Aunque ya no lo recuerden, todavía estamos en verano; muchas personas han tenido vacaciones, algunas hasta han viajado, y se llenan de anécdotas las tertulias de los bares. ¿Qué tiene que ver el encabezamiento con todo esto? Hombre, que nosotros también hemos salido de casa. No a la China, que queda muy lejos y hablan raro, pero a veces hasta en León se encuentran cosas sorprendentes, por ejemplo, este artículo de prensa.
Uno lo lee y dice que es natural que Mao tenga medallas en la China, pero no parece una noticia tan importante como para dar cuenta de ello en Diario de León; luego observa la foto, lee más allá del titular, -costumbre que deberíamos usar más habitualmente-, y se entera de que hay un policía nacional de esa ciudad que es un hacha nadando y gana la tira de medallas cada vez que acude al Campeonato Mundial de Policías y Bomberos. Este año fue en Chengdu.
Otrosí que va uno a investigar de dónde viene este exótico apellido y encuentra que hay un río Mao, afluente del Sil, que es digno de visitar como uno de los parajes de nuestra admirada Ribeira Sacra. ¿Y si el Gran Timonel de la Revolución cultural era de Lugo? Nada extraño, si se tiene en cuenta la extensa emigración de esas zonas a cualesquiera partes del mundo, y que, por ejemplo, Fidel Castro tenía ascendientes gallegos. Yo, por si acaso, ahí lo dejo.
Quienes andan fuera de sus tierras suelen aprovechar las vacaciones de verano para volver por casa. Aprovechan los periodistas locales para entrevistar a sus famosas, así puedo leer, asintiendo, declaraciones de Beatriz Rico, -ciudadana asturiana, al parecer muy conocida-, en las que afirma algunas cosas razonables como que el físico no lo es todo, “solamente te garantiza los primeros momentos; si luego no tienes trabajo y constancia no eres nada”. Aplausos, aunque luego la mujer deja caer una pifia con la que uno mismo ha tropezado en ocasiones; se queja de unas tonterías publicadas en un medio rosa y dice: “No son del corazón, son más bien revistas de vísceras”. El corazón, estimada señora, es “uno de los órganos contenidos en las principales cavidades del cuerpo humano y de los animales”, por ende, víscera.
Es cierto que con diferente fama; hay menudillos más literarios que otros. Ya los filósofos presocráticos discutían si se pensaba con el cerebro o con el corazón; los escritores tienen también sus preferencias, hasta ahora no he leído una oda al intestino grueso, pese a su importancia para que una buena digestión cumpla sus alimenticios fines. Si bien es cierto que el mundo de los poetas mide las cosas de otra manera; por ejemplo, cumplen mis amistades del Ágora de la Poesía de León setenta y cinco meses de rimas, que no es paja; lo celebra un gacetillero local: “El anfiteatro de la Plaza San Marcos será en el día de hoy punto de encuentro para los amantes de la poesía. Esta vez se celebra la LLXV (75) edición, que unido a la magia de la poesía, por encima de todo, se espera fomentar la participación del público leonés…” Desconoce, pudiera ser, los números romanos, pero tampoco anda muy sobrado de letras, que la redacción de la noticia se las trae.
Junto con esta tropa del Ágora (gentes agoreras, se autoproclaman, con sorna), anduvimos por la XX Feria del Libro de Benavente; en la iglesia de Santa María del Azogue, como clausura del evento, se celebró un agradable concierto de música de cámara; escuchamos orquesta y abanicos. A la entrada, había uno apreciado cierto olor a humanidad, claro que los del Barrio somos un poco brutos, la gente culta olfatea otros matices; entra una distinguida señora con marido multiposicional, -es decir, con una morfología que ocupaba varios asientos-, enseguida le da una lección de Historia del Arte: “Lo que huele es a Románico, a madera románica”.
En el atardecer de una terraza elegante, al amor de unos gin-tonic, un elegante empresario hablaba de conocimientos europeos a sus elegantes contertulios, “para llegar al pueblo es fácil, coges la carretera Lyon-Ginebra y antes de llegar a Ginebra giras a la derecha”. ¡Toma ya, Google maps!
Así son las cosas del viajero pedestre. La línea férrea Plasencia-Benavente cerró hace más de treinta años, así que la estación es ahora parque, hay que usar la de buses. Poca información tiene uno si llega o sale de domingo, porque las taquillas de venta, las de guardarropía y las de facturación están cerradas; en cada una de ellas alguien ha dispuesto, amablemente, letreros que dirigen hacia el kiosko, ¡que también está cerrado, claro! Eso sí, uno puede ver en él un hermoso cartel que anuncia chuches. En italiano, que semos uropeos.
La verdad es que este asunto del turismo cansa a las poblaciones autóctonas; Mallorca, un suponer, está asfixiada, con movimientos populares en contra de los turistas, los agobios, la carestía de precios y otras incomodidades que originan. Muchos piensan que es mejor elevar el nivel de vida con otras inversiones; por ejemplo, en Ciencia. Estudiantes y profesores del Departamento de Física de la Universitat de les Illes Balears saltaron a las primeras páginas de la prensa nacional cuando participaron en un proyecto mundial que sirvió para documentar las ondas gravitacionales; este trabajo se conoció en Asturias porque fue premiado por la Fundación Princesa.
Se trata de un experimento delicado y complejo para captar unas vibraciones cósmicas muy débiles que sirven para comprobar la Teoría de la Relatividad. Hace un siglo que Einstein la formuló sobre la base de cálculos matemáticos, ahora equipos multidisciplinares la han comprobado en el laboratorio. Tiene aplicaciones prácticas inmediatas, un comercio de Palma la está usando ya. El tiempo se curva, como dijo Don Albert; mañana y tarde se solapan, según el tendero.