Cantabria está considerada como un auténtico paraíso de la naturaleza. Un espacio donde se combinan en armonía impresionantes montañas con espectaculares playas, calas y acantilados. Miguel Angel Revilla, Presidente de Cantabria, nos descubre algunos de sus secretos y nos invita a visitarla.
-Está usted considerado como el mejor activo promocional de Cantabria. ¿Cómo lo ha conseguido?
-Siempre he entendido que una de las funciones prioritarias de cualquier Presidente es promocionar su tierra, contribuir a su mejor conocimiento y captar el interés sobre ella.
Cuando llegué a la Presidencia me encontré una región escasamente conocida, una situación que no podía entender, teniendo como tiene tanto que ofrecer y compartir con el resto del mundo. A día de hoy eso ya no ocurre, mi tierra no sólo es conocida, sino también valorada en el resto de España. He puesto un empeño especial en contribuir a que sea así y he aprovechado todas las oportunidades a mi alcance para hacerlo. No sé si soy el mejor activo promocional como usted afirma, eso deben juzgarlo otros, pero sí puedo asegurar que me empleo a fondo.
-¿Por qué “Cantabria Infinita”?
-Porque refleja a la perfección lo que es Cantabria. Hablamos de un territorio pequeño geográfica y poblacionalmente, pero dotado con una belleza incuestionable, tanto por sus valores naturales como por su historia y su patrimonio artístico y cultural. Esta tierra tiene mar y playas maravillosas, también está atravesada por montañas, cuenta con valles únicos, bosques, una riqueza animal impresionante… Si hablamos de historia, estamos en el territorio de Altamira, del histórico pueblo cántabro que con tanta bravura se enfrentó al Imperio Romano, en el origen del Camino de Santiago, en la cuna del idioma español y el origen de personalidades de la talla de Lope de Vega, Quevedo, Calderón de la Barca, Juan de Herrera, Juan de la Cosa, Beato de Liébana, Gerardo Diego, Menéndez Pelayo, María Blanchard, Concha Espina… La lista es tan larga que no hay espacio en esta entrevista para reproducirla. Esta región cuenta también con un patrimonio arquitectónico y cultural impresionante, con una gastronomía magnífica, con buena gente, receptiva y hospitalaria… En fin, con cualidades infinitas.
“En Cantabria, y también en Asturias, disfruto de las mejores emociones”
-Una de sus mayores apuestas es la candidatura de Santander como Capital Europea de la Cultura 2016, pero parece que la cosa está bastante reñida. ¿Cuál es su argumento estratégico?
-Acabo de darle infinitas razones por las que Cantabria merece ser elegida Capital Europea de la Cultura en 2016. Es cierto que la competencia es dura y que tenemos enfrente a otras ciudades maravillosas, pero los cántabros creemos en nuestras posibilidades. El proyecto de Santander va más allá de la aspiración de una ciudad, es el reto asumido por toda una región que quiere mostrar y compartir con el resto del mundo su pujanza cultural, su historia, su vocación artística.
-“Cuando paso del puente de Unquera no tengo la sensación de haber salido de mi tierra. Me siento como en casa”, ha comentado. ¿Qué es lo que más le gusta de Asturias?
-Yo me siento muy asturiano y, como de Cantabria, de Asturias me gusta casi todo. Nací en una zona limítrofe, en el valle de Polaciones, donde las costumbres y las tradiciones populares son las mismas que las asturianas. Considero que Cantabria y Asturias somos dos pueblos hermanos, la misma tribu, he asegurado en muchas ocasiones. Tenemos una cultura popular común, nos une la historia, prácticamente el mismo paisaje… Pero, por responder exactamente a la pregunta, lo que más me gusta de Asturias son los asturianos. Son gente maravillosa, muy parecidos a nosotros, los cántabros, personas de bien, honradas, trabajadoras y hospitalarias. Además, allí me siento muy querido.
“Considero que Cantabria y Asturias somos dos pueblos hermanos. Tenemos una cultura popular común, nos une la historia, prácticamente el mismo paisaje…”
-Ha confesado su pasión por la canción asturiana. ¿Su “tonada” favorita?
-Me encanta la canción asturiana y puedo decir que no se me da del todo mal entonarla. Son las canciones de mi infancia. Me encantan todas las de “El Presi”, “Desde el altu l’atalaya”, “Xilguerín Parleru”, “Voy pa Llanes”, “La mina de La Camocha”…
-¿Qué fiesta o evento de esta tierra procura no perderse?
-Hay varios a los que intento no faltar, por ejemplo la entrega de los premios Príncipe de Asturias en Oviedo, el Concurso de la Canción Asturiana en Langreo o el descenso del Sella, donde desde hace ya más de una década gana siempre un cántabro. Este año he sido pregonero de la fiesta de los mineros, Santa Bárbara, en Mieres. Me emocioné mucho, porque siento verdadera veneración por los mineros. También fue inolvidable para mí la fiesta que me dieron en Xixón para recoger el premio ‘Gesto sportinguista’.
“Cuando llegué a la Presidencia me encontré una región escasamente conocida, una situación que no podía entender, teniendo como tiene tanto que ofrecer y compartir con el resto del mundo”
-¿Qué piensa cuando un ayuntamiento asturiano le invita a pronunciar el pregón?
-Que tengo que ir a darlo. Como ya le he dicho no sólo soy fan de Asturias, sino que también me siento en deuda con su gente por todo el cariño que me demuestra. Este año he recibido casi un centenar de invitaciones para dar pregones y sólo he aceptado las que me plantean en Cantabria, las de Asturias, y últimamente alguna de Lugo, porque de allí era mi suegro y mi mujer me pidió que acudiera.
-Muchos asturianos eligen Cantabria para pasar sus días de descanso. ¿Un lugar obligado?
-Uno no, muchos. Por ejemplo, San Vicente de la Barquera está casi en la frontera y desde el puente de esta bellísima villa se puede hacer la foto que a mí me inspiró el slogan Cantabria Infinita, porque estás a pie de playa y si levantas la vista ves el Naranjo de Bulnes, a 28 kilómetros. Creo que es una imagen que concentra toda la belleza infinita de Cantabria. También es obligada la visita a la cueva del Soplao -la Capilla Sixtina de la geología-, a Comillas, Altamira y Santillana del Mar, Santander, las villas costeras de la comarca oriental, los valles pasiegos, Campoo y su estación de esquí… Posibilidades infinitas.
-Cuando Revilla viaja por placer, ¿qué busca?
-No suelo viajar por placer, no me gusta. Para mí, el mayor placer es trabajar por Cantabria, me apasiona mi tierra y aquí hay todo lo que yo necesito para ser feliz. Cuando tengo algo de tiempo libre me encanta recorrer los pueblos de Cantabria, volver a mi valle natal de Polaciones, pescar en los ríos cántabros, recoger setas…
-¿Cree usted que es necesario irse lejos para disfrutar de la emoción de viajar?
-Desde luego para mí no. En Cantabria, y también en Asturias, disfruto de las mejores emociones. ¡Puxa Asturies!.