Visión global, internacionalización y una apuesta firme por la la innovación. La Federación que reúne a mujeres Empresarias y Directivas de Asturias, trabaja con miras amplias. Belén Fernández asumió la presidencia en 2011, en un momento en el que había que inyectar energía al proyecto FEDA (Federación de Mujeres Empresarias y Directivas de Asturias): ‘Había que mover la conciencia de que las mujeres tenemos que estar presentes en muchos lugares. Poquito a poco, sin agredir a nadie. Con talante. Pero también con mucho talento’.
FEDA ha dado un giro importante en los últimos años. Durante la etapa anterior, presidida por Mª Ángeles Fernández García, se crearon las bases para establecer una red que abriese el contacto y la comunicación entre empresarias y directivas de toda Asturias. Se pusieron en alto dificultades y soluciones. Se dieron pasos para paliar el aislamiento que tradicionalmente padece la mujer que se sienta en la silla para dirigir a su propio equipo. Se establecieron lazos entre la zona oriental y occidental de Asturias, demostrando que no toda la actividad empresarial se agrupa en el centro. Se reconoció con la entrega anual de una Xana de Plata la labor de las empresarias asturianas en favor de la conciliación. Con el cambio de presidencia en 2011 se pone el acento en lo internacional, como vía necesaria para la expansión. Se establecen convenios con terceros países y se amplía el ámbito de actuación. La Xana desaparece mientras se gesta un nuevo galardón, con miras más internacionales. «Además, ¿por qué las mujeres, cuando nos premiamos, nos quedamos en la plata?», se pregunta Belén Fernández, actual presidenta. Ahora FEDA planea la organización de un macroevento acorde a su nueva orientación, con un premio a una persona, hombre o mujer, relevante para Asturias en algún aspecto. Y que subraye el giro: el acento puesto en la internacionalización, la visibilización de la mujer en el mundo, el dinamismo de sus asociadas. Colaboran asimismo con Women CEO, organización de empresarias y directivas, que busca poner en contacto a más mujeres que puedan encajar en el perfil de socias.
-FEDA ya no es lo que era.
-Buscábamos dar un cambio, y la verdad es que ahora casi no hacemos nada de lo que hacíamos. Para avanzar no hay que centrarse ya en la confrontación, las peleas de género no sirven en el mundo empresarial. Lo que hay que hacer es usar los instrumentos que tenemos ahora, que son la innovación, la internacionalización, el conocimiento, la capacidad. Hacia ahí va FEDA.
«La mentalidad tiene que ser global. Lo contrario sería muy primitivo»
-¿Cuáles son los pasos a dar?
-Las mujeres tenemos que estar en los puntos clave. Yo siempre he peleado para que alrededor de esta mesa se sienten tantos hombres como mujeres, pero para eso resulta imprescindible tener presencia en sectores innovadores: en nanotecnología, en eficiencia energética… porque si no, no nos sentaremos en esta mesa nunca, siempre estaremos haciendo «cosas de mujeres». Hay que ir más allá.
-¿Quienes forman la Federación?
-Mujeres muy interesantes, en torno a doscientas, de sectores tan distintos como la construcción, el metal, la formación, etc. Todas son empresarias, todas son emprendedoras y todas aportan. Eso le da un carácter diferente de empuje y arranque.
-¿La crisis ha traído más emprendedoras?
-La crisis es tremenda, y hay tanto mujeres como hombres que son emprendedores por necesidad. Por otra parte están las que son emprendedoras «de largo recorrido». En general las mujeres están mucho más preparadas ahora que cuando yo empecé, tienen a su disposición cantidad de organismos que apoyan el emprendimiento, tienen más formación y son más jóvenes.
-¿Hay alguna regla de oro para emprender?
-Yo creo que lo primero es tener claro hasta dónde te quieres meter y cómo se va a repartir el trabajo, la responsabilidad y el beneficio con el resto de las personas. Desde el minuto cero hay que poner eso encima de la mesa. Y hacer un buen plan de negocio, que a veces sirve y a veces no sirve. Siempre digo que emprender y fracasar es el mayor aprendizaje que se puede tener, porque la segunda vez ya se hace de forma completamente diferente. Lo que yo aprendí en estos últimos 15 años no hay master que me lo enseñe.
«Las peleas de género no sirven en el mundo empresarial. Hay que usar los instrumentos que tenemos: la innovación, la internacionalización, el conocimiento, la capacidad»
-Y en cuanto a las mujeres directivas ¿cuáles son los problemas más habituales a los que se enfrentan?
-Pues lo que ocurre con las mujeres directivas, al menos las que yo conozco, es que tienen un sentimiento de soledad tremendo, porque no saben que lo que le está sucediendo en su empresa también le está pasando a otra mujer en otra. Es positivo ceder contactos y hablar con otras mujeres que resolvieron el problema de tal o cual forma. Ahora a eso lo llaman networking, pero de toda la vida fue comunicación: «habla con», «hazte amiga de» o «vete a comer con un grupín de dos o tres» que pongan sobre la mesa problemas y soluciones.
-¿Cuánto pesa en el mundo empresarial el matiz de género?
-El matiz de género está en todo. Vivimos en una sociedad donde el género de momento importa, ¡y mucho!, porque es educacional. En las relaciones laborales las mujeres tenemos que lidiar con «extras», uno de los cuales es el reconocimiento. Para que se aplauda a una mujer directiva tiene que ser, no buena, sino de rompe y rasga. Además de eso, a nosotras se nos exige un físico diferente, una manera de actuar diferente… A mí no se me pasa por la cabeza preguntarle a un directivo si está casado o si tiene hijos, por ejemplo, porque no me interesa mientras sea bueno en su trabajo.
-Con todo ¿se ha avanzado algo, digamos, en la última década?
-Se ha avanzado mucho. Otra cosa es que estos avances son muy lentos. Y estamos en un mundo global, avanzamos las españolas, las italianas o las francesas… pero nos encontramos con que las búlgaras, las marroquíes o las turcas no avanzan. Hay lugares en los que las diferencias son demoledoras. No podemos pensar sólo en las que estamos aquí, por mucho que lo estemos dando todo, porque luego en cuanto salimos de viaje nos encontramos con que la realidad en otros países es otra. La mentalidad tiene que ser global. Lo contrario sería muy primitivo.
Cuenta Belén Fernández que su padre solía resumir en este dicho popular el carácter inquieto de su hija. No iba desencaminado. La actual CEO de Novatex, dedicada al diseño y fabricación de prendas innovadoras para diferentes sectores industrial y sanitario, no tenía una trayectoria previa en el sector textil, pero aprendiendo se llega a todas partes. Por tradición familiar estaba más ligada al mundo de la hostelería. «Yo nací en un chigre», cuenta. Estudió magisterio y educación infantil, trabajó como educadora social en centros de acogida de menores, en pisos tutelados, etc. Luego en ventas de distinto tipo. Según las etapas, recalaba temporalmente en la hostelería, un terreno familiar en el que se movía con soltura, hasta encontrar un nuevo proyecto en el que embarcarse. Amplió su formación orientándola hacia la empresa. Hace años no se hablaba de emprendimiento. «Cuando se empezó a escuchar la palabra enseguida dije: yo soy eso». Desde luego, un espíritu inquieto, «es algo que va en el carácter«. O en la genética: es a su vez hermana y madre de emprendedores. ¿Qué resalta de sí misma? «La responsabilidad. Soy muy consciente de que con gente implicada en un proyecto no se puede abandonar por mucho cansancio que haya. Hay que sacarlo adelante».