Afirma Mariano sin despeinarse que ‘de alguna manera la crisis ya es una historia del pasado‘ Dos errores: El primero económico, que los datos macroeconómicos aparente mejoren no significa que el problema haya pasado, lo mismo que el hecho de que baje la fiebre no significa que la infección haya desaparecido; lo que ocurre es que para algunos nunca ha habido crisis, como indican los datos de la empresa de análisis Henderson Global Investigations, en el sentido de que mientras los salarios han bajado los accionistas del mundo han visto aumentar sus retribuciones el 12’6%.
El segundo lingüístico, la Historia siempre habla del pasado, Sr. Rajoy; yo creo que la persona que le escribe los discursos se merece un ERE. No pasarán a la posteridad como ejemplos de elocuencia, aunque podrían estudiarse en muchas ocasiones como ejemplos de perversión del lenguaje.
Su corte de alabadores no le va a la zaga, de tal modo que no sabe uno cuando se equivocan, simplemente, o cuando pretenden manipularnos con un titular. Un ejemplo de anteayer, el monárquico periódico, que presume de doctas plumas, titula: «Estado y Seguridad Social bajan el plazo de medio de pago a 3’68 días» ¡Albricias!, exclamo alborozado; una de las rémoras de nuestra economía es el alto índice de morosidad, los organismos oficiales no se caracterizan por dar ejemplo, todos los proveedores se quejan de la histórica tardanza en los pagos; sin embargo analizo con detalle y me resulta sorprendente que en tres días y medio dé tiempo de revisar las facturas, firmar el visto bueno, dar al banco la orden de pago y que el ciudadano acreedor reciba el dinero, así que leo con detalle la noticia y me encuentro con que «El periodo medio de pago…se ha reducido en 3’68 días», es decir el estado paga aproximadamente 37’32 días después de de que la factura haya sido registrada. Me alegro, en cualquier caso, por los acreedores; ahora bien, ¿ABC ha cometido un error con las preposiciones o es otro intento de torearnos?
¡En fin, como para quererlos! Y eso que estamos en el mes del amor, como se ve en las fotos anteriores, un ciudadano reivindica su amor en la camiseta, que no van a ser todas de conflictos laborales; otro usa la señal de tráfico de Barru para pedir que nunca dejemos de amar. Formas imaginativas a las que quiero aportar mi humilde granito. Las aves migratorias tienen hechas las maletas, excepto las cigüeñas, que ya no vuelan al norte de África, sino que se han quedado en España; es un detalle que brindo gratis al equipo de propaganda del PP, lema: «¡Hasta las cigüeñas se quedan, atraídas por el bienestar de Mariano!», otro buen titular: «Las cigüeñas rompen su tradición de milenios atraídas por la marca España». Podría la campaña ilustrarse con las fotos de los nidos en lo alto de los postes de alta tensión, ahora que las espadañas eclesiales se resquebrajan, lo cual serviría de ejemplo de que la electricidad no es tan inalcanzable como dicen «cuatro tristes»; y así sucesivamente. Mes del amor, con la figura de Valentín, obispo romano que en la segunda mitad del siglo tercero desafió al Imperio, casando a los pobres soldados romanos en contra de la ley; aunque yo en el fondo entiendo un poco a Claudio, sobre todo si me lo imagino invadiendo la Dacia y un centurión justificando que no puede ir a la guerra porque los niños tienen sarampión. Que nunca está uno libre, que el propio emperador murió de unas fiebres en plena campaña.
Claudio fue subido a los altares paganos y Valentín a los cristianos, mucho más eficaces porque nadie se acuerda del jerarca y sin embargo se celebra mucho el 14 de febrero, si bien en este caso la perspicacia comercial USA ayudó considerablemente. También hay otros presbíteros en las leyendas dispuestos a solmenar el matrimonio, recordemos a Fray Lorenzo, que quiso ayudar a Julieta y preparó una tragedia de no te menees, que perdura en los siglos, al igual que en los lustros se mantiene la del «cura de Villallana» entre los nobles habitantes de Lena y Mieres. También tuvo fama de conseguir uniones imposibles, de modo que en las partidas de tute de esta comarca, cuando a un jugador le repartían mala mano solía exclamar «¡Esto no lo casa ni el cura Villallana!»
La cosa amatoria se complica cuando queremos expresar con letras el contacto carnal, consumación de los humanos afanes eróticos; es difícil no caer en trazos gruesos, en expresiones groseras, sin embargo se notan particularmente en este terreno la buena crianza y la preparación intelectual, así el ciudadano Juanymedio, diz que algo cómico y un poco famoso presentador de televisión sale en uno de esos programas que no ve nadie hablando de tiernos animalillos, muestra un elegante caballo andaluz y proclama ante la cámara: «…y luego le gustan las hembras de su propio sexo, en eso nos parecemos».
¡Para medalla!, sin embargo no le llega a las virtudes del presidente Obregón, tan conocido por los mexicanos, 
Un personaje de tan poco seso que incluye sus datos personales en él, cursa un pedido a Telepizza y añade en observaciones, «Q no me la traiga el repartidor de color». El responsable actúa correctamente y por teléfono pregunta si se trata de un problema de un servicio anterior, la respuesta corresponde a lo habitual en estos tipos: «No, es que me dan asco los negros… vienen aquí a quitarnos los puestos de trabajo…»
No tengo palabras, sinceramente.
(No tengo palabras que puedan ser publicadas aquí)