Alvaro González pasa desapercibido en el Hospital General de Asturias. Con su bata blanca y sus vaqueros parece un médico más. Nadie diría que este cardiólogo asturiano preside desde hace tres años Médicos del Mundo, una organización humanitaria comprometida con los excluidos, que alerta de los recortes de la reforma sanitaria que ha dejado sin control médico a más de 800.000 personas en España.
¿Quiénes serán los siguientes? se preguntan. Para ahondar sobre el tema, acaban de poner en marcha la campaña de concienciación ‘Nadie Desechado’.
Nos recibe en su despacho, compartido con otros compañeros de cardiología, en el Hospital Central de Asturias. Su agenda está bastante completa estos días. Acaban de presentar la campaña y las entrevistas se suceden en distintos puntos del país. Este defensor de la sanidad pública se ha ofrecido a «hablar de los desechados del sistema sanitario, sin demagogias, con información científica y números en la mano».
-Según datos del Gobierno, cada día se retira la tarjeta sanitaria en España a 2.300 personas. Más de 873.000 desde la entrada en vigor de la reforma sanitaria. ¿Quiénes son los afectados por esta reforma?
-Los primeros afectados fueron los inmigrantes en situación irregular, después con el copago se sumaron fundamentalmente personas jubiladas, con bajos ingresos y personas con dependientes a su cargo. Por cierto, que aunque se hable de copago en el fondo es un ‘repago’, ya que el Sistema Nacional de Salud (SNS) lo financiamos previamente todos a través nuestros impuestos ya sean directos e indirectos.
-En octubre entró en vigor el copago de medicamentos de dispensación hospitalaria para enfermos crónicos. ¿Qué alcance creen que puede tener esta nueva medida?
-Estamos asistiendo a una nueva penalización, que en este caso afecta a enfermos crónicos: quimioterápicos, enfermos renales, con hepatitis crónica, artritis reumatoide… Es difícil prever el impacto que esto tendrá, pero es muy significativo que después de que cuatro comunidades -Asturias, Euskadi, Cataluña y Andalucía- se declarasen en rebeldía, es decir, se negaran a aplicar dicha norma, haya dos comunidades más que han puesto pegas a la aplicación de este copago: Valencia, y Castilla y León, ambas lideradas por el PP. Esto quiere decir algo.
«Los primeros afectados fueron los inmigrantes en situación irregular, luego personas jubiladas, ahora enfermos crónicos. ¿Quiénes serán los siguientes?»
A partir de ahora los enfermos crónicos se van a sumar a ese 17% de jubilados (según datos de la Unión Democrática de Pensionistas) que en este momento son desechados del SNS porque no pueden pagar sus tratamientos. Y desde Médicos del Mundo nos preguntamos: ¿cuál será el siguiente colectivo?
-El Gobierno justifica estas medidas por razones económicas, un argumento que ustedes no comparten.
-Se mire desde donde se mire, y por mucho que lo repita la señora Mato, no hay nada que justifique estas medidas. Desde el punto de vista del derecho es una medida injusta, porque contradice las convenciones internacionales ratificadas por nuestro gobierno y por el resto de países de la UE donde se contempla la salud como un derecho. Desde la ética profesional, ¿dónde queda el juramento hipocrático y el código deontológico al que nos debemos todos los profesionales de la salud? Si lo miramos desde la perspectiva de salud pública, los expertos se llevan las manos a la cabeza, porque las enfermedades transmisibles no entienden de barreras administrativas y estamos generando una situación de peligro. Dejar a todos estos colectivos fuera del sistema de seguimiento y de los protocolos de prevención va a generar problemas. Tenemos el precedente de Grecia, que sufre recortes desde hace tres años. Redujeron en un 30% los programas de reparto gratis de jeringuillas y preservativos, y en un año el incremento de la incidencia del VIH fue de un 1.500%.
-Vamos, que el ahorro no aparece por ningún lado.
-No. Y eso no lo decimos nosotros: lo dicen revistas de primer nivel como The Lancet, British Medical o New England cuando advierten de que lo único que generan las medidas de copago que se vienen aplicando es más ingresos hospitalarios a medio plazo, más visitas a urgencias y por tanto un incremento en los costes. El FMI y el Banco Mundial han reconocido que se confundieron al obligar a países latinoamericanos a aplicar este tipo de medidas de recorte sanitario. Y se ha comprobado con el tiempo que países que no siguieron este camino han conseguido mejores resultados.
«No deja de ser llamativo aprobar un Real Decreto que busca la austeridad y no acompañarlo de una memoria económica que justifique esa norma»
Nuestro SNS es uno de los más reconocidos a nivel internacional por la aceptación social, la valoración positiva de los profesionales y por su reducido coste. Las cifras no avalan ni justifican estos recortes a no ser que lo que persiga el Gobierno sea dividir el sistema sanitario: uno para la beneficencia, otro para la mayoría y un tercero, más selecto, para quien pueda pagarlo. Incluso EE.UU. -que tiene unos indicadores sanitarios peores que en África- está en la línea de ampliar el seguro y la cobertura mínima para toda la población. Somos el único país donde se está retrocediendo en la universalidad del acceso a la salud. Vamos justo en sentido contrario a las recomendaciones de la OMS.
-Si estas medidas que está aplicando el Gobierno no son eficaces, ¿por qué no se cambian?
-Ellos han conseguido la mayoría absoluta de forma democrática y no hay discusión. Pero aprobar un Real Decreto que busca la austeridad y no acompañarlo de una memoria económica que justifique esa norma, que además es extraordinaria, no deja de ser llamativo. Son nuestros políticos, quienes nos representan, pero deberían hacerlo con la realidad de las cosas, no con demagogia.
-MDM acaba de lanzar la campaña «Nadie Desechado». ¿Qué objetivo persigue?
-Principalmente dos. Por un lado darnos cuenta del buen sistema sanitario que tenemos, con sus mejoras y posibilidades de cambios, y lo que se está haciendo en estos momentos con él: desmantelar el sistema público de sanidad universal, excluir a los colectivos que más lo necesitan, e intentar destruir uno de los sistemas sanitarios más reconocidos internacionalmente.
«Las cifras no avalan ni justifican estos recortes a no ser que lo que persiga el Gobierno sea dividir el sistema sanitario»
Y por otro lado, buscamos recaudar fondos para mantener nuestros proyectos de acceso a la salud, que tenemos en marcha en doce comunidades autónomas, y para ayudar a financiar los estudios e informes que estamos elaborando. También necesitamos apoyo y los SMS que recibamos a lo largo de la campaña nos pueden servir de termómetro para ver nuestra capacidad de transmitir a la opinión pública la realidad que se esconde detrás de cada uno de estos copagos, que excluyen cada vez a más personas. Mañana te puede pasar a ti.
-Para MDM, esta situación no es irreversible.
-Claro que no, creemos que son medidas equivocadas y que con la presión social se pueden conseguir muchas cosas. A nivel internacional hemos podido comprobar la capacidad de movilización del 15M -con sus pros y contras-, de la Plataforma contra los desahucios o de otros grupos sociales. Entre todos han conseguido incluir en las agendas de los políticos temas que antes no estaban. En MDM queremos movilizar a toda la población para conseguir la universalidad de la salud porque hay que luchar por ello. La opinión pública cada vez tiene más fuerza y lo estamos demostrando con nuestro trabajo en red, coordinándonos con otras organizaciones.
-Desde la organización han elaborado un mapa-semáforo sobre la incidencia del Real Decreto en las distintas Comunidades Autónomas. Y Asturias encendió el color verde. ¿Cómo están ahora las cosas?
-La aplicación del RD está siendo terriblemente asimétrica ya que no existe reglamentación sobre la normativa, sale una circular y luego otra; hay un caos tanto informativo como administrativo. En Asturias no fue necesario hacer la campaña de objeción de conciencia que pusimos en marcha en el resto del país porque el gobierno autonómico se declaró en rebeldía y dijo que aquí se funcionaría como antes del RD. Puede haber casos puntuales como en otras comunidades, pero el Gobierno del Principado defiende la asistencia universal frente a los recortes. Lo que sí es cierto, y eso nos preocupa, es el efecto disuasorio que se produce cuando entras en un centro de salud y ves un papel donde te informan de que a partir de ahora se va a hacer la solicitud de pago previo o consentimiento de pago. ¿Cuántas personas dejan de acudir a estos centros y van directamente a urgencias? Supongo que muchas más de las que hemos constatado.