El futuro de Asturias también se juega en el campo. No podemos seguir avanzando si el paisaje agrario, una de sus principales fortalezas, no supera sus dificultades. Recientemente el Presidente del Principado ha presentado el Libro Blanco para el campo asturiano, un paquete de medidas para mejorar la vida en el medio rural.
Han pasado treinta años desde que la marca ‘Asturias, Paraíso Natural’ fue presentada en sociedad. Desde entonces han cambiado muchas cosas, pero la esencia que ofrece esta región permanece intacta. Aún hoy somos reconocidos, nacional e internacionalmente, bajo este eslogan.
Asturias es naturaleza, montaña, costa, agrestes acantilados, villas marineras, turismo rural, ciudades acogedoras, castros, cuevas rupestres, rutas únicas y una gastronomía que ha sabido hacer justicia a toda una variedad de materias primas -huerta, carne, marisco, pescados- de primera calidad.
Si a lo largo de estos años el famoso eslogan, «Asturias, Paraíso Natural» ha mantenido su vigencia es porque ha conectado con las cualidades de esta tierra: unos recursos naturales privilegiados.
Si a lo largo de estos años el famoso eslogan ha mantenido su vigencia es porque ha conectado con las cualidades de esta tierra: unos recursos naturales privilegiados. Una riqueza heredada que forma parte del futuro, y que necesita desde hace tiempo una modernización. Con este objetivo, el Gobierno del Principado acaba de presentar el Plan Estratégico de Competitividad del Sector Primario y de Desarrollo del Medio Rural Asturiano. Un documento elaborado por expertos del departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo, que analiza la situación actual del campo asturiano y propone una serie de propuestas concretas a medio y largo plazo. «Si la región pierde el tren del campo perderá también una de sus grandes fortalezas, quizá la que mejor puede tejer un nuevo entramado económico en nuestra comunidad», aseguró Javier Fernández, Presidente del Principado, en el acto de presentación. Estos son algunos de sus ejes fundamentales.
Explotaciones más competitivas
La naturaleza generosa llena de vida cada rincón de este espacio, donde el color que predomina es el verde. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, de la superficie total de Asturias, el monte -zonas arboladas, matorrales y pastizales- ocupa el 72% del territorio, mientras que los terrenos agrícolas -praderas y cultivos- son el 19,6%. Aquí los terrenos son dispersos, pequeños, empinados y con diversidad de microclimas, lo que dificulta las actuales exigencias de producción. Frente a esto, la citada Estrategia propone medidas muy ambiciosas, como recuperar para pastos cerca de 40.000 hectáreas de montes de utilidad pública, ocupados en estos momentos por matorrales. Otra propuesta es reforzar las concentraciones parcelarias donde sea posible, ya que ampliar el tamaño de las explotaciones ayudará a la competitividad. Como tercera medida, se plantea la posibilidad de arrendar terrenos por un periodo de 5 a 30 años, lo que permitirá utilizar terrenos en desuso, mientras sus propietarios reciben una remuneración.
Canales de comercialización directos
Asturias vende calidad gastronómica. Los productos asturianos se han convertido en auténticas delicatessen que hay que dar a conocer. Campañas de promoción como «Alimentos del Paraíso» son un excelente escaparate. Se trata de una iniciativa del Principado, gracias a ayudas europeas, con la idea de aprovechar misiones comerciales y ferias internacionales para presentar la marca Asturias. Los «Alimentos del Paraíso» son productos asturianos que, sin tener la Denominación de Origen o la Indicación Geográfica Protegida, cumplen unas características específicas de producción y elaboración que garanticen su calidad y cualidades. Pertenecen a la marca el kiwi, la miel, el queso de cabra, los carajitos y el repollo relleno. Lo acaban de solicitar el chorizo, la morcilla y los arándanos.
El nuevo Plan Estratégico propone desarrollar actividades paralelas y complementarias a la ganadería y agricultura, que permitan la diversificación económica de las explotaciones y completen el ingreso principal.
La Estrategia apunta además a promocionar los productos a través de la venta directa en ferias, mercados o jornadas gastronómicas. Buscar fórmulas que activen el mercado interior, campañas de difusión que mejoren la imagen de los productos, crear mecanismos de intermediación entre las asociaciones de productores y los distribuidores. Un dato: la región duplicó el número de empresas agroalimentarias exportadoras desde el inicio de la crisis, pasando de algo más de noventa a doscientas, según informa Asturex.
Productos ecológicos: un valor en alza
Asturias es naturaleza y es ecológica, de ahí la gran variedad de productos agroalimentarios certificados como tales. La superficie dedicada a los cultivos y a la ganadería respetuosa con el medio ambiente ha experimentado en estos últimos años un importante desarrollo hasta llegar a las 22.541 hectáreas en 2013. Además, la demanda de productos ecológicos sigue creciendo, porque el consumidor exige cada vez más control en los alimentos. Una razón de peso en la que se apoya el Plan Estratégico para hacer una serie de recomendaciones importantes. Propone seguir apoyando al sector mediante ayudas, elaborar un segundo Plan Estratégico para la agricultura ecológica, e incentivar la instalación y modernización de instalaciones ecológicas mediante ayudas económicas, además de prestar asesoramiento y formación a quienes quieran adentrarse en este camino. Los productos ecológicos abren las puertas al futuro.
Se buscan habitantes
Que el campo asturiano es uno de los más envejecidos de España no es ninguna novedad. Sólo un 5% de agricultores y ganaderos tienen menos de 35 años y más de la mitad superan los 55. Conclusión: sin relevo generacional, no hay futuro en el campo.
Aunque los programas europeos Leader y Proder han contribuido de alguna manera a fijar población a través de la promoción y revalorización del patrimonio cultural y natural, no ha sido tanto como se esperaba. Muchas de estas subvenciones han ido a parar a particulares de zonas urbanas que han querido instalar en el medio rural sus negocios, pero que no se han vinculado a la tierra. Sin embargo, la crisis ha hecho que muchos jóvenes regresen al pueblo en busca de nuevas oportunidades. Para que se conviertan en población fija, estos nuevos habitantes tienen que percibir su actividad -fundamentalmente, agricultura o ganadería-, como rentable y atractiva. Sin una discriminación positiva que facilite que la gente se quede en el pueblo, muchos de ellos acabarán buscando trabajo en la zona central.
Las ferias y mercados se han convertido en un excelente escaparate para los productos asturianos.
En este sentido, para que las propuestas del Plan Estratégico tengan viabilidad van ligadas a la gestión del Plan de Desarrollo Rural «para el que Asturias dispondrá de casi 500 millones, a los que habrá que sumar 62 de financiación adicional. Además, también puede y debe sumar otras fuentes de financiación, unas comunitarias y otras propias. La puesta en marcha de esta Estrategia permitirá movilizar el 100% de los Fondos Feder», explica Javier Fernández. Estas ayudas irán dirigidas, entre otros destinos, a mejorar los servicios e instalaciones de los núcleos rurales así como infraestructuras de comunicación. Porque hay una realidad: no habrá jóvenes si no hay escuelas para los niños, centros de salud cercanos, internet, buenas comunicaciones… «Como es impensable una red infinita de servicios, habrá que trabajar con criterios comarcales», apunta el Presidente. El documento además hace especial hincapié en la formación, otro déficit que arrastra el campo asturiano, y propone aumentar la oferta formativa, cursos, jornadas, encuentros, talleres; también apostar por el asociacionismo, las cooperativas, y el intercambio de experiencias con explotaciones de otros países de Europa. En definitiva, abrir puertas para descubrir otras formas de vivir en el mundo rural.
Ganadería… y más
En Asturias hay algo más de 30.000 explotaciones agrarias, de las que un 75% son ganaderas. La mayoría del peso económico lo aporta la ganadería bovina (un 70%) y en concreto, la vaca de carne. La horticultura o los cultivos leñosos tienen una representación casi anecdótica, en una región con unas condiciones agroecológicas muy positivas para su desarrollo. Razón por la cual el nuevo Plan Estratégico propone desarrollar actividades paralelas y complementarias a la ganadería y agricultura, como artesanía, pequeña agroindustria local, servicios agroforestales, apicultura, actividades de guía cultural y agroturismo o turismo en la explotación. Actividades que permitan la diversificación económica de las explotaciones y completen el ingreso principal. Hasta ahora la única alternativa puesta en marcha ha sido la del turismo rural, un sector que ha hecho de excelente intermediario para que el paisaje rural y los agroecosistemas sigan funcionando, pero no es el único posible.
Proteger el paisaje, las especies y los modos de producción es el único modo de asegurar el futuro de la actividad agraria y forestal. Por eso, apunta el documento, urge poner en marcha medidas de apoyo para el mantenimiento de prácticas agrarias de alto valor natural, que además permitan mejorar la rentabilidad económica en estos terrenos: barbecho, rotación de cultivos, pastoreo controlado en ganadería, presencia de vegetación natural, bosques, etc. Los beneficios de estos sistemas trascienden el plano ambiental y ofrecen importantes ventajas sociales y económicas, como se está comprobando en otros lugares de Europa.