Posiblemente usted ya lo haya visto en la Red, aún así, y sobre todo en consideración a las personas menos adictas a Internet, no puedo menos que empezar con lo que fue la noticia de abril, si no aparece en el último segundo otra más espectacular; a veces da la sensación que se lo inventan los periodistas para vender más, que también en este sector hay regulaciones de personal.
Reproduzco una portada que me hace llegar Marta, que a su vez la trae de Liliana; no hago el más mínimo comentario, -últimamente los fiscales piden cárcel hasta por manifestarse-.
«De Dios del FMI a paria», dice el titular. Hace tiempo que acerca de esta ilustre saga financiera hicieron bromas los de Gomaspuma, con lo de rato, rata y ratoncitos; de uno de los componentes del dúo, Juan Luis Cano, tomo prestado el título del artículo, procede de un libro que subtitula La vida de barrio en los años 60. El protagonista disputaba con su madre por el tema de los pantalones cortos y el frío, que además en aquellos tiempos sí que hacía invierno, terminaba la señora imponiendo su criterio, porque las piernas no son del cuerpo. Yo lo consideraba una broma, pero hete aquí que me pongo a cubrir un crucigrama y en la siete horizontal pregunta: Uniones de los muslos con las piernas. ¡Ostras, yo creía que una pierna, entre los humanos, era una extremidad inferior! Por si acaso acudo a mi viejo diccionario y me tranquilizo, Muslo: Parte de la pierna, desde el cuadril a la rodilla. Pero luego, mi natural preguntón me empuja a mirar otra definición, y me armo un lío, porque pierna es: parte del miembro inferior entre la rodilla y el pie; por extensión miembro inferior. La cosa empeora si tenemos en cuenta que en cuadrúpedos y aves se considera pierna al muslo. Tendré que ver en algún tratado de Anatomía cómo me resuelven el conflicto.
A la par que me sirva para asesorar a las vecinas; sucede que a partir de cierta edad el aparato locomotor empieza a resentirse, en el portal es cotidiano escucharlas lamentarse amargamente del mal desenvolvimiento de las bielas humanas. Hablan la del quinto y la del segundo de cómo van de sus respectivos achaques de cadera y rodilla; la primera bien, encantada después de la operación, la segunda peor, que ya se sabe que «les rodilles tienen peor igua…así que, fía, nun tuve más remediu que dir al hospital de Villa, al termatólogo…»
Denominaciones científicas que nos traen en ocasiones un poco liados; el mismo día de Jueves Santo un comentarista deportivo asegura que una determinada virtud futbolística, «es uno de los ADN del Sevilla» ¡Vaya, vaya! Solamente tenemos un ADN, es un ácido de nombre difícilmente pronunciable (desoxirribonucleico) que señala nuestra identidad genética, única e irrepetible. Deberíamos tener más confianza con este elemento, porque, entre otras cosas, forma parte de la importantísima aportación científica de Severo Ochoa, que le valió un Nobel; premio más escaso entre nosotros que las copas de Europa de Fúrbo. Ochoa emigró a Estados Unidos, por culpa de Franco y de la escasez de recursos para la Ciencia; terminó nacionalizándose norteamericano. Su fama permitió a otros españoles seguir sus pasos, y aún debe durar porque vía correo electrónico me llueven interesantísimas propuestas de trabajo; vean (copio literalmente) la que me remite la conocidísima multinacional Garrison Perry:
Requiere
-Ser tener edad legal
-Oportunidad de permiso a Internet
-Ser puntual
-Obtener 1-3 horas diarias
Obtiene recibir 1500-2000 euros al mensual
Si usted interesa mas detalles, dejanos su contacto o\y buzon
Stuff departamento»
Con relación a otra que me llegó el día anterior tiene la ventaja de que no debo enviar dinero por adelantado; claro que en aquella pagaban más. Reconozco que, en mi tendencia a la holgazanería, no he escrito al stuff departamento, probablemente por ello haya perdido la ocasión de salir de pobre. Posiblemente también habría tenido dificultades con el idioma, por esa misma indolencia; ya se sabe que cuando uno anda por fuera, si no se esmera, mezcla las lenguas, como aquel primo mío en Francia que me detallaba sus ocupaciones para cuando salía de la usina, o la de la corresponsal de TVE, que explicaba cómo, después de retirar los restos del desgraciado suceso aéreo de los Alpes, «unos cincuenta gendármenes permanecen en la zona».
Las prisas originan pequeñas meteduras de pata; los nervios también nos llevan a hablar de manera extraña. Griñán anda enfadoso porque una jueza le atosiga; se defiende ante la prensa con el mejor estilo Bart Simpson (¡yo no he sido!), argumenta: «Hacienda no es un órgano de fiscalización, sino de presupuestación. Y en su caso de recaudación» Nunca lo hubiera imaginado, eso será en Andalucía, porque la Agencia Tributaria estatal bien que nos fiscaliza (o sea, que averigua o delata nuestras acciones). Independientemente de que el Sr. Griñán fuera presupuestactor, la expresión fiscal tiene como acepción «Ministro encargado de promover los intereses del fisco», es decir, «erario o tesoro público». Mal, expresidente; como usted ve la pregunta está mal contestada, tendrá que repasarse la lección.
Gestores de dudosa fiabilidad, pesada carga, en fin, la que tenemos que soportar quienes vivimos de nuestro trabajo. Ha pasado el Primero de Mayo; aunque parezca mentira se inició su celebración para reclamar un trabajo de ocho horas en el siglo XIX. Al día de hoy, en que unas no llegan ni siquiera a esa cantidad y otros, desafortunadamente, la sobrepasan con holgura, se ha abierto una aguda polémica sobre el papel de los sindicatos; nuestra humilde aportación gráfica procede, como siempre, de amables lectoras que nos honran con su colaboración.