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viernes 19, abril 2024

Libertad de prensa, cada vez más lejos. José Antonio Bron, Presidente de la Asociación de la Prensa de Oviedo.

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El descenso de las ventas y una importante reducción de la publicidad ensombrecen el futuro de la prensa en papel. La Voz de Asturias se ha visto abocada al cierre, El Comercio amenaza con un ERE y la crisis afecta también a las radios y televisiones locales, que sufren importantes recortes. El periodista José Antonio Bron, presidente de la Asociación de la Prensa de Oviedo, ve con preocupación esta ruptura de pluralidad informativa.

¿Cómo ve el panorama de los medios de comunicación en Asturias?
-Francamente, muy mal. Las previsiones indican que la publicidad descenderá un 12% más con respecto al año pasado. Se están negociando convenios a la baja, sin aumento salarial, con incrementos de la jornada laboral que en nuestro caso son de doce horas… No veo un futuro esperanzador ni en Asturias ni en España. Están cerrando medios locales y regionales prácticamente todos los días.
-¿Qué supone esta pérdida de pluralidad informativa en una comunidad como la nuestra?
-El hecho de habernos quedado en manos de dos periódicos diarios y el cierre de algunas emisoras como Punto Radio, supone una ruptura de la pluralidad informativa, una agresión a la libertad de información y cierra la posibilidad de que los ciudadanos se informen de forma objetiva y plural. No es un problema exclusivo de Asturias, sino de ámbito nacional.

«Un periodismo de investigación, objetivo y veraz no interesa al poder político, ni al financiero, ni a nadie. Así de claro»

-¿Quiénes son los responsables de esta situación?
-La concentración de los medios de comunicación en los noventa provocó que la mayoría quedase en manos de cuatro o cinco empresas, en las que participan poderes financieros y políticos. Esto dificulta y deteriora considerablemente la libertad de información. El caso de La Voz de Asturias ha sido sangrante, porque era un periódico de referencia en sectores políticos y económicos, a nivel nacional. Se vio abocado al cierre porque la empresa responsable, Mediapubli, acabó en concurso de acreedores. Se intentó salvar el periódico hasta el último segundo pero no hubo ninguna posibilidad. Ha sido uno de los golpes más fuertes que hemos recibido en Asturias en lo que a medios de comunicación se refiere; sin olvidar que en los últimos años también han desaparecido prácticamente todas las televisiones locales: TeleAvilés, Oviedo TV, Cuencas Mineras Televisión.
-Las radios y televisiones públicas están en el punto de mira de los políticos, que transmiten el mensaje de que son gastos que no nos podemos permitir.
-Eso es pura demagogia política con un objetivo muy claro por parte del Partido Popular, que es privatizar los medios de comunicación públicos. Sería una auténtica barbaridad, porque todo país necesita un medio de comunicación público e independiente de los gobiernos, para garantizar una información objetiva y veraz. No hay en Europa ni un solo país que no tenga una televisión pública saneada. En el caso autonómico el objetivo es el mismo: acabar con las televisiones públicas o adjudicarlas a los amigos. De hecho, en el Parlamento asturiano hace unas semanas Foro Asturias planteó una propuesta para adjudicar la RTPA. Evidentemente, no va a salir adelante porque PSOE e IU se van a oponer, pero es un intento que demuestra claramente la intención de ciertos grupos políticos.
-Hace poco, desde la Asociación denunciaron el intento del entonces presidente Álvarez Cascos, de acosar a determinados periodistas asturianos. ¿Cómo se llegó a esa situación?
-El conflicto ya existía desde que Cascos llegó aquí y tomó posesión. Nosotros tardamos en poner sobre la mesa este tema, pero cuando se comenzó a insultar públicamente a los periodistas de información de Televisión Española, TPA y la desaparecida Voz de Asturias, tuvimos que denunciarlo porque no podíamos permitir ese acoso permanente. Fue un intento claro de presión para que no diésemos una información veraz y objetiva.

«Los políticos defienden por una parte la libertad de expresión pero después presionan a los directores de los medios para que tal o cual periodista escriba al dictado de lo que ellos quieren»

-¿Había ocurrido antes algo así?
-Los políticos por una parte defienden la libertad de expresión, la abanderan incluso, pero después presionan a los directores de los medios para que tal o cual periodista escriba al dictado de lo que ellos quieren. Si estos se niegan, -como sucedió con un periodista de El Comercio hace un tiempo-, presionan para que el director eche al trabajador a la calle. La presión sobre los periodistas por parte de políticos o financieros es una práctica muy común, aunque también es verdad que cada vez la presión es menor porque desgraciadamente ya es habitual que los grupos políticos y los bancos formen parte de los consejos de administración de los grandes medios.
-¿Es posible encontrar hoy en día una información transparente, alejada de los intereses económicos de las grandes corporaciones?
-Es muy difícil. Es posible encontrarla en los medios alternativos y también en algunos generalistas, pero resulta complicado porque la situación de las empresas es realmente mala. Los periodistas no estamos contando lo que de verdad está ocurriendo porque los grandes poderes están metidos en los medios de comunicación y no permiten que lo hagamos para no sublevar más a una sociedad que ya está bastante indignada. Y creo que la sociedad ya se ha percatado de ello.
-La profesión periodística está muy desacreditada. ¿Se lo ha ganado a pulso?
-Intervienen varios factores. Somos uno de los pocos países de Europa donde no hay un estatuto que regule la profesión. Cualquiera que hace un blog y vuelca información dice que es periodista. Tenemos unos salarios -en torno a los trescientos o cuatrocientos euros- que rozan la esclavitud. Y todo periodista que no sea sumiso sabe que vive con la amenaza de ser despedido. Esto dificulta que se pueda hacer una información objetiva, provoca un deterioro de la profesión, de la información y de la democracia, porque una sociedad no es libre sin una información libre.

«El hecho de habernos quedado en manos de dos periódicos diarios y el cierre de algunas emisoras supone una ruptura de la pluralidad informativa, una agresión a la libertad de información»

-Se ha criticado mucho la manera en que se está utilizando el miedo como arma de manipulación social, por ejemplo a la hora de informar sobre temas económicos. ¿Qué responsabilidad tenemos en esto los medios de comunicación?
-Tremenda porque, como te decía antes, no estamos contando la realidad. Eso no quiere decir que el periodista que trabaja en ese medio sea el responsable. Sé de compañeros que tienen auténticos problemas a la hora de dar una información que no vaya en consonancia con lo que piensa la empresa. Es un problema que no hay forma de romper dada la precariedad laboral que padecemos, tanto en los salarios como en los contratos.
-Hemos pasado de un mundo donde la información era escasa a un océano de información. ¿Cómo saber lo que está pasando?
-Ahora estamos saturados de información. Si uno por la mañana escucha tres informativos y lee tres o cuatro periódicos, cree que está informado y es mentira. Todos cuentan lo mismo y esa saturación esconde grandes lagunas informativas. Lo que nos llega es muy superficial y uniforme. Echo de menos el periodismo de investigación, el reportaje en profundidad. En cambio, nos bombardean con temas como la dichosa prima de riesgo que ni sabíamos que existía, con el mercado financiero, con el euro… Hay interés en que esta profesión llegue a la situación en que está ahora. Un periodismo de investigación, objetivo y veraz no interesa al poder político, ni al financiero, ni a nadie. Así de claro.

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