A Rodrigo Díaz-McVeigh le gusta reflejar la polémica en sus obras, las contradicciones y los absurdos que se viven en nuestra sociedad. Así lo hizo en el cortometraje “God Bless America”, criticando la guerra de Irak, y más recientemente en “Havana Surf”, galardonada en EE.UU. con el premio Indie al Mérito, y presentada en el Festival de Cine de Gijón.
-Recientemente ha participado en el 47 Festival Internacional de Cine de Gijón con el documental “Havana Surf”. ¿Qué tal la experiencia?
-Para mí ha sido muy enriquecedora. Primero, por el alto nivel del material cinematográfico presentado en el festival, del que me gustaría destacar el homenaje al joven cineasta turco-alemán Fatih Akin. Segundo, porque mi relación con Asturias es íntima y profunda y me he sentido muy apoyado por todos, sobre todo por medios de comunicación como Fusión Asturias.
-¿Qué sensación le queda de la acogida del público asturiano a su película?
-Me emocionó ver la sala 5 de los Cines Centro completamente llena y con una mayoría del público quedándose después de la proyección de “Havana Surf” para hacerme preguntas. Gijón se ha portado muy bien conmigo.
-¿Qué vínculo en particular tiene con Asturias?
-Aunque yo nací en Madrid y he vivido la mayor parte de mi vida entre Londres, Miami, Nueva York y La Habana, mi padre y toda su familia son asturianos y mis vacaciones siempre las he pasado montando en las olas de Xiagó, Salinas y Gijón, y comiendo cosas riquísimas en Luanco. Asturias es el más bello de mis hogares.
“Aunque yo nací en Madrid y he vivido la mayor parte de mi vida entre Londres, Miami, Nueva York y La Habana, Asturias es el más bello de mis hogares”
-“El deseo humano de sobrevivir a la adversidad y disfrutar de la vida” es lo que subraya de este film. ¿Es también una manera de poner sobre la mesa las contradicciones de nuestra sociedad y de sus absurdos?
-Sin ninguna duda. ¿Hay algo más absurdo e ineficiente que intentar derrocar a un régimen como el castrista castigando a la población civil y dando coartadas al dictador? El embargo norteamericano es cruel y absurdo y su gran contradicción es que está instigado por los propios cubanos del exilio. En 50 años no se puede avanzar menos, pero lo que sí han logrado es que un régimen que parecía condenado a durar poco tiempo haya podido reírse en las narices de los EE.UU. durante más de medio siglo. Eso es lo que ha conseguido el embargo.
-¿Ud. es de los que piensan que entre los jóvenes cubanos y de otros países, incluido EE.UU., son mayores las similitudes que las diferencias?
-En mi documental puede verse cómo los jóvenes cubanos intentan como pueden integrarse en las corrientes estéticas del llamado primer mundo. A ellos les gustaría tener más libertad y un mejor nivel de vida, pero no todo lo que les ofrece el llamado mundo libre es mejor que lo que ellos tienen. De todas formas, es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.
-Es curioso que la presentación de “Havana Surf” fue censurada en Miami, sin embargo en La Habana no. ¿Por qué? ¿Falta quizás madurez al exilio cubano para entender los cambios que está viviendo la sociedad de su país?
-Al exilio cubano le falta madurez y, aunque los más radicales van desapareciendo, todavía funciona como un clan, y si no estás totalmente a favor de sus ideas, no te dejan pasar en sus festivales cinematográficos. “Havana Surf”, que no es un documental político, ha sido invitado a los festivales de La Habana (Cuba), Santa Barbara (California), Newport Beach (California), Delrey Beach (Florida), Managua (Nicaragua), Bali (Indonesia), San Sebastián Surf Film Festibal y Gijón, y sólo fue rechazada por el Festival Internacional de Cine de Miami, la ciudad del mundo donde más interesa todo lo relativo a Cuba.