Gracias a la reciente emisión en Cuatro de ‘Bribones. En el corazón de la aventura’ pudimos conocer a un colectivo dispuesto a abordar todo tipo de expediciones por amor a la historia y al patrimonio cultural. Rastrearon un mítico tesoro nazarí, exploraron cuevas en busca de huellas prehistóricas, se sumergieron bajo las épicas aguas de Trafalgar, investigaron a los llamados monjes iluminados y hasta desentrañaron la leyenda de un cuélebre en Asturias.
A través de los ocho capítulos emitidos en Cuatro entre los meses de marzo y abril, la Plataforma Cultural Bribones ha desvelado su funcionamiento y las razones que llevan a este colectivo a emprender todo tipo de acciones dentro y fuera de la geografía asturiana. Conocer la historia y aderezarla de aventura se ha convertido en la seña de identidad de la organización que tiene sus raíces en Laviana, territorio al que siguen siendo fieles y en el que continúan localizando importantes hallazgos gracias a la colaboración de la población local. Porque, aunque hayan dado el salto a la pequeña pantalla, Bribones sigue siendo a juicio de sus promotores un grupo ‘de pueblo’, aunque cada día más especializado al hallarse entre sus filas arqueólogos, etnógrafos, músicos, catedráticos, etc.
“Los valores que intentamos transmitir se vieron reflejados en todos los capítulos: valores de amistad, de compromiso, de trabajo y sacrificio, porque no es fácil llegar y rodar”
(Rufo Fernández)
El estreno del proyecto audiovisual Bribones. En el corazón de la aventura ya puso sobre aviso que los objetivos de la Plataforma no se restringían a la comunidad asturiana, y para muestra sus investigaciones en tierras Canarias o la búsqueda de un tesoro nazarí en la zona sur oriental de España. Hasta el Cabo de Gata viajó el equipo dispuesto a descubrir secretos escondidos desde hace cientos de años. La mayor dosis de aventura la concentró el salto en paracaídas desde un globo aerostático de dos veteranos en estas lides, la manera de acceder a los casi inaccesibles barrancos del desierto de Gorafe. “El salto causaba impresión -explica Rufo Fernández González, vicepresidente de la Plataforma y uno de los componentes asturianos que participó en el documental de Mediaset-. Si un avión no consigue llegar a una zona determinada, da la vuelta y vuelve sobre sus pasos, pero un globo funciona por corrientes de aire que te desplazan y pueden hacer que caigas en un sitio diferente al previsto. Además, tienes que tener suficiente altura para que se pueda abrir el paracaídas, y por circunstancias, mis compañeros saltaron desde una no muy recomendable”. El experto en kárate nunca había subido a un globo aerostático y destacó de la experiencia: el “silencio sepulcral” que experimentaron al llegar a determinada altura.
Aunque hayan dado el salto a la pequeña pantalla, Bribones sigue siendo a juicio de sus promotores un grupo ‘de pueblo’, aunque cada día más especializado al hallarse entre sus filas arqueólogos, etnógrafos, músicos, catedráticos, etc.
Para la bribona Alba María Blanco fue también una iniciación y una experiencia impactante “sobre todo cuando mis compañeros paracaidistas se tiraron y lo desplegamos todo. Además, los paisajes eran increíbles”. Ella era la benjamina del grupo formado por doce bribones y su participación fue clave para representar a una generación joven con valores y una gran capacidad de esfuerzo. “En mi opinión, me eligieron para participar en el documental por mi trayectoria en la música, porque es una carrera que requiere muchísima disciplina y muy sacrificada”.
La pianista y docente gijonesa puso a prueba su condición física en cada una de las propuestas televisivas saliendo airosa de cada trance. “Me gusta mucho la naturaleza y todos los deportes que son al aire libre, con lo cual estaba en buena forma física. Además con la ayuda de los compañeros nada se hacía difícil y nadie se quedaba atrás”.
La experiencia del trabajo en equipo es lo que sin duda resalta también el vicepresidente y docente de kárate Rufo Fernández. “No era estar coordinados, sino sentirse formando parte de un grupo en el que todos mirábamos por todos y pienso que los valores que intentamos transmitir se vieron reflejados en todos los capítulos: valores de amistad, de compromiso, de trabajo y sacrificio, porque no es fácil llegar y rodar. Son experiencias físicas y de aventura que conllevaban un cierto riesgo, aunque es verdad que estuvimos muy avalados por el equipo técnico y todo se hizo muy controlado”.
El también presidente de la Federación de Kárate de Asturias es otro de los bribones que lleva más tiempo en el grupo lavianés. Ya de adolescente recorría las zonas altas del Valle del Nalón con un grupo de chavales entre los que se encontraba el fundador de Bribones Arcadio Noriega. “Teníamos 13 o 14 años y nos gustaba la montaña, pero luego por motivos de estudios, trabajos, etc. nos fuimos diversificando y perdí el contacto hasta que hace unos años Arcadio recuperó la actividad y al poco de empezar se acordó de mí”.
“Pensar que aquí en nuestra región todavía quedan tantas cosas por descubrir hace que todo esto te apasione más, porque ves lo real que es y que las cosas están ahí donde nadie las ve”
(Alba M. Blanco)
El rodaje del capítulo El enigma de las Aspas permitió a este asturiano seguir recorriendo unos parajes montañosos ya muy transitados por él. En esta ocasión, el equipo se lanzó a rastrear cuevas en busca de huellas prehistóricas, y a caminar por la sierra de Peña Mayor en busca de una ruta trazada por nuestros antepasados. El capítulo también recoge una impactante bajada a una sima conocida como El Pozo de los Muertos o Pozo Funeres, un lugar al que hay que acceder descendiendo cerca de treinta metros en plena oscuridad. También conocido como “La puerta del infierno”, en esta sima confluyen diferentes leyendas que relatan cómo en distintas épocas fueron arrojadas varias personas a sus profundidades, incluyendo el hecho de que en una época más reciente, en 1948, fue utilizado por las brigadas fascistas para deshacerse de adversarios políticos.
Como muchos otros, este veterano opina que todo lo que hay en la zona podría llegar a convertirse en un reclamo turístico, “en toda la parte de Peña Mayor que dimos a conocer hay mucha historia, sobre todo Prehistoria, sólo hay que ver los petroglifos que encontramos, y luego en la campa de Fresneo hay un recinto con fosos y anillos con una complejidad ritual que actualmente está en estudio, tiene varios túmulos. No se ha dado a conocer; si todo esto se explotara un poco, se podría hacer una ruta arqueológica por la zona”.
“Siempre es muy gratificante dar a conocer, no sólo a nivel local. Aquí nos conocemos todos y evidentemente dar esa visibilidad, poner en el mapa y poder mostrar toda la riqueza que hay en los alrededores de Laviana te causa más satisfacción»
(Rubén Rodríguez)
Además del presidente de la Plataforma, Arcadio Noriega, Alba María Blanco y Rufo Fernández, la participación asturiana en el documental se completó con el bribón lavianés Rubén Rodríguez Suárez, quien también se mostró especialmente satisfecho de poder mostrar en este capítulo hallazgos realizados en la zona del Alto Nalón. “Siempre es muy gratificante dar a conocer, no sólo a nivel local, pero aquí nos conocemos todos y evidentemente dar esa visibilidad, poner en el mapa y poder mostrar toda la riqueza que hay en los alrededores de Laviana te causa más satisfacción”.
Él, que pertenece a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y es vecino de Laviana, se incorporó a la Plataforma Cultural Bribones hace diez años. “A Arcadio lo conozco prácticamente de toda la vida y un día hablando con él sobre temas de historia me preguntó si me gustaría participar en el grupo de investigación, y yo, que soy bastante aficionado a la historia, -sobre todo a la época de la Primera y Segunda Guerra Mundial y Guerra Civil- me apunté enseguida y hasta hoy.
Para este bribón local no es fácil resaltar algún momento en particular de todo lo que ha supuesto el rodaje porque “todo el conjunto ha sido muy gratificante, y a nivel personal muy enriquecedor porque te permite poner en práctica y dar visibilidad a un trabajo que se lleva realizando y que puedes aportar a un fin mayor que es el trabajo en equipo y del grupo”.
La exigencia física no supuso ningún problema para este guardia civil que sólo tuvo que afinar un poco más la preparación y pulir a nivel técnico algunos detalles de un rápel o de un aleteo. “Llevo desde los ocho años practicando deporte, primero baloncesto y luego practiqué artes marciales, preparación física, escalada y últimamente también algo de buceo, me gusta hacer un poco de todo -añade-. A nivel personal somos gente muy normal, cada uno con nuestras fortalezas y nuestras debilidades, pero se intenta sumar todo para el fin último que es fortalecer al grupo y llevar las cosas adelante”.
“A nivel personal somos gente muy normal, cada uno con nuestras fortalezas y nuestras debilidades, pero se intenta sumar todo para el fin último que es fortalecer al grupo y llevar las cosas adelante”
(Rubén Rodríguez)
La perspectiva de conocer otras realidades en Asturias también ilusionó a la joven bribona de Gijón que disfrutó con la búsqueda de unos torques de oro de las guerras astur cántabras, “cuando estás inmersa en la investigación, aunque lo tienes en tu cabeza, no lo visualizas, pero cuando unos meses más tarde esos torques de oro aparecieron, fue increíble. Pensar que aquí en nuestra región todavía quedan tantas cosas por descubrir hace que todo esto te apasione más, porque ves lo real que es y que las cosas están ahí donde nadie las ve. Lo que hace falta es iniciativa, voluntad, esfuerzo, ganas… es lo principal para lograr estos descubrimientos”.
La docente asturiana calificó la experiencia televisiva como “brutal” primando por encima de todo “la conexión con el resto de Bribones que fue muy buena. Conocí más profundamente a compañeros increíbles, y encima nos unía algo en común que era ese afán de descubrir la historia, los hallazgos y llegar a esos límites a través de la aventura que también es algo que compartíamos. Fue una experiencia muy buena y de mucho aprendizaje. Me encantaría participar en más proyectos de este estilo”.
La experiencia documental ha permitido conocer el modus operandi de un grupo que no duda en adentrarse allí donde haga falta, aunque siempre bajo supervisión de expertos y con unos conocimientos previos. El objetivo principal es ir descubriendo retazos de la historia que todavía permanecen ocultos, para lo cual encuentran buenos aliados en las poblaciones locales. Rubén lo pone en práctica con frecuencia en su concejo natal “todos hacemos un poco de todo, lo principal es rastrear la zona e investigar pequeños vestigios o pistas que nos da la gente del pueblo. A veces nos cuentan historias sobre algún lugar y organizamos una salida de montaña para investigarlo y ver si localizamos algo que nos llame la atención, puede ser una marca en una piedra, una cueva…”.
Por su parte, Rufo también apunta la importancia de escuchar los relatos y leyendas que transmiten los mayores, que son los que tienen más información, porque “en el momento que desaparezcan, la información se va con ellos. Nosotros tratamos de indagar y llegar al final de las pistas que nos dan y es un aprendizaje continuo, día a día, porque siguen apareciendo cosas nuevas que desconocíamos. En cuanto descubrimos algo intentamos no tocar y no alterar nada y rápidamente nos ponemos en contacto con especialistas para que puedan darnos su opinión”.
La emisión de Bribones. En el corazón de la aventura ha servido para dar mayor visibilidad a un colectivo que desde hace unos años experimenta un crecimiento exponencial
La Plataforma Bribones cuenta entre sus filas con miembros cualificados en diferentes materias que asesoran al equipo en cada descubrimiento como paso previo a ponerlo en conocimiento de las autoridades pertinentes. La emisión del documental de Mediaset ha influido positivamente en las relaciones con las distintas entidades y administraciones, “ha servido para que nos escuchen más -explica Rufo-. Como salimos en TV y pudieron ver que estamos asesorados por científicos de nivel que avalan los hallazgos, ahora nos hacen más caso”.
“Mucha gente nos ha felicitado por el trabajo realizado -añade Rubén Rodríguez- y evidentemente ha servido para poner en el punto de mira, no sólo a nuestro equipo, sino a un patrimonio histórico que muchas personas desconocían o al que no daban la importancia que tiene”.
A pesar de que no fue posible alcanzar las cifras de audiencia deseadas -el primer capítulo compitió con la final de la Isla de las Tentaciones- el balance de la experiencia televisiva fue claramente positivo. “En base a nosotros sí se cumplieron esos objetivos, -añade Alba, pero es verdad que no llegamos a tanta gente como queríamos y eso da que pensar porque realmente el producto era bueno. Transmitíamos cosas de relevancia, importantes para adquirir conocimiento y destacando nuestro patrimonio español, pero hoy en día la audiencia está enfocada a otro tipo de realities”. Curiosamente, y como dato inesperado, las cifras de audiencia de los últimos capítulos, emitidos de madrugada, superaron las de la primera entrega en prime time.
Con independencia de otras variables, la emisión de Bribones. En el corazón de la aventura ha servido para dar mayor visibilidad a un colectivo que desde hace unos años experimenta un crecimiento exponencial. Y a la vista está que pronto esta plataforma cultural con sello asturiano abordará nuevos retos con los que aportar nueva información sobre nuestro legado histórico.
Un próximo horizonte para 2024
El motor de la plataforma cultural lavianesa nunca para. Varios trabajos multidisciplinares están en marcha y Bribones espera conseguir próximamente el apoyo profesional y el respaldo directo a cuatro proyectos que se acometerán en la primavera/verano de 2024.
Su presidente Arcadio Noriega explica que aunque tienen otros proyectos en la cabeza, próximamente se centrarán en un estudio de la zona de la Campa Fresneo. “Tenemos una cota con distintos relieves perimetrales que podrían llevarnos a una Prehistoria, y que podrían ser recintos. Estamos a la espera de una ayuda por parte del Ayuntamiento de Laviana para realizar este trabajo que encabezaría el arqueólogo de la Universidad de Oviedo del Área de Prehistoria, Fernando Rodríguez del Cueto, y que contaría con nuestro apoyo en logística, mano de obra, infraestructura y el contacto con la administración local”.
Por otra parte, el equipo bribón también está trabajando con un equipo multidisciplinar que dirige la arqueóloga y bribona Miriam Mellado en la investigación de posibles pinturas rupestres en una cueva del Condao, en el concejo de Laviana.
Una de las propuestas para este año es una colaboración directa con el Conservatorio Profesional de Música Mancomunidad Valle del Nalón. “Tendrá lugar a finales de mayo o principios de junio (…) precisamente en la campa prehistórica de Fresneo”
(Arcadio Noriega)
El Torreón de Villamorey y su entorno en el concejo de Sobrescobio es el tercer escenario elegido por el grupo ya que, gracias al aviso de informadores locales, los Bribones sospechan de la existencia de una necrópolis próxima al Torreón. “Vamos a seguir la línea de una posible excavación que estaría a cargo del catedrático de Arqueología de la Universidad de Oviedo Avelino Gutiérrez González y la arqueóloga Patricia Suárez Manjón”.
Con carácter científico-musical, la otra de las propuestas para este 2024 se trata de una colaboración directa con el Conservatorio Profesional de Música Mancomunidad Valle del Nalón. “Tendrá lugar a finales de mayo o principios de junio -explica Noriega- precisamente en la campa prehistórica de Fresneo que, a espera de las pruebas, posiblemente sea un neolítico calcolítico. Allí tendrá lugar un concierto de música con instrumentos de viento y cuerda, y dado que en las proximidades se encuentra el descubrimiento realizado por nosotros de petroglifos de cérvidos y mamuts, tras el concierto llevaremos a la gente a visualizar este entorno e intentaremos incluir algunos de los sonidos tradicionales de esa época, realizados con hueso y otros materiales”.
Y todo ello sin dejar atrás el proyecto “Ecos del Cotorgan” en el que Bribones sigue trabajando en el entorno de Campo de Caso, de sus mayadas y ventas, a través de un levantamiento en 3D que revelará información sobre sus usos y costumbres. La iniciativa también estudia un posible paso militar en esta zona.