“Soy una convencida de que la política es una formidable herramienta de transformación social cuando se ejerce poniendo a los ciudadanos y ciudadanas a quienes representamos en el centro, cuando se tiene la altura de miras necesaria y cuando se huye de un enfoque cortoplacista y partidista”. María Jesús Álvarez, directora general de Igualdad del Principado, sigue manteniendo sus convicciones intactas veinte años después.
-Dentro de su dilatada trayectoria política, en 2019 preside en el Senado la Comisión Especial de seguimiento del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. ¿Qué le supuso aquella experiencia?
-La experiencia del Senado, a pesar de la mala fama que tiene, para mí fue muy enriquecedora. La Comisión Especial de seguimiento del Pacto de Estado contra la Violencia que tuve la responsabilidad de presidir, trabajó mucho, incluso en los meses de pandemia. Realizamos un trabajo de escucha activa muy importante ya que por esa comisión pasaron todas las comunidades autónomas, entidades, organizaciones, asociaciones que trabajan en la esfera de la violencia de género; pasaron por allí todos los ámbitos de la Administración, tanto a nivel local como estatal para hablarnos del Pacto de Estado y lo que es más importante, conseguimos sacar adelante un dictamen por unanimidad con conclusiones y recomendaciones, lo que habla del tremendo trabajo de consenso que se realizó.
-Precisamente durante la pandemia, los casos de violencia contra las mujeres aumentaron preocupantemente.
-El Pacto de Estado, que no estaba pensado para abordar una situación como la pandemia, supo dar respuesta a las necesidades de las mujeres que estaban viviendo violencia de género y los recursos estuvieron ahí para ayudar en aquellos meses tan complicados. Pude comprobar cómo este estado descentralizado que tenemos en España sabe adaptar los instrumentos de los que dispone a su realidad territorial, social y económica, y eso nos hace ser más útiles. Agradezco el trabajo en aquella comisión porque me dio una visión global de la realidad y las políticas que se están desarrollando en cada territorio.
“Formo parte de una organización política que ha sido pionera en poner en marcha medidas que nos han permitido a las mujeres ocupar espacios de responsabilidad”
-Después de aquella experiencia regresa a Asturias en 2023, en esta ocasión para ponerse al frente de la Dirección General de Igualdad.
-Sí, la Igualdad siempre ha formado parte de las propuestas políticas que defiendo. Formo parte de una organización política que ha sido pionera en poner en marcha medidas que nos han permitido a las mujeres ocupar espacios de responsabilidad. Estoy pensando en cuotas, que ahora parecen cosas muy evidentes, pero sin embargo en su día fueron hitos importantes no solo para ayudar a la visibilización de la mujer sino también para aumentar su participación en las organizaciones políticas, administraciones e instituciones. Formo parte de un partido, el Partido Socialista Obrero Español, que en sus últimas resoluciones congresuales se define a sí mismo como feminista, y el feminismo es igualdad.
-¿Qué retos se ha plateado para este mandado?
-Es muy importante consolidar la red de recursos que tenemos en Asturias porque las políticas de igualdad conforman una política pública en las que nuestra comunidad autónoma ha sido precursora. Todo este patrimonio hay que reforzarlo, consolidarlo y mantenerlo.
Es muy importante que los centros asesores de la mujer estén cada vez mejor dotados porque llegan al conjunto del territorio y son la primera puerta que utilizan las mujeres para plantear sus problemas bien sea en el ámbito laboral, en temas de separación o divorcio o ante la violencia de género. Queremos que en todos haya una psicóloga que preste atención personalizada a las mujeres que sufren violencia, así como a sus hijos.
También queremos reforzar la Red Regional de Casas de Acogida con la Casa Malva como buque insignia para dar una respuesta adaptada a la realidad de la violencia de género en el siglo XXI. Además, con un reforzado Centro de Crisis, pretendemos mejorar el proyecto de intervención, facilitar el trabajo de las profesionales, pero, sobre todo, conseguir con este espacio mejorar la sensibilización social frente a la violencia sexual.
-Recientemente han aprobado dos protocolos para reforzar la lucha frente a la violencia sexual contra las mujeres y menores en el deporte.
-Sí, tanto en el ámbito deportivo como en el del ocio nocturno, dos tipos distintos de violencia que son intolerables y que desgraciadamente siguen produciéndose porque muchas veces no son ni siquiera entendidas como agresiones por las propias víctimas. Para ayudar en estos casos se requiere formación permanente de profesionales que se va a realizar a través del Centro de Crisis que también resolverá todas las dudas que puedan surgir en la aplicación de dichos protocolos. Lamentablemente, el número de mujeres víctimas de agresiones sexuales que acceden a este Centro de Crisis sigue creciendo desde su apertura.
-De ahí que hayan tenido que ampliarlo recientemente…
-Cuando en la pasada legislatura se abrió -fue el primero en España de estas características- no se sabía cuál iba a ser la respuesta. La violencia sexual era un problema muy presente en la sociedad, hacía falta que esas mujeres pudieran encontrar a alguien que las escuchara, las acompañara, las ayudara y no las juzgara; alguien que les diera respuestas. Y en este sentido el Centro de Crisis ha sido una gran herramienta. Desde los primeros meses el número de consultas no ha dejado de crecer. Ha ofrecido asistencia a más de mil mujeres con una presencia importante de menores de edad -entre 12 y 18 años- que nos ha obligado a crear un equipo especializado para poder dar una mejor respuesta a estas niñas y adolescentes.
“La mayor parte de niñas agredidas sexualmente conocen a los abusadores, forman parte de su entorno”
-Pensar en violencia sexual y en niñas de esas edades es algo que pone la piel de gallina a cualquiera.
-Es una de las cuestiones más duras de entender, de asumir y frente a las que también hay que poner el altavoz. Niñas que son agredidas sexualmente en sus entornos, rompiendo ese estereotipo falso de que los agresores sexuales son monstruos que están alejados de las víctimas. La mayor parte pertenece a su entorno.
-El citado centro llevará el nombre de Gisèle Pelicot, la mujer que se atrevió a dar un paso al frente para que la vergüenza cambiara de bando. ¿Cree que el ejemplo de mujeres singulares y generosas como ella, marcarán un antes y un después en la lucha contra la violencia de género?
-Sin ninguna duda. Igual que Ana Orantes marcó un antes y un después en la implicación social frente a la violencia de género, dejando de ser un tema relegado a la esfera privada para convertirse en una cuestión pública que nos implicó a todos. Gisèle Pelicot, con su valentía y generosidad al dar la cara y contarle al mundo lo que había sufrido por parte de su marido y otros desaprensivos, ha marcado también un antes y un después. Ha permitido que el conjunto de la sociedad europea y mundial tome conciencia de una realidad que está presente en nuestra sociedad y nos ha implicado a todos. Esperemos que su testimonio y valentía sirva para que estas cosas no vuelvan a suceder.
“La prostitución y la trata con fines de explotación sexual son vulneraciones gravísimas de los derechos fundamentales de muchas mujeres y también niñas, frente a lo que solo cabe el abolicionismo”
-Convertir a Asturias en una comunidad pionera en la abolición de la explotación sexual es otro de los objetivos de su agenda no exento de debate.
-Sí, es una medida absolutamente novedosa, no hay una propuesta en toda España tan avanzada y valiente como esta. Tenemos una estrategia abolicionista de la prostitución y la trata en la que seguimos dando pasos, siendo conscientes de que se trata de un tema que genera mucho debate social y frente al que muchas veces se prefiere mirar hacia otro lado. La prostitución y la trata con fines de explotación sexual son vulneraciones gravísimas de los derechos fundamentales de muchas mujeres y también niñas, frente a lo que sólo cabe una posición ética que es la abolicionista. Para ello hay que hacer mucha labor de sensibilización social.
-¿Qué papel tiene la coeducación en el marco de la prevención de este tipo de violencias?
-La coeducación es la base para construir una sociedad realmente igualitaria y una sociedad igualitaria es una premisa indispensable para una sociedad sin violencia hacia las mujeres. Estamos trabajando para que no sea sólo una obligación que establece la ley de educación, un proyecto que se escriba en un papel y ya está, sino que coja forma y fuerza en cada uno de los centros escolares para conformar comunidades educativas realmente coeducadoras que superen estereotipos y prejuicios; que promuevan espacios de respeto donde todos y todas cuiden de todos y todas. Donde no exista maltrato sino buen trato.
“El negacionismo son mensajes antiguos que, sin embargo, están calando en una parte de la juventud. Quiero creer que la mayor parte de nuestros jóvenes no participan de este discurso”
-¿Por qué el discurso negacionista está calando tan fuerte entre los jóvenes?
-Las redes sociales, los entornos digitales, las nuevas tecnologías son una herramienta muy poderosa de avance social, pero también tienen muchos riesgos, entre ellos la facilidad con la que sirven para extender bulos, mensajes demagógicos, fáciles de entender, de reproducir y, sin embargo, alejados de la realidad. El negacionismo es una reacción visceral de la ultraderecha, son mensajes cargados de odio que vuelven a poner a las mujeres en un plano de subordinación respecto a los hombres. Son mensajes antiguos que, sin embargo, están calando en una parte de la juventud. Quiero creer que la mayor parte de nuestros jóvenes no participan de este discurso ni de estos mensajes; la juventud crece con otros planteamientos, es solidaria, cree en la igualdad, es ambientalista, trabaja para tener un estilo de vida que no afecte a la salud del planeta. El ruido de esta machosfera en ocasiones es ensordecedor, pero no representa a la mayoría.
-Otro de los compromisos de este Gobierno es elaborar una ley que desarrolle el Estatuto de la Mujer Rural. ¿Qué objetivos persigue la norma?
-Esta ley, más que de la Dirección General de Igualdad, depende de la consejería de Medio Rural; en todo caso, sí es un trabajo que debemos de realizar de forma coordinada. Es vital que las mujeres rurales tengan un estatuto que evalúe su situación económica, social y también que tenga en cuenta sus necesidades en cuestiones como la violencia de género, que al sufrirla en entornos más reducidos es más difícil dar el paso. Lo fundamental que pretende la ley es que la capacidad económica, productiva y emprendedora de las mujeres rurales sea protegida e impulsada porque el papel de la mujer en el medio rural es muy importante y no siempre ha estado reconocido. Para superar esta discriminación hace falta una herramienta política que en este caso será el Estatuto de la Mujer Rural.
“En Asturias tenemos la suerte de contar con un presidente que se define a sí mismo como feminista. Eso es una declaración de intenciones muy clara”
-En ocasiones ha alertado de que, igual que se ha avanzado mucho en el camino de los derechos, es muy fácil dar pasos atrás. ¿Qué cosas le preocupan? ¿Dónde ve que podríamos retroceder como sociedad?
-Estamos viendo un avance importante de las ideologías ultraconservadoras de la ultraderecha en EEUU, Europa, España, y la ultraderecha es absolutamente incompatible con valores como la igualdad. Me preocupa que las nuevas tecnologías de la comunicación, importantes para el crecimiento y transformación social, sean utilizadas como herramienta para ejercer violencia contra las mujeres desde edades muy tempranas. Me preocupa el acceso tan fácil que tienen los menores a la pornografía; que cada vez haya más chicos, pero, sobre todo, más chicas que piensan que en este momento las mujeres tenemos más derechos que los hombres, cuando eso es una mentira y solo pretende abonar el pensamiento patriarcal y negacionista. Me preocupa que todo esto que hemos construido, que es el trabajo de varias generaciones de mujeres feministas, pueda ser destruido de un plumazo: es difícil construir, pero muy fácil destruir.
-En las manifestaciones del 8M, del 25N, parecía que el feminismo marchaba en distintos grupos. ¿Está el feminismo dividido?
-El feminismo siempre ha sido un movimiento crítico, generador de debates y, por tanto, muy plural. Personalmente, valoro esa pluralidad por encima de la uniformidad. Los debates son bienvenidos si son para crecer, para abrir el foco, si sirven para explorar nuevos espacios de trabajo y reivindicación. Creo que, en lo fundamental, en la defensa de los derechos y la igualdad de las mujeres, todos los feminismos están a una. Pluralidad sí, escisión no.
“Cada día tiene sus dificultades, estos temas además tienen una carga emocional importante, pero el objetivo hace que merezca la pena levantarme cada día”
-A nivel personal, ¿qué alimenta su lucha?
-La idea de contribuir a crear una sociedad mejor, sin violencia, más igualitaria. El saber que estamos ayudando y apoyando a mujeres víctimas de violencia, y que ellas realmente puedan sentirnos a su lado. A esto dedico mi tiempo y mi pasión, todos los esfuerzos son pocos. Cada día tiene sus dificultades, estos temas además tienen una carga emocional importante, pero el objetivo hace que merezca la pena levantarme cada día.
-Le gusta su trabajo…
-Sí y me gusta trabajar en equipo, formar parte de este proyecto tan ambicioso. Me gusta sentirme una pieza y sumar dentro de un conjunto.
-¿Se ha sentido sola alguna vez?
-No, aquí en la Dirección General hay un equipo humano con mucha capacidad y talento. Cuando las cosas parecen difíciles o se tuercen, siempre hay un respaldo, una respuesta. La igualdad es una de las apuestas más potentes del presidente Barbón desde que está en el cargo. En Asturias tenemos la suerte de contar con un presidente que se define a sí mismo como feminista. Eso es una declaración de intenciones muy clara.