Veinticinco kilómetros de costa a orillas del Cantábrico, nueve playas de aguas limpias y cristalinas, joyas del prerrománico como la Basílica de San Martiño y castros como el de Fazouro, el único excavado y que se conserva musealizado en la costa cantábrica gallega. Así se presenta el municipio gallego de Foz.
No hace falta viajar a países remotos ni invertir tiempo en desplazamientos innecesarios, muy cerca de Asturias, en plena Mariña Lucense se encuentra uno de los enclaves más mágicos de la costa gallega. Foz, ha ido perfilando su historia a golpe de mar. Su pasado guarda historias de piratas normandos que pretendieron saquear el municipio y de antiguos pobladores que construyeron uno de los castros más importantes de la cornisa cantábrica en la bajada de la playa de Arealonga, en la parroquia de Fazouro.
Pero si algo destaca de manera especial en este enclave es la riqueza ecológica y la gran variedad paisajística que alberga. De hecho son varios los distintivos que le han otorgado y que reconocen estos recursos: la Ría de Foz está integrada en la Red Gallega de Espacios Protegidos y está declarada como Zona de Especial Protección de los Valores Naturales, incluida en la Red Natura 2000, y es bien conocido su elevado valor ornitológico. El río Masma y el río Ouro también ostentan el reconocimiento de Zona de Especial Protección de los Valores Naturales y están incluidos en la Red Natura 2000 como Lugar de Importancia Comunitaria.
Para disfrutar de sus paisajes, nada mejor que recorrer las rutas creadas a orillas de las playas y ríos, como el Paseo de Malates, que nos muestra la ría y su entorno o la que recorre las proximidades del río Ouro. Estos paseos son perfectos para realizarlos en familia por la baja dificultad que presentan.
Continuando el recorrido por el litoral del Cantábrico es posible disfrutar de otro de los recursos más turísticos de Foz: sus playas. Nueve arenales, alguno de ellos reconocido con la Bandera Azul como A Rapadoira, Arealonga, Pampillosa Xuncos o la nudista Os Alemáns también llamada Area Brava. Una curiosidad de las playas focenses, principalmente de la de A Rapadoira y Llas, es que están consideradas como las más yodadas de toda España. De sobra son conocidas en la villa las historias de familias de labradores que venían desde el interior de Lugo para tratarse dolencias de huesos con una cura que denominaban la de “Los nueve baños”. Pasado el tiempo, esta tradición se fue consolidando hasta nuestra época en la que especialistas en traumatología y dermatología prescriben a sus pacientes baños en estas playas debido a las propiedades curativas de sus aguas.
El litoral ofrece hermosos arenales y rincones emblemáticos como Os Castelos de Foz, tres pequeños islotes cercanos a la playa de A Rapadoira
Viajando tierra adentro se encuentra la Basílica de San Martiño, declarada Monumento Nacional y catalogada como la Catedral más antigua de España. Es de estilo prerrománico y fue sede episcopal hasta el inicio del siglo XII. En su interior además de encontrarse un retablo pétreo del siglo IX, también reposa el sepulcro del obispo San Gonzalo Dumiense (Bispo Santo) que según cuentan antiguas leyendas hundió con sus rezos una escuadra de piratas normandos que querían saquear Foz. Este mismo obispo fue el responsable de obrar el milagro de que brotase agua de la Fonte da Zapata cuando el pueblo vivió una gran sequía.
Para disfrutar de una de las vistas más bonitas nada mejor que acceder al monte de A Frouxeira. Además de caminar por un entorno de gran belleza se puede visitar el emplazamiento de la Fortaleza del Mariscal Pardo de Cela del que quedan los restos arqueológicos de los recintos de la fortaleza.
Referente en sabores
La privilegiada situación del municipio de Foz permite proporcionar al viajero un amplio abanico gastronómico en el que resaltan de forma especial los productos del mar. La calidad de sus pescados y mariscos es además bien acompañada por una gran variedad de productos de huerta, aunque estos últimos también maridan a la perfección con las carnes y los platos de cuchara que son bien conocidos en el municipio. Este es uno de los rincones que hace gala de una merecida gastronomía gallega, y por eso, la lista de sabores obligados es larga aunque a la hora de citar siempre hay algunos imprescindibles como el pulpo a feira, la empanada, el tradicional caldo gallego o el lacón con grelos.
La repostería también alcanza altas cotas en esta parte de la geografía lucense. Aquí es posible degustar las filloas, uno de los postres típicos en la comunidad gallega que empezó a consumirse en épocas de Carnaval pero acabó conquistando los paladares y se ha instaurado todo el año. También la conocida Tarta de Santiago, que arrasa con apenas cuatro sencillos ingredientes (almendras, huevos, azúcar y canela), aunque en cuestión de repostería las confiterías locales se arman de creatividad para ofrecer dulces propios de esta zona, como la Tarta Normanda.
Pero tal vez el verano invite a que también sea protagonista otro de sus productos: el helado. A las variedades habituales que se pueden encontrar en cualquier lugar hay que añadir una especialmente original importada de un país exótico, que se puede encontrar en la Pizzería A Viela: el ‘I-tim pad’. La elaboración de este helado es especialmente llamativa porque se realiza sobre una plancha de frío que permanece a una temperatura de -25ºC y que permite realizar creaciones personalizadas a gusto del consumidor que pueden incluir además mermelada artesanal, fruta templada, zumo, etc.
Con toda la oferta, la que se alza sobre una base más tradicional y con la que apuesta por la innovación, Foz consigue una jugada ganadora y conquista al visitante con toda variedad de sabores.