Si este año te ha tocado organizar los preparativos para la cena de Nochebuena,
la comida de Navidad o la despedida de Nochevieja, no te preocupes. Hay una serie de productos estrella asturianos con los que acertar de pleno.
Empecemos por el principio: los aperitivos. Aunque después vendrá una copiosa comida, a todo el mundo le gusta picotear un poco antes de entrar en materia. ¿Qué tal un buen embutido de la tierra? Jamón, lomo, longaniza de Avilés, chorizo o salchichón, comprobamos que es lo primero que desaparece de la mesa, gustan a todos y son cómodos de preparar, tan solo precisan de un buen corte y una buena presentación.
¿Qué sería de un embutido sin su compañero el queso? Estamos en una de las zonas más queseras de Europa, tenemos cuarenta y dos quesos artesanales, cuatro con Denominación de Origen Protegida y otro con Indicación Geográfica Protegida, a cual más rico. Con esta variedad podemos preparar una tabla de quesos mezclando suaves y fuertes, una combinación de lo más completa.
Con los dulces puede hacer un perfecto maridaje un sabroso licor asturiano elaborado de forma artesanal: aguardientes, cremas de orujo, licores de frutas…
Otro aperitivo típicamente asturiano es el pastel de cabracho, acompañado de mayonesa y salsa rosa. Su textura cremosa permite untarlo a modo de paté en galletas saladas, tostadas o simplemente pan. Más laboriosas pero exquisitas están las croquetas al cabrales, de centollo o mejillones. Caseras, cremosas, que se deshacen en el paladar y elaboradas con productos de la tierra. ¡Una auténtica delicia!
Como comunidad de tradición marinera, Asturias puede presumir de una amplia variedad de pescados y mariscos, indiscutibles protagonistas de los ágapes navideños. Tenemos mariscos y pescados para todos los gustos: andaricas, percebes, centollos, langosta, bugre, almejas, navajas, ostras, mejillones, pulpo, calamares, así como rape -considerado manjar de dioses-, cabracho, salmonete, merluza, chopa o besugo. Especies muy sabrosas y apreciadas que no necesitan muchos ingredientes para disfrutar de su sabor originario.
Seguimos con el menú y llegamos a otro de los platos fuertes, las carnes. Aquí podremos elegir sin temor a equivocarnos entre nuestra ternera asturiana, pitu caleya criado en libertad y sin pienso, pavo, cordero lechal o carne de buey. Cualquiera de estas variedades bien preparadas harán la delicia de nuestros invitados.
Para acompañar a este variado menú podemos decantarnos por un buen vino de Calidad de Cangas que cuenta con D.O. en cualquiera de sus dos variedades blanco o tinto.
Llega la tentación de los postres y qué mejor manera de rematar la comida navideña que con una selección de dulces tradicionales: polvorones, mantecados, mazapanes, nevaditos y cómo no, su majestad el turrón. La artesanía dulce asturiana se renueva cada año y ofrece un montón de novedades y combinaciones que sin duda van a dejar un buen recuerdo en nuestro paladar. ¿Quién dijo que estaba todo inventado?
Algunos recomiendan terminar la comida con el agradable sabor de un buen bombón. Por qué no, aquí tenemos tradición chocolatera desde el siglo XVII y eso ha servido de inspiración y bagaje para poder ofrecer en pleno siglo XXI una variedad de pequeños bocados de chocolate que resultan toda una experiencia sensorial.
Con los dulces puede hacer un perfecto maridaje un sabroso licor asturiano elaborado de forma artesanal. Aguardientes, cremas de orujo, licores de frutas, pueden poner la guinda a nuestro menú.
¿Y el brindis final? Con sidra achampanada, brut nature, de manzana, de pera, de escarcha, rosada, de hielo… para perder la cabeza.