A veces las ideas que en un primer momento pasan desapercibidas son las que acaban mostrando un gran impacto social. Este caso es el que sin duda muestra el programa Humanización en Oncología que impulsa la Fundación Alimerka a través de una red integrada por el personal de once hospitales en los que está presente la Asociación Española Contra el Cáncer, la Asociación Down Asturias, el CAI de FASAD de Avilés y las entidades de apoyo a familias de niños con cáncer PYFANO y Galbán. El programa ha conseguido el premio a la Colaboración 2019 que otorga la Asociación Española de Fundaciones. Pero lo mejor para sus impulsores son las muestras de agradecimiento que los usuarios hacen llegar a la Fundación tras disfrutar del programa que básicamente se dedica a humanizar las áreas de espera de oncología médica y las reservadas a los pacientes que acuden a quimioterapia. La espera, que puede llegar a ser larga debida a los tratamientos, se hace mucho más llevadera para pacientes y familiares cuando pueden disfrutar de ciertas atenciones: botellines de agua, prensa, snacks, etc.
“La primera vez que escuché la idea me sorprendió porque parece que siempre buscas algo que tenga más eco o un mayor impacto, -explica Antonio Blanco, director de la Fundación Alimerka- pero luego empezaron a informarnos de ciertas realidades que desconocíamos. Nos contaron historias de gente vulnerable, personas que venían solas de ámbitos rurales y que tardaban muchas horas en regresar a su casa. Algunas, con mucho respeto al entorno hospitalario, permanecían sin apenas moverse durante muchas horas por miedo a ser llamadas. Así que el objetivo era reducir la percepción del tiempo en el entorno hospitalario”.
El programa, del que han sido beneficiarios 27.000 familiares y pacientes, tiene una particularidad y es que la reposición de las neveras la hacen chicos de la Asociación Down Asturias en el HUCA y jóvenes con discapacidad intelectual de FASAD, con lo cual el impacto es doble. Esta iniciativa recibió el premio por su carácter integrador.