No importa la estación ni el día. El Parque Natural de Redes está abierto todo el año. La entrada es libre y ofrece espectáculos naturales, aventura, deporte y experiencias que sorprenden al visitante, incluso cuando repite. Un espacio para sentir y disfrutar.
Quien decide acercarse a Redes en realidad no sabe lo que se va a encontrar al otro lado. Es un espectáculo cambiante de color, matices, sonidos, quizá por eso es tan atrayente. Aquí crece una vegetación diversa, pero lo que realmente llama la atención son sus formaciones boscosas que ocupan casi el 40% del territorio y lo hacen un lugar único. Las hayas convierten a muchos de estos espacios en bosques de cuento. Frescas, rodeadas de helechos, tamizando la luz a través de sus copas, dando un toque de magia a cada rincón. Las hayas son las responsables de la evolución cromática del Parque: verdes y frondosas en primavera, y amarillas y rojas en otoño, un espectáculo que atrae todos los años a muchos amantes de la fotografía.
Desde el Centro de Interpretación del Parque se ofrecen itinerarios guiados personalizados para grupos, pero también hay empresas que organizan estas salidas caminando, en todoterreno o a caballo.
En otras zonas los robledales comparten espacio con las hayas. Juntos forman un hábitat inmejorable para diversas especies entre las que se encuentran el oso pardo, el lobo -con zonas estables de cría-, rebecos, nutrias, alimoches, águilas reales, azores o el fascinante urogallo.
En octubre por ejemplo, los ciervos, que por lo general campan a sus anchas por este territorio, rompen el silencio de estos bosques con sus sonoros rituales de cortejo para atraer a las hembras. El eco del celo y la lucha, emiten un sonido que se deja oír en los valles y pueblos de los alrededores: bienvenidos al espectáculo de la berrea.
Desde el Centro de Interpretación del Parque se ofrecen itinerarios guiados personalizados para grupos, pero también hay empresas que organizan estas salidas caminando, en todoterreno o a caballo. Para disfrutar de este acontecimiento es necesario madrugar. La aventura suele comenzar a las seis de la mañana siguiendo los bramidos de este cérvido realizando rutas conocidas, hasta llegar a avistarlo. Mientras tanto relajémonos ante un maravilloso amanecer.
Además de este espectáculo se puede disfrutar de otros como rutas para conocer la flora del Parque, observar la fauna y en especial disfrutar del avistamiento de aves, ya que nos encontramos en un magnífico mirador desde el que se pueden presenciar los millones de desplazamientos de aves que tienen lugar cada año. Siguiendo su reloj biológico, estos viajeros alados, fieles a su ciclo migratorio establecen sus propias fechas para estas visitas en primavera y otoño, momentos que hay que aprovechar ya que se trata de uno de los espectáculos ornitológicos más bonitos.
Otra forma de vivir este espacio con intensidad es calzándose unas botas, vestirse con ropa adecuada, coger una mochila con algo de comida, agua y empezar a caminar. En el Parque de Redes hay senderos tranquilos, rutas señalizadas y también itinerarios más complicados. Se puede caminar media hora o varias seguidas, sintiéndose alguien único en medio del paraíso. Para los más montañeros hay ascensiones con más dificultad como los picos de Rapaona, Rapaína, Peña’l vientu o el Cascayón. Actividades que es interesante realizar de manera segura, por ello cada vez más personas deciden federarse.
El Refugio de Brañagallones, acaba de abrir sus puertas, era un antiguo refugio de cazadores ahora gestionado por la Federación de Montaña de Asturias.
También hay posibilidad de recorrer muchos de estos caminos de modo relajado a lomos de un caballo. No hace falta ser un buen jinete, solo dejarse asesorar por guías expertos que organizan distintas rutas por caminos de herradura.
A todas las sorpresas que nos podemos encontrar por el Parque hay que añadir una más, el Refugio de Brañagallones en la vega del mismo nombre. El edificio, que acaba de abrir sus puertas, era un antiguo refugio de cazadores ahora gestionado por la Federación de Montaña de Asturias. Un establecimiento con capacidad para cuarenta y una personas donde además de pernoctar, el visitante puede hacer un alto en el camino y probar rica comida casera. Todo ello a precios muy asequibles, especialmente para los federados.
Las excursiones que se pueden realizar son ilimitadas. También es posible organizar rutas en coche por las inmediaciones del embalse de Tanes y descansar en el área recreativa de la Cueva Devoyu. En toda la zona no faltan lugares donde hospedarse y degustar la gastronomía del lugar.
Deportistas, caminantes, turistas, amantes de la naturaleza, fotógrafos, aventureros, ornitólogos… este espacio inspira a todos con sus contrastes y provoca distintas sensaciones, según la razón por la que cada uno haya venido hasta aquí.