Siendo muy pequeña escuchaba a su abuela cantar tonada. Y entre montañas, en el concejo de Caso, se enamoró de aquella música tan peculiar típica del chigre. Con pasión, paciencia y perseverancia, Anabel Santiago está demostrando que la tonada puede ser mucho más que un género restringido al folclore tradicional. Su trabajo demuestra que este género puede romper muchos moldes y aspirar a la modernidad sin abandonar sus raíces.
Con Anabel Santiago llegó la revolución a la música tradicional. Natural de Argentina, llegó a Asturias con cuatro años y comenzó a ganar concursos de tonada muy joven: iban cayendo uno tras otro, sin que apenas tuviera tiempo para asimilarlo. “Fue como si me hubiera agarrado a un tren del que no me pude bajar nunca, cosa muy positiva y que marcó mi carrera artística y mi vida”. Lo que empezó como un hobby es ya una apuesta decidida, y entre ceja y ceja tiene como objetivo modernizar la tonada y actualizarla como un género que atraiga también a los jóvenes.
-A lo largo de todo este camino has ganado prácticamente todos los concursos de Asturias. ¿Te consideras una corredora de fondo de la canción asturiana?
-Sí, creo que casi todos los intérpretes de tonada lo son. Ésta es una carrera larga, y yo por suerte entré ganando. Cuando empecé era muy chiquita y tuve mucha suerte y mucho a mi favor, pero durante los años siguientes tuve que aprender a mantenerme en el ruedo.
-Muestras un particular empeño en demostrar que la tonada no es sólo una música para mayores.
-Exacto, tienen que empezar a cambiar muchas tornas, entre ellas el relevo generacional. A día de hoy somos solamente un puñadito de gente joven la que está cantando tonada. La mayoría de los intérpretes pasan de los cincuenta años, cosa que hasta cierto punto genera preocupación porque también nuestro público es de una edad considerable. Así que mi propuesta es renovar la tonada asturiana de forma que la acerquemos a la gente joven desde los estilos que están de moda ahora. Se trata de dar un pasito hacia la modernidad sin perder la raíz, respetando la tradición.
“Hoy en día es todo marketing, y a la tonada le falta aprender a venderse fuera y convencer”
-¿Es posible compatibilizar tradición y modernidad?
-La tonada clásica no va a cambiar ni un ápice, los patrones clásicos los conocemos y hay muchísima gente purista. Lo que tenemos que hacer es dar una vuelta de rosca para intentar que haya otros puntos de vista, como ocurrió en el flamenco. En Andalucía no existe solamente el cante jondo, hubo grupos que lo fusionaron con todo tipo de estilos para enriquecer un género que no solamente tiene que recrearse en el recuerdo de los clásicos, que es lo que ocurre aquí en la mayoría de los concursos. No podemos estar continuamente hablando de temas que ya están “obsoletos” porque estamos en la generación de la consola y la gente joven necesita que le hablen de temas de actualidad. Tenemos que subirnos a ese carro de la modernidad y es lo que yo estoy intentando hacer desde mi humilde punto de vista.
-¿Podría la tonada seguir los pasos del flamenco y llegar a convencer a un público internacional?
-Eso ya ha ocurrido. Cuando saqué el disco hicimos una gira por la península y por un montón de países, y fue sorprendente ver el recibimiento de la gente que descubre una forma de interpretar desconocida para ellos. La mayoría de la gente no sabe que en Asturias existe esta forma de canto. Por ejemplo tengo una tonada a capella, Arboleda: una tonada brava, con el máximo de potencial y de intensidad, que es curiosamente el tema más aplaudido. Así que yo me planteo siempre que no supimos vender la tonada asturiana fuera. Hoy en día es todo marketing, y a la tonada le falta aprender a venderse y convencer.
-Pero para poder venderlo tenemos que estar convencidos los asturianos.
-Ahí quería llegar, la actitud de la persona, que interpreta y que desarrolla el producto, y la imagen es fundamental. Primero te lo tienes que creer. Siempre supe que quería hacer cosas nuevas con la tonada y si tú estás convencida y luchas por ello, esto se transmite a la gente.
“Cada vez que paso por La Corredoria y veo la calle que lleva mi nombre no me lo puedo creer”
-Eres una persona a la que gustan los retos. ¿Es difícil vivir de la música?
-Sería una soberbia decir que es fácil, sobre todo en los tiempos que corren. Además estamos acostumbrados a escuchar en Cuarenta Principales cualquier cosa menos música alternativa o de autor. Cada día es un reto para mí, pero lo estoy superando muy bien, además estoy apoyando mi labor artística con la docencia. Acabo de sacar la plaza de profesora de tonada asturiana en el Ayuntamiento de Oviedo y estoy impartiendo clases, intentando captar toda esa savia nueva que hace falta para que el día de mañana una generación nueva pueda hacer, si no lo que hago yo, cosas muy parecidas o muy creativas en torno a la tonada asturiana.
-¿Impresiona tener una calle con tu nombre en el barrio de La Corredoria, en Oviedo?
-Es lo más grande que me ha podido ocurrir porque es algo que pasa a la historia, además esa calle se me otorgó cuando era muy joven, dieciséis o diecisiete años. Cada vez que paso por La Corredoria y la veo no me lo puedo creer. Si tuviera setenta y cinco años sería diferente pero siendo tan joven es muy chocante y a la vez muy gratificante. Me dan ganas de seguir luchando, de hacer muchas cosas porque creo que mi labor no deja de ser una gratitud a todo lo que la vida y lo artístico me ha dado; como decía Violeta Parra, “gracias a la vida que me ha dado tanto”.
-Irrumpes en el mercado con un disco muy sugerente, “Desnuda”. ¿Qué has pretendido con este trabajo?
-Es una metáfora. He intentado librarme de prejuicios y liberar a la gente que lo escuche, porque mucha gente me dice “no nos gusta la tonada, sin embargo nos gusta lo que haces tú”. Pero lo que yo hago también es tonada, ahí está la revolución. Por eso en “Desnuda” salgo despojada absolutamente de todo, diciendo “aquí estoy al natural”, y dando esa vuelta de rosca para que la gente vea que se pueden hacer las cosas de forma diferente.
“Mi propuesta es renovar la tonada asturiana para acercarla a la gente joven desde los estilos que están de moda ahora. Se trata de dar un pasito hacia la modernidad sin perder la raíz, respetando la tradición”
-Preparas nuevo disco. ¿Por dónde van a ir los tiros ahora?
-En cada disco me reinvento, no me gusta repetirme. Va a haber un cambio estructural, un cambio de imagen, un cambio musical y de concepto… y no te voy a adelantar más.
-Te atreves con la autoproducción de tu disco, ¿una aventura que recomiendas?
-Sí, porque quizá la autoproducción no se vea tan rentable desde un punto de vista comercial, pero a la larga lo es. Todo tu trabajo te pertenece, es una labor creativa de cabo a rabo. Siempre digo que mis discos son mis hijos pero uno autoproducido es el gran hijo, sin duda. Te ayuda a aprender muchísimas cosas que si te dejas llevar por una compañía discográfica no llegas a comprender.
-Con tu trayectoria profesional demuestras ser autosuficiente y no tener miedo a correr riesgos. ¿Lo tienes más complicado por ser mujer?
-Qué duda cabe de que todavía el machismo está bastante extendido en nuestro país, no hay más que poner la televisión. Pero cuando una quiere, puede, es una cuestión de que la mujer se crea lo que vale. ¿Qué puede pasar? ¿Que salga mal? No hay problema, se vuelve a empezar. Yo soy muy positiva en ese sentido y creo que muchas mujeres deberían aprender a guiar su vida sin ataduras, desprendidas de muchas cosas, desnudas. Todos mis trabajos anteriores enlazan en el hilo conductor de la perseverancia, la pasión y la autosuficiencia de una artista y una mujer.