Movimiento, equipo, habilidad y mucha creatividad son términos que definen a la Asociación Cultural D’Aky, un colectivo de Gijón creado por mujeres con el objetivo de visibilizar el trabajo de las mujeres artesanas.
Como todas las organizaciones en sus inicios, la historia de este grupo empieza de una forma discreta, en este caso en un pequeño local en el que semanalmente sus integrantes exponían sus trabajos hechos a mano. Pero con tesón y esfuerzo han ido escalando sus metas y ahora sus mercados son muy bien recibidos allí donde se presentan.
Pilar Sánchez, Mapi para sus amigas y compañeras de andadura, es la persona que puso en marcha este proyecto hace ya varios años. “Yo me dedicaba a cuidar a personas mayores y también era comercial, pero un día me dio un ictus y, aunque soy muy afortunada porque quedé perfectamente, estuve un tiempo de baja durante el cual empecé a acompañar a una amiga que se dedicaba a organizar mercadillos. Fue algo que empezó a gustarme. Una vez decidida a meterme en este sector, lo siguiente era formarme, así que fui a la Escuela de Emprendedores y Empresarias de Avilés”.
“Toda mi vida fui una luchadora por la igualdad, así que decidí que todo lo que había aprendido durante el tiempo que había estado en política lo iba a trasladar a una asociación”
(Mapi, presidenta de D’Aky)
Ya inmersa en el mundo de los mercados artesanales, la ahora presidenta de D’Aky empezó a observar que en este sector muy masculinizado las mujeres artesanas no recibían la compensación ni el reconocimiento que merecían por su trabajo. “Toda mi vida fui una luchadora por la igualdad -explica- así que decidí que todo lo que había aprendido durante el tiempo que había estado en política lo iba a trasladar a una asociación. Quería crear un colectivo de mujeres artesanas en el que prevalecieran sus derechos, sin ánimo de lucro”.
La Asociación surgió no sin dificultades, “costó muchísimo porque al principio había bastante rechazo y también cometimos errores de los que fuimos aprendiendo, -añade Mapi-. Formamos una junta directiva de seis personas en la que yo llevaba y sigo llevando la parte gestora porque no soy artesana. Para sacar adelante el colectivo contamos con la ayuda de una mujer maravillosa que sabía lo que no está escrito sobre igualdad, Asun Luzán, ya fallecida, que fue directora de la Escuela de Emprendedoras y Empresarias de Asturias. El primer mercado lo hicimos en 2015, en un local del Hotel Begoña en Gijón; en aquella época juntar a nueve artesanas ya era un triunfo”.
En este sector muy masculinizado las mujeres artesanas no recibían la compensación ni el reconocimiento que merecían por su trabajo.
Los ayuntamientos asturianos empezaron a interesarse por este colectivo que ofrecía creatividad y productos originales que nada tenían que ver con el “made in China”. Y ese mismo año, en Carreño, D’Aky celebró su primer mercado grande, un evento que se ha mantenido en el tiempo.
Afortunadamente, a partir de un momento determinado la Asociación empezó a rodar sola, hasta el punto que ya han pasado por este colectivo cerca de 150 artesanas y son ya 14 las que gracias a esta iniciativa han dado el paso de convertirse en emprendedoras autónomas. “Nosotras, aparte de hacer mercadillos, formamos a las mujeres para que puedan vivir de lo que les gusta. Las hay que lo intentan y salen adelante, mientras que otras fracasan, pero yo siempre les digo que no se pueden quedar con la derrota”, explica la promotora de D’Aky.
Han pasado por este colectivo cerca de 150 artesanas y son ya 14 las que gracias a esta iniciativa han dado el paso de convertirse en emprendedoras autónomas.
“La Asociación evolucionó muchísimo -comenta Mapi- las socias, actualmente 45, tienen mucho nivel en sus trabajos y los mercados que presentamos son guapísimos, realmente llaman la atención tanto por la decoración como por el material tan guapo que se expone. Eso es algo que siempre quise enseñar a las artesanas, que diesen categoría al producto que tienen y que fuesen buenas vendedoras”.
El colectivo imparte cursos de formación, actualmente a través del programa DICA (Programa de Digitalización del Comercio de Asturias) que promueve la modernización del comercio minorista en la región mediante un plan personalizado y adaptado a las diferentes necesidades del usuario. “En este caso es un programa del Principado específico para mujeres artesanas, se les enseña a moverse en redes sociales y utilizar nuevas tecnologías. Las que han accedido al curso están encantadas porque es una formación gratuita que resulta muy útil para manejarte con las ventas online, plataformas web…”.
Entre los pasos que Mapi considera importantes para continuar apoyando el trabajo artesano de las mujeres se encuentra la constitución de una cooperativa que ofrezca ventajas y cierta seguridad a las asociadas. “De momento podemos seguir funcionando como hasta ahora, pero el mundo evolucionó y cada vez más te exigen que estés dada de alta. Es lo que pide Europa, así funciona el sistema, y por ese motivo llegará un momento en que la Asociación tendrá un punto y final. Por eso este mes de mayo, el día 16, vendrá Eduardo Abad, el Secretario General de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) a darnos una charla sobre los beneficios de ser autónomas y sobre las cooperativas”.
“Nosotras, aparte de hacer mercadillos, formamos a las mujeres para que puedan vivir de lo que les gusta. Las hay que lo intentan y salen adelante, mientras que otras fracasan, pero yo siempre les digo que no se pueden quedar con la derrota”
Durante los próximos meses las artesanas expondrán sus productos por distintas partes de la geografía asturiana. La cita más próxima, los días 13 y 14 de mayo, estarán mercadeando en Arriondas, pero para meses posteriores ya resuenan otras localidades como Gijón, Candás, Salinas y Avilés. “A Salinas será la primera vez que vayamos y lo haremos en unas condiciones óptimas porque lo nuestro será toda una novedad”.
Lo que no faltará en todos y cada uno de los mercados que organiza D’Aky es la colaboración entre las artesanas y el sentimiento de compañerismo que también se respira entre los diferentes stands. “Son todas muy buena gente -asegura Mapi-, se llevan muy bien. Y las integrantes de la junta directiva también nos implicamos totalmente en los mercados; nunca dejamos sola a una artesana ante una dificultad. Estamos siempre ahí para apoyarlas. Por eso funciona la Asociación, no somos un grupo que pase de ti, al revés, nos preocupamos por la gente constantemente. Al último mercado que hicimos, en Villaviciosa, vinieron 6 artesanas que nunca habían estado con nosotras y que además era su primer mercado: se marcharon encantadas con la experiencia”.