olímpico.
-¿Cuál es tu calendario de competiciones previo a Río de Janeiro?
-Ahora lo primero es ganar el Campeonato de España, que se celebra a primeros de julio. Esto me daría acceso al Mundial, que este año se celebra en Aiguebelette, Francia, entre el 30 de agosto y el 3 de septiembre. Los primeros ocho clasificados consiguen plaza directa para ir a Río.
-Has participado en los Juegos de Londres y de Pekín ¿cuáles fueron tus sensaciones?
-Es lo máximo. Para cualquier deportista el objetivo es llegar a las Olimpiadas y poder representar a tu país en esta competición. En Pekín me cogió de improviso. Era la primera vez que el remo iba a ser modalidad paralímpica y parecía una utopía llegar hasta ahí, pero lo conseguimos muy pronto. Los siguientes cuatro años seguimos trabajando para ello, consiguiendo campeonatos de España y clasificaciones en mundiales, pero también con muchos momentos bajos. En 2011 estuve lesionado, y en una ocasión perdí la plaza en la selección española y tuve que remontar para conseguirla, así que llegar otra vez a Londres fue una satisfacción muy grande.
-¿Qué esperas de la próxima cita olímpica?
-Me estoy entrenando duro porque va a ser difícil. La última vez quedamos octavos y este año va a haber una mayor participación. Hay mucha gente joven empujando por atrás. Yo he conseguido reducir mis tiempos y, aunque que habrá que mejorar mucho más, tenemos la esperanza y estamos luchando por ello, vamos a ponerlo todo para conseguirlo. Si lo damos todo y no lo conseguimos, pues no pasa nada: así es el deporte y habrá que felicitar a los que lo consigan. Hay que saber ganar y saber perder.
El veiguense, miembro del Club Deportivo Cosa Nuesa, tiene en su poder uno de los galardones más prestigiosos del mundo deportivo: el Premio Delfos, que destaca «los valores humanos manifestados a lo largo de su trayectoria deportiva».
-¿Cuáles son los momentos más difíciles de sobrellevar en una trayectoria como la tuya?
-Principalmente cuando entrenas, entrenas y no consigues resultados. Cuando sigues trabajando y ves que no avanzas te asustas un poco. Los peores momentos fueron después de perder la clasificación para Nueva Zelanda y luego tras la lesión del brazo. En 2011, aunque seguíamos trabajando, veíamos que los tiempos no salían. Al final -cuando ya casi no se contaba con nosotros- tuvimos la suerte de poder remontar, me recuperé de la lesión y salimos a flote. Aunque bueno, en realidad la suerte siempre hay que buscarla.
-¿Qué aporta la práctica del remo?
-Como en otras disciplinas, una cultura del deporte, que es sacrificio, trabajo constante y compañerismo. Y el remo en concreto, poder practicar en la naturaleza, en sitios tan espectaculares como la Ría del Eo, te da un plus de libertad.
-¿Qué nivel de apoyo encuentran los deportistas discapacitados en Asturias?
-Está muy difícil. Yo también juego al baloncesto en el equipo de Avilés, y precisamente nos estamos planteando si seguir la temporada que viene porque son muchos gastos de viaje, canchas, suplementos de material. Una silla de baloncesto cuesta sobre 4.000 euros y si necesitas renovarla… el apoyo es bastante bajo.
-¿Qué necesita el deporte adaptado?
-Lo principal es la difusión, que la gente lo conozca. Pienso que si se retransmitiese un partido de baloncesto en silla de ruedas de alto nivel, como por ejemplo de la Copa de Europa, seguro que a mucha gente le iba a llamar la atención y le iba a gustar. En España tenemos grandes deportistas paralímpicos que han conseguido muchas medallas y es fundamental que los medios de comunicación lo reflejen más. Luego las ayudas económicas son también muy importantes, porque para llegar a conseguir resultados necesitas entrenar como cualquier otro deportista.
-La vida da muchas vueltas y hay un antes y un después del accidente. ¿Qué conservas de tu ‘otra vida’ y qué has incorporado?
-Conservo la forma de ser, mis pros y mis contras. Sigo siendo muy cabezota, pero ahora tengo otra cultura distinta que surge después del accidente, aunque no ha sido de hoy para mañana. Poco a poco vas asimilando el cambio hasta que tienes otra forma de ver la vida. Lo que a lo mejor antes percibías como un problema inmenso sin solución y lo vivías de manera estresada, ahora lo ves de otra manera. Y he tenido la suerte de tener otra posibilidad en esta vida, porque podía haber muerto en el accidente. Hay que afrontar la vida mirando para adelante, del pasado quedarse con lo bueno, aprender de lo malo y poco más.
-¿Qué equipo hay detrás de todos tus éxitos?
-Aunque yo me llevo el reconocimiento, son muchas las personas que están conmigo y sin las cuales esto no sería posible. Mi entrenador, mi preparador físico, el equipo directivo que me está apoyando, los compañeros que me llevan, los que me ayudan a meter y sacar el bote del agua…
-En 2010 fuiste «Vegadense del año», en tu localidad tus vecinos siguen de cerca tu trayectoria.
-En Vegadeo hay mucha tradición de remo y yo estoy muy ligado a este concejo donde hago vida diaria. Cuando conseguí la clasificación para los Juegos de Londres me hicieron un reconocimiento. Había sido una clasificación muy complicada y fue muy emocionante. El apoyo de los tuyos en casa te da un plus de motivación y de satisfacción.