Es la bebida de las ocasiones festivas, la que acompaña cualquier celebración que se precie o, simplemente, una reunión de amigos: tampoco hace falta mucho para que un asturiano se anime a escanciar un culín. Cualquier momento de ocio luce mejor con sidra. La Navidad también, por supuesto.
La sidra es una bebida social. Y como tal, en periodos festivos como éste, aumenta su consumo de forma evidente. La gente sale de casa, queda con los amigos a los que hace tiempo que no ve, y reserva un hueco en la agenda para las reuniones familiares que no se hacen en el resto del año. Y como esto es Asturias, raro es que alguien no proponga abrir unas botellas de sidra y se anime a escanciar.
El escanciado combina el espectáculo visual con la excelencia gastronómica y está al alcance de todos. Claro que el decantado perfecto de la sidra es una técnica compleja, objeto de concursos que levantan pasiones; pero es igual de cierto que cualquiera puede lanzarse a intentarlo, con más o menos destreza. Es la forma adecuada de servir la sidra natural, el producto estrella, que en los últimos años empieza a compartir protagonismo con otras variedades que se van posicionando en el mercado nacional e internacional.
Es el caso de la sidra filtrada o de Nueva Expresión, que no necesita escanciado y se presenta como una alternativa al vino blanco en la mesa. Una propuesta que ha cuajado especialmente en el mercado no asturiano. «Actualmente, la sidra natural filtrada se consume principalmente en verano con la llegada del turismo y también en ciertos países del exterior», explica Reyes Ceñal, gerente del Consejo Regulador de la DOP Sidra de Asturias, una marca que, si bien no engloba a toda la producción regional, sí aporta un plus de calidad, diferenciándose de otras sidras sin ese sello.
«Además del reconocimiento europeo como marca de calidad, se reconoce el esfuerzo por poner en el mercado un producto con una trazabilidad garantizada por una tercera parte y con unos controles de calidad que le confieren una diferenciación con respecto al resto de sidras».
El brindis, con sidra
Somos un país de costumbres, y es difícil encontrar una reunión familiar en la que no se brinde con la típica botella espumosa que se abre con estruendo y el corcho convertido en improvisado proyectil. Cava o champán y la tradicional sidra achampanada son el acompañamiento natural de turrones y dulces; en la memoria de todos están aquellas botellas de sidra «famosa en el mundo entero» que no podía faltar en la sobremesa. La sidra natural espumosa o sidra brut va un paso más allá: «La sidra espumosa acogida a la DOP Sidra de Asturias se caracteriza principalmente por su gas carbónico natural (no añadido)», explican en el Consejo Regulador. «Para obtener este gas endógeno se permiten dos métodos: la fermentación en grandes depósitos o granvas y el método de segunda fermentación en botella o champanoise. Su burbuja se caracteriza por estar mejor integrada y ser más fina».
La sidra espumosa encuentra nichos de mercado de medio y alto posicionamiento tanto a nivel regional, nacional como internacional: Reino Unido, México, Panamá, EEUU, República Dominicana… En Asturias es fácil encontrarla en restaurantes y sidrerías, y en cada vez más tiendas de alimentación.
Hay varias razones para brindar con sidra espumosa. Una: su baja graduación alcohólica. Dos: su sabor característico. Y tres: un precio asequible.
Hay varias razones principales para brindar con sidra frente a otras bebidas. Una: su baja graduación alcohólica (entre 6 y 7 grados), que se agradece especialmente en época de comidas pesadas y mezcla de bebidas. Dos: su sabor característico. «La materia prima de la que procede, la manzana, le otorga unos matices sensoriales afrutados y frescos, es una bebida mucho más amable para el paladar y armoniza con todos los platos de la gastronomía», opina Reyes Ceñal. Y por último, el precio: «Al ser una bebida muy asequible para el bolsillo, a pesar de tener mayor coste para el elaborador, se puede encontrar en cientos de establecimientos asturianos. Será la bebida del brindis para las navidades». Para ello, se está haciendo un esfuerzo de promoción para convertirla en bebida de tendencia.
En cualquiera de sus variedades, el consumo de sidra no se detiene, ni tampoco la producción. Y, por supuesto, hay que ir pensando en el año que viene: «Este año la cosecha ha sido muy grande en la zona de Villaviciosa especialmente, que es donde tenemos porcentualmente más plantaciones registradas. Por el momento la manzana está llegando muy sana y con buena calidad, habrá que esperar al próximo verano para comenzar a probar las sidras de la nueva cosecha».