Asturias, donde abunda el remangu

No hay que ser de Asturias para compartir los valores de Puru Remangu, pero no viene mal conocer la llingua o contar con algún amigo que pueda explicarte los mensajes que promueve esta marca. La iniciativa que lidera Enar Areces, más allá de ser un proyecto comercial, se ha convertido en una seña de identidad de una generación que apuesta por la cultura feminista y el asturiano.

Cuando Ione Belarra, entonces secretaria general de Podemos, lució en una asamblea una camiseta de Puru Remangu en la que se leía la palabra “fañagüeta” (órgano sexual femenino) seguro que muchos se preguntarían por el significado de esta palabra asturiana, mientras que otros esbozarían una sonrisa. Es lo que tiene una marca que tan pronto reivindica la libertad y normalidad sexual como recomienda hablar con las abuelas (“Fala con to güela”) o te propone tirar de fesoria (azada pequeña) si quieres hacer mindfulness, porque que no hay mayor orgullo que ser de pueblo.

El alma creativa de este proyecto es la gijonesa Enar Areces. Hace apenas dos años, la asturiana todavía vivía en Madrid pero ya entonces tenía claro que quería hacer un proyecto muy personal con raíces en su tierra. No le faltaban ideas a esta joven formada en el mundo de la comunicación y la publicidad, y para calmar esa voz interior que hablaba en asturiano se puso manos a la obra y creó la marca Puru Remangu.

“Siempre se nos dijo a las mujeres que el remangu era tener mucha disposición a hacer cosas relacionadas con la casa, (…) pero para mucha gente es mucho más que todo eso, tiene que ver con la fuerza y la personalidad”

“Como llevaba mucho tiempo fuera me apetecía crear algo propio, un proyecto que estuviese vinculado a Asturias, -explica Enar-. Quería dar mi punto de vista de lo que es pa mí y de lo que también es el remangu, (remango en castellano) un concepto que aquí se entiende muy bien y que tiene muchas connotaciones que pueden ser súper positivas. Siempre se nos dijo a las mujeres que el remangu era tener mucha disposición a hacer cosas relacionadas con la casa, como fregar, barrer, cocinar, atender al marido… pero al final, es como el poderío que se le atribuía a la mujer. Pensé que molaría dar una vuelta al concepto porque para mucha gente es mucho más que todo eso, tiene que ver con la fuerza y la personalidad y, en cierta manera, forma parte del ADN de muchas mujeres”. Ella se ríe y confiesa que el suyo le viene de familia, “mi madre tiene muchísimo remangu y mi abuela también, menos mal que está mi padre que suavizó un poco la cosa porque igual era demasiado”.

La creadora de esta iniciativa escapa de los tópicos y estereotipos habituales que definen Asturias para mostrar una visión más realista y actual del territorio, “somos mucho más que la Santina, Covadonga, la sidra y el queso. Y cuando eso se verbaliza y se pone en valor en positivo, la gente lo apoya” explica la gijonesa, que en esta aventura cuenta con el apoyo incondicional de su compañero Xicu Ariza que, entre otras cosas, gestiona la parte administrativa.

“Asturias es mucho más que la Santina, Covadonga, la sidra y el queso”

El proyecto nació como un hobby que Enar compatibilizaba con su trabajo en la capital española. La primera camiseta fue una básica que apenas llevaba el nombre de la marca y el logotipo de la marca, una raposa, un zorro hembra, con cara de lista. “Le pedí ayuda a una compañera de trabajo, Marta Taboada, para darle forma -explica Areces-. Quería que fuera un animal del norte, que tuviera fuerza pero también picardía y fue cuando pensé en una raposa. Cuando lo vi materializado me di cuenta que era lo que tenía que ser, porque es un animal de aquí pero muchas está veces infravalorado e incluso se tilda de malo. Y esto era como dar la vuelta y llevarlo otra vez al terreno al que yo quería llegar”

El regreso de Enar y Xicu al Principado fue el empujón definitivo. Llegaron un mes antes de empezar la pandemia. Ella, que había dejado un trabajo indefinido para poder volver, se encontró con tiempo suficiente para impulsar el nuevo proyecto. “Empecé a pensar en cómo enfocarlo y ahí fue cuando hicimos la camiseta de ‘Repunante’ que promocionamos en las redes sociales, pero se me fue de las manos por completo. La gente me escribía al móvil, también en Instagram y se disparó el número de peticiones, aquello me desbordaba”. El éxito exigía profesionalizar el proyecto y tuvo que asumir el convertirse en empresaria a marchas forzadas, “no te miento -explica la emprendedora- no había hecho una factura en mi vida, no sabía cuánto era el IVA o cómo se metía el IRPF, no tenía ni idea porque nunca lo había hecho”.

La marca explica que repugnante es la homofobia, el fascismo, el machismo y el patriarcado, mientras que ser ‘repunante’ no es malo y a veces hay que serlo ante ciertas cosas.

Ahora, la ropa de Puru Remangu ya cuenta con muchos seguidores, una comunidad que se identifica con los valores de esta marca, que no solo vende ropa con mensaje, sino que también impulsa acciones sociales, deportivas o culturales que manifiestan su remangu. Entre las primeras, el apoyo al primer equipo de Roller Derby en Asturias. El equipo, conocido como La Güestia, está creado en Bimenes por un grupo de mujeres que practican este deporte minoritario desconocido en la región. “Estas mozas entrenan de manera autogestionada completamente, representan muy bien a la marca porque son puro remango. Hicimos un corto, “Emburriando”, para darlas a conocer”.

La campaña #30DiesConRemangu animó a la gente durante un mes a hablar con sus abuelas y escribir sus reflexiones.

Otra de sus iniciativas más conocidas fue la campaña #30DíesConRemangu que durante un mes animó a la gente a hablar con sus abuelas y escribir sus reflexiones. “La figura de una abuela es el de una persona que tiene su remangu. Para mí era importante visibilizarlas porque es una generación que nunca tuvo un altavoz y me apetecía darles ese hueco. Al principio fue una acción en Instagram, pero yo sabía que al final se convertiría en un libro, un formato mucho más chulo que una red social. Con los treinta y cinco relatos que recibimos de “Fala con to güela” autoeditamos el libro “Güeli”, lo hicimos todos nosotros, la edición, maquetación, distribución, promoción …”
La propia Enar fue una de las que participó con un relato sobre su antecesora, algo que resultó “bastante emotivo e incluso terapéutico, me llevó a reflexionar muchísimo. Te hace ver cuáles son tus valores, ahora animo a la gente que siga tirando del hilo por su cuenta. Nosotros contaremos todo lo que consideremos que merece la pena contar, cosas relacionadas con la identidad asturiana, con la cultura, con el feminismo, pero cuantos más hagamos lo mismo, mejor. Lo ideal es que esto inspire a otros a crear sus proyectos o a participar de otros”

“Pogu, Perréu y Pandereta” definen las tres P de Puru Remangu y también dan nombre a una playlist en Spotify, todo un homenaje al sonido de bandas asturianas.

Sus redes sociales son el altavoz para lemas tan divertidos como comprometidos, muchos de los cuales acaban plasmados en sus productos ‘Pogu, Perréu y Pandereta’ definen las tres P de Puru Remangu y también dan nombre a una playlist en Spotify, todo un homenaje al sonido de bandas asturianas. Ser ‘de pueblu’ o la ‘señaldá’, semejante a la morriña gallega, también están presentes en muchos de ellos. Algunos conceptos solo pertenecen a una órbita asturiana, como ‘Repunante’, que abunda en sus camisetas, bolsos o sudaderas y no se puede traducir literalmente como ‘repugnante’. En su Facebook, la marca explica que repugnante es la homofobia, el fascismo, el machismo y el patriarcado, pero como añade Enar, “ser repunante no es malo, a veces hay que repunar ciertas cosas, un chiste machista, una injusticia. Evidentemente es un concepto muy amplio, y cada una lleva la camiseta como quiera, pero también tenemos derecho a sentirnos un poco repunantes cuando tenemos un mal día en el trabajo o cuando tenemos la regla”

Ahora, la creativa gijonesa sigue proyectando nuevas ideas aunque todavía es pronto para compartirlas. Lo que sí explica es que ya están estudiando algún evento o taller con carácter presencial y que, desde luego, estará vinculado al remangu, un compañero de viaje para el que ya no hay apeaderos posibles.