Ahí está, resistiendo los embites del tiempo, de la crisis, de la proliferación de las nuevas tecnologías. El Teatro Prendes de Candás es la prueba de que aún queda espacio para los cines “de toda la vida”. Y ahí tiene mucho que decir Alain Fernández, director de lo que ya es una institución, el último de los cines de la Asturias rural, con una programación cultural estable a lo largo de todo el año.
De enero a diciembre, un espectador puede llegar a ver en el Teatro Prendes unas ciento cinco películas, treinta obras de teatro y quince conciertos. Desde luego, es para estar orgulloso.
-El Teatro Prendes se mantiene a flote cuando los demás zozobran. ¿Cuál es el secreto?
-Fue una doble apuesta, social y cultural, pero sobre todo una apuesta del Ayuntamiento de Carreño. Queríamos que fuese un punto de referencia no solamente de Candás sino de toda la comarca en cuanto a oferta cultural diversa: cine, teatro, música, actos sociales, etc. Y que fuese a un precio módico.
-¿Una película para el recuerdo?
–Titanic sin lugar a dudas, fue un punto de inflexión. Pudimos ver en las funciones de aquellos fines de semana gente de todas las edades que después de mucho tiempo regresaba al Teatro Prendes. Otra fue Forrest Gump. Casualmente la programamos el fin de semana siguiente a la entrega de los Oscars y fue un bombazo. Pero realmente lo que está rompiendo moldes más allá de la oferta cinematográfica es el Salón de Teatro Costumbrista Asturiano. Rompe moldes por el éxito de público y también de crítica.
“Lo que está rompiendo moldes más allá de la oferta cinematográfica es el Salón de Teatro Costumbrista Asturiano. Rompe moldes por el éxito de público y también de crítica”
-¿Cuáles son las preferencias del público del siglo XXI?
-Cine y teatro asturiano, claramente. Nuestra oferta cinematográfica va en dos direcciones: todos los fines de semana tenemos película para adultos y película infantil. El teatro costumbrista asturiano, como dije, tiene un auge impresionante. También tienen mucho éxito nuestras campañas de teatro para escolares.
-¿Qué opinan los chavales más jóvenes al ver la película en el teatro ahora que conocen otras salas muy distintas?
-Pues mira, hace poco vine a ver Avatar en horario infantil, y al final de la película, como se hacía antiguamente, los guajes aplaudieron. Eso me satisface muchísimo. El Teatro Prendes tiene comodidades y tecnología, pero mantiene la esencia del cine de barrio, en el que se conoce a la taquillera, al del bar, al portero.
-Son muchos años como director. ¿Cómo lo lleva?
-Llevo quince años dirigiendo el Teatro Prendes y hasta ahora lo llevo bien, pero siempre estoy muy intranquilo. Mi misión es estar siempre alerta para ofrecer a la gente lo mejor y coordinar un trabajo de equipo. No nos podemos dormir en los laureles.