Tiene 84 años y una energía propia de los que se mantienen jóvenes de mente. Maneja el lenguaje con facilidad, desgrana ideas a las que ha ido llegando a base de experiencia y mucha disciplina. Carmen Velasco ha estudiado magisterio, historia y recientemente (a los 83 años) se licenció en Filología Inglesa. Ejerció de profesora en Asturias, Canarias y Extremadura y tras jubilarse en el 94 decidió que era el momento de estudiar inglés. Ahora prepara el doctorado ‘porque es importante mantenerse vivo y seguir aprendiendo’.
Estudió en una época en la que no era muy común ver a una mujer rodeada de libros. Su madre no quería que sus hijas fuesen a servir y no estudiaran, quería mujeres independientes e hizo maravillas con el sueldo de ferroviario de su marido para pagar estudios y que no faltara de nada en casa. Dice que su vocación por ser profesora se la debe a Doña Celerina García, su maestra en la escuela de Ujo. Aquella inteligente mujer tenía a su cargo una escuela de 60 niñas de todas las edades y cuando sus alumnas de más edad terminaban sus tareas de lengua y cálculo, las ponía a trabajar con las más pequeñas. Esa fue la semilla que despertó en ella el interés por enseñar. Después confiesa que el paso de los años le ha ayudado a reflexionar y llegar a otra conclusión. «A mí me gustaba manejar el cotarro y ahí empecé a decir que quería ser maestra». Sea como sea, Carmen Velasco es una mujer que no baila al compás del tiempo, su pasión por conocer, por seguir VIVA ha sido lo que realmente ha dirigido los pasos que ha dado y sigue dando en su vida.
-¿Cuál debería ser el verdadero sentido de la educación?
-Prepararte para ser libre, para ser capaz de juzgar el mundo que te rodea desde tu criterio. Esto es muy difícil porque si no te dirigen unos lo hacen otros, pero ahí está el gusto por el saber. Hay un dicho clásico que dice «la verdad os hará libres» y la verdad la encuentras en el saber, en la ciencia, en la capacidad de buscar, analizar y elegir. Que nunca tengas que elegir porque te fuercen a hacer algo o porque la necesidad te lleve. La capacitación de la persona para buscarse el «modus vivendi» es un escalón hacia la libertad, para poder elegir y decir sí o decir no.
-Además de la verdad, también el saber te hace libre…
-Yo creo que sí. Te ayuda en la capacidad de elegir sabiendo lo que quieres y, aunque tienen que ir a la par, es vital el educar y el instruir. Educar se dirige hacia el comportamiento, a tu capacidad de comunicarte con los demás y ordenarte a ti misma con tus cosas y tu tiempo. Instruir tiene que ver más con lo material, con que te enseñen la ciencia y en qué consiste, con saber sobre las diferentes materias. Instruir es el saber de la enciclopedia y educar es organizar todas las capacidades. La educación va a la voluntad y el instruir al cerebro.
«La uniformidad en el pensamiento de cualquier ideología es siempre perjudicial, no puedes elegir con libertad si no estás preparado. Tienes que conocer todas las posibilidades y elegir entre ellas»
-En la educación, ¿se ha perdido el sentido de la autoridad y el respeto?
-No puede haber enseñanza si no hay autoridad, y la autoridad te la da el saber, el preparar y estudiar bien tu asignatura. Pero también te la da la sociedad, y ésta quitó hace años la autoridad a la enseñanza y eso es el desorden permanente. Digo autoridad y significa respeto, pero debe ser mutuo, no solo del alumno al profesor sino también del profesor al alumno ya que es el principio de la convivencia. Pienso que es un momento caótico en la enseñanza que se agrava con la pérdida de importancia de lo clásico. De alguna manera es una pérdida de raíces y también de unas referencias muy importantes en el mundo del pensamiento.
-¿Las nuevas tecnologías son una forma de unificar el pensamiento?
-Son un gran avance pero, igual que cualquier otro instrumento, si no las utilizas adecuadamente pueden ser todo lo contrario. Google te dirige hacia una línea de búsqueda pero si vas a una biblioteca tienes al lado de lo que estás buscando a tres, cinco o siete autores más y cada uno piensa de distinta manera. La posibilidad de consultarlos te amplía mucho el abanico de formación y de tu propia elección. La uniformidad en el pensamiento de cualquier ideología es siempre perjudicial, no puedes elegir con libertad si no estás preparado. Tienes que conocer todas las posibilidades y elegir entre ellas.
-Como sociedad, ¿cuál es la asignatura que tenemos pendiente?
-Recobrar el sentido de nuestras raíces. Si se te olvida de dónde vienes, nunca vas a saber a dónde vas. En cuanto a la escuela yo creo que hay que volver a la raíz del conocimiento. Conocer de manera fija, firme y segura lo básico para luego, sobre ello, construir lo más complejo. Pienso que, sobre todo en las escuelas de niños muy pequeños, diversifican demasiado, no se recalca el conocimiento básico de la lectura y la escritura. Si la materia que impartes hoy no tiene los cimientos de lo que explicaste ayer, un porcentaje grande de niños se pierde. Lo recuerdan tres privilegiados que tienen buena memoria y lo estudiaron o que tienen unos padres dedicados que les piden que les expliquen lo que aprendieron en el colegio, pero los demás se pierden.
«Si todo es muy placentero te acabas durmiendo y hay que estar despierta. Es querer estar vivo, y estar vivo es estar en movimiento»
-Los niños son la base sobre la que se levanta el futuro de una sociedad. Desde tu punto de vista ¿se les está educando con esa mentalidad?
-En general, los niños están muy consentidos, no se les exige y hay que exigirles en la medida de sus posibilidades. Al principio será una responsabilidad pequeñita pero a medida que van creciendo tienen que ir asumiendo su parte, tienen que saber estar en orden y tener un poco de sentido del momento. Yo creo que la sociedad se está equivocando. Que un juez condene a un padre a estar alejado un año porque le dio una torta al hijo, me parece una equivocación a no ser que en la conducta del padre quede claro que es algo brutal y repetitivo. El castigo tiene que ser siempre proporcional, pero ante todo hay que ser firme y no decirle ahora que no y después sí. La firmeza es importante y el castigo tiene que existir, pero no necesariamente el castigo físico. Pienso que es mejor decirle que este año los reyes no le traen aquel juguete que quería porque hizo determinadas cosas que no puede hacer, pero con firmeza. También es cierto que es muy complicado porque todo depende de las circunstancias que tengan o que hayan vivido los adultos: todo tiene una causa pero dejarse llevar por la ira es una debilidad tremenda.
-¿La responsabilidad de educar debe recaer sobre los padres o sobre los profesores?
-Básicamente los padres y la familia como conjunto son los que tienen que educar. En la escuela es donde te tienen que inculcar la dirección o el proyecto porque la forma de trabajar también te educa en la responsabilidad. Para mí está claro que la escuela te ayuda a elegir lo que quieres ser ya que si tienes un buen profesor en una materia, lo más fácil es que tú vayas por ahí porque la descubres y te encandila. Si tienes malos maestros todo es un desastre.
Tampoco nos podemos olvidar de los medios de comunicación, de los carteles que leemos, la limpieza o el orden que vemos en los sitios… Todo nos educa.
-Ahora es muy típico ver a los abuelos ejerciendo de padres…
-Respecto a este tema no puede haber una opinión única. Todo eso depende de la circunstancia de cada uno y de las relaciones de esa familia. Si entre los hijos y los padres hubo siempre buen rollo, en un momento determinado que la hija necesite de su ayuda dirán que sí y lo harán con gusto. Pero si siempre hubo egoísmo y un día los hijos les piden que se queden con los críos porque lo que quieren es ahorrar y no pagar a alguien pues es algo que yo personalmente me cuestionaría. Sobre todo cuando se pretende que los abuelos también eduquen porque, si no lo hacen, es peor, después a esos niños no habrá quien los aguante.
-La situación social de la mujer ha evolucionado mucho desde que tú comenzaste a estudiar hasta ahora pero la violencia de género aumenta. ¿Cómo se puede entender esta situación?
-Yo no le encuentro explicación y más en una sociedad en la que todo está mucho mejor que antes. Pienso que es importante la educación de la mujer y creo que también tiene algo que ver con tu seguridad y con el concepto que tienes de ti misma, con el poder afirmar tu personalidad. Yo nunca me sentí inferior ni superior respecto a los hombres con los que tuve contacto, tampoco hubiera admitido un trato de inferioridad. A mí un hombre me da el primer bofetón pero no me da el segundo porque me marcho, aunque pierda todos los derechos que tenga. Antes la mujer no solo era el ama de casa sino que también era la cocinera, la administradora, la costurera para los hijos y otras muchas cosas. Lo que es el trabajo de la mujer siempre significó una aportación enorme en la prosperidad. Pienso que tenemos que educar a todas las mujeres y a las niñas con un sentido de igualdad, que entiendan que no son ni menos ni más. Esto es tarea de la educación en casa, en la escuela y en la universidad.
«A mí un hombre me da el primer bofetón pero no me da el segundo porque me marcho aunque pierda todos los derechos que tenga. Pienso que tenemos que educar a todas las mujeres y a las niñas con un sentido de igualdad, que entiendan que no son ni menos ni más»
-¿Qué sueños tienes ahora?
-Me gustaría hacer un crucero de tres meses dando la vuelta al mundo, como Magallanes. No hay que ser pesimista pero sí realista y creo que va a ser difícil. Cada vez tengo más dificultades de salud y hay que saber aceptar el paso del tiempo y el deterioro que vas sufriendo. También me gustaría ser capaz de organizar algo de poesía que escribí y publicarlo. Ahora estoy preparando el doctorado principalmente por seguir viva, por seguir buscando y estudiando. Me ayuda el hacerlo de manera sistemática porque es una forma de mover la cabeza con energía y con sentido crítico. Es una manera de seguir inquietándote porque si todo es muy placentero te acabas durmiendo y hay que estar despierta. Es querer estar vivo, y estar vivo es estar en movimiento.
-Me maravilla tu pasión por seguir aprendiendo, por estar activa y tan viva.
-Una de las lacras de la enseñanza actual es que no estimula el esfuerzo y es muy importante, la inquietud por saber, por buscar en la línea que sea porque la temática es inagotable. Hay muchas cosas interesantes en la naturaleza, en la historia, en el universo… Al margen de buscar algo concreto, es vital esa inquietud primera, buscar y no quedarte al margen de la ciencia, de la economía de tu país y de los países del mundo. Conocer el mundo es una obligación y aunque hacer algo por arreglarlo es utópico, siempre podré ser una voz crítica en determinado momento y sobre todo podré saber y conocer.