Luis Núñez ha lanzado junto a su banda Los Folgazanes el disco Blinca en el que se recogen diez temas de folk y pop cantados íntegramente en asturiano. Un hito más en la carrera de este músico y compositor que ha apostado por la honestidad y por ser fiel a su forma de entender la música.
La publicación de este nuevo trabajo prácticamente coincidió con el inicio de la pandemia y eso lo está condicionando todo. Entiende que las cosas han cambiado, pero también piensa que hay que pararse y diseñar una nueva forma de abordar la industria musical. Los años que lleva vinculado a este mundo han ido forjando su carácter, y de las inseguridades propias de los inicios ha pasado a un compromiso absoluto con unas canciones que se desmarcan de los circuitos comerciales. Cada uno de sus temas es una seña de identidad. Puede gustar más o menos, pero la calidad en cada uno de sus trabajos es indiscutible.
-¿Son tiempos extraños para la música?
-Sí, lo son y siempre que te echen un cable y que te apoyen un poco se agradece mucho. Las grandes bandas inglesas y americanas están volviendo a Facebook porque están viendo que el contenido que en su día se volcaba se está perdiendo cuando es un medio de comunicación muy bueno. Yo mismo estoy retomando mi página web donde puedo controlar a mis fans. ¿Quién sabía que iba a venir esto? El disco anterior lo grabé en 2018 y este año me puse a trabajar a mi aire, con una banda de músicos nuevos. Es un disco mucho más pop pero siempre sin abandonar el asturiano como lengua oficial en la que canto, es un tanto híbrido para que tenga canciones de pop y de folk. Busque a los músicos y acabamos haciendo Blinca. El 1 de marzo lo presentamos en Oviedo y entonces llegó la pandemia. Nos habían seleccionado para la final del Liet International 2020, que es un festival de lenguas minoritarias que es como el de Eurovisión que se iba a celebrar en Dinamarca. Hicimos un video clip y estábamos ahí con grupos de Finlandia, pero sobre todo de países con dialectos como en Francia el bretón o en Holanda el flamenco. Teníamos mucha ilusión porque lo iban a retransmitir por la BBC, también en Francia. Era algo muy importante, pero se canceló. Nos quedamos con el disco congelado y sin poder hacer nada.
“Me estoy reinventando, pero el gasto económico que supone y el desgaste físico es terrible”
-¿Cómo se enfoca este momento con un disco recién sacado a la calle?
-Los sitios que teníamos contratados para tocar también se cayeron. Una banda como la que tengo yo con siete músicos y en estos momentos, hay algunos sitios a los que solo puedes llevar tres. Entiendo que las cosas hay que hacerlas así, pero la composición musical no se basa en que seas uno o dos sino en que hay un trabajo hecho de una manera determinada y si uno de ellos no puede venir ¿cómo haces? He tenido que buscarme la vida con una banda más bien pop con batería, bajo, guitarra y voz para poder sacar adelante los conciertos. No quiero decir que esto esté bien o mal porque nosotros estamos encantados de tocar los fines de semana y estamos muy ilusionados, porque creemos que el material que hay es muy bueno y la gente lo dice, pero tienes que adaptar el formato. A esto se suma que no se vende nada porque todo está en las redes y en los canales oficiales. El disco es una tarjeta de visita para las salas, los ayuntamientos o la gente que te entrevista con lo cual los músicos vivíamos del directo así que nos toca la peor parte de esta crisis porque nos han quitado al público. Además, fíjate en la contradicción: no podemos tocar porque viene mucha gente. De todas formas, seguimos ilusionados, ensayando, tengo un estudio de grabación en Gijón y siempre estoy liado con músicos. Tengo una banda que me sigue y, aunque no les pago, están muy a gusto conmigo.
-¿Toca reinventar la forma de hacer música y la manera de hacerla llegar a la gente?
-Yo no me paro a pensar en cómo va a funcionar todo porque soy músico y lo que tengo que hacer son buenas canciones. La otra no es mi parte. Me estoy reinventando, pero el gasto económico que supone y el desgaste físico es terrible. Seguir a alguien por los textos y las músicas como se hacía antes es una batalla bastante más dura, pero es nuestra profesión. Yo llevo haciendo música desde que tenía veinte años, empecé a escucharla a los trece o catorce años y cuando fui más mayor cogí una guitarra, comencé a hacer canciones y se me daba bien porque tenía mucho bagaje musical, he escuchado desde los clásicos del pop y del jazz hasta las bandas de España. Hice mucha música y tuve suerte porque el primer concurso al que me presenté lo gané con la banda que se llamaba Sombrero de Copa y pude grabar un disco, en el segundo festival al que acudí con el grupo Fuera de Serie también gané otro. Hace dos años me dieron el premio a la mejor canción en asturiano, me dieron otro que se llama Tino Casal y eso lógicamente me dio caché, pero no dinero. La verdad es que los premios están muy bien pero no te dan de comer. Me presta porque se reconoce el trabajo que estoy haciendo, además tengo a mi lado a muy buena gente que me ayuda. Siempre se dice que en este negocio o tienes dinero o tienes tiempo. Cuando tienes tiempo lo que haces es cuidar mucho las tomas que haces, buscar buenos músicos. Yo viví en Madrid la buena época de los grandes sellos discográficos y de aquella era muy fácil. Colocabas una maqueta y tenías un departamento entero para ti. Ahora me tengo que hacer la grabación, el diseño del disco… Todo lo tengo que hacer yo para poder sacarlo.
“La verdad es que los premios están muy bien pero no te dan de comer”
-Desde tu punto de vista ¿qué es lo que define este disco?
-Creo que es un disco que reúne lo mejor de los dos anteriores. Este disco cierra una trilogía y no sé si el futuro me va a dar la oportunidad de seguir haciendo música en asturiano porque el mercado se va cerrando cada vez más, la región es muy pequeña y sé que tengo un público minoritario. Como decimos en la web “hago música para una inmensa minoría”. Siempre fui fiel e hice lo que me gustaba y por eso este disco reúne las mejores canciones junto con alguna nueva y este trabajo puede que sea el mejor porque vas cogiendo oficio y madurez. Para este disco vino gente a tocar conmigo, músicos de mucho nivel y eso mola mucho. Siempre me dio vértigo hacer textos porque no domino mucho el asturiano con lo cual me rodeé de gente como Inaciu Galán, Susana Sela o Dani de la Cuesta, les pasé mis temas, ellos los adaptaron al asturiano y yo los canté.
-A estas alturas de tu carrera, ¿qué canciones te interesa cantar?
-Me dicen que escribo muchas canciones de amor, hasta en este disco incluí una de amor hacia un gato. Busqué esta palabra en el diccionario y pone que es una sensación universal de afecto hacia personas, animales o cosas. Está en todos los lados y aunque suena un poco espiritual es lo que nos mueve y ese sentimiento es lo que hoy en día nos saca del ambiente en el que vivimos. Por eso yo trabajo en canciones que toquen los sentimientos. Hay otra canción muy bonita que se llama El filu que habla sobre el hilo invisible que nos une, eso que a veces se dice que tenemos una persona gemela en otro sitio. Esta canción es una adaptación y habla de alguien que está buscando a la persona que quiere a través de la red que hoy en día es el hilo que nos conecta a todos. Hay otra canción muy bonita que se llama Trátame bien que habla del maltrato masculino. No el físico sino el psicológico, sé que hay pocos casos, pero a veces se dan. La gente me dice que tenga cuidado y que no me meta en esos charcos.
Puedes decir que mis canciones no te gustan, o que no te gusta como toco ni como canto, pero no vas a poder decir “menuda mierda” porque lo que hay detrás de todo es un trabajo brutal. En la canción de Trátame bien, que solo es piano y voz, el pianista es cubano y es el que toca con Tamara. Cuando alguien de esta categoría reconoce que el tema es bueno y deja ahí su sello, hace que te sientas bien con lo que estás haciendo.
“Puedes decir que mis canciones no te gustan, o que no te gusta como toco ni como canto, pero no vas a poder decir `menuda mierda´ porque lo que hay detrás de todo es un trabajo brutal”
-Te has mantenido en la música siendo fiel a tus principios. ¿Te sientes orgulloso de esta decisión?
-Cuando era más chaval y tocaba con Fuera de serie hacía canciones más bien pop. Quería triunfar, pero en los circuitos de la época mi música no encajaba, me hubiese gustado, pero no pude entrar nunca. Con lo cual, ahora que ya soy mayor, pienso que me da igual, que si durante veinte años mis canciones no las quisieron poner porque no encajaban, ahora no voy a hacer una versión bacalao de un tema mío para conseguir más visitas en Facebook. No me voy a convertir en el Paquirrín de turno por colocar una canción, ya no. No merece la pena. Ahora directamente me estrello con mi proyecto llegue a donde llegue.
-¿Podrías decir que has tenido éxito?
-Hace unos meses a Ana Hernández que tiene un programa que se llama “Te asombro”, le dijeron que tenía que entrevistar a un tal Luis Núñez y cuando vio que cantaba en asturiano pensó que hacía música regional. Después de escuchar una canción mía me llamó por teléfono y dijo que le había gustado mucho y quería grabarme en directo. Cuando vino a grabar y vio el repertorio que estaba haciendo en el estudio reconoció que se había equivocado. Al final ¿qué es el éxito? Tienes una banda que te sigue, tienes unas canciones bonitas, haces lo que te gusta… Lo del éxito es totalmente personal, apuestas por una música y la llevas adelante, no sabes a dónde vas a llegar, pero lo estás intentando y estás trabajando día a día. Los años van pasando, tú vas evolucionando y creyendo cada vez más en lo que haces.
“Ahora que ya soy mayor, pienso que, si durante veinte años mis canciones no las quisieron poner porque no encajan, ahora no voy a hacer una versión bacalao de un tema mío para conseguir más visitas en Facebook”
-¿Han quedado atrás las dudas y las inseguridades?
-Estoy empezando a ser más feliz ahora que cuando tenía treinta años. Cuando era más joven y estaba luchando por meterme ahí estaba lleno de quimeras: no era tan guapo, no tenía más pelo, no era tan bueno tocando la guitarra o cantando… Tenía un montón de prejuicios y de movidas de este tipo en la cabeza. Ahora estoy relajado, disfruto de lo que tengo, de una canción, no pienso para nada en a quién le va a gustar y todo esto me está dejando una tranquilidad que no tenía. Cuando eres joven todo esto lo sufres y ahora que ya he llegado a donde estoy y me puedo permitir el lujo de ir a mi estudio, encerrarme con un músico, tocar y disfrutar, estoy muy relajado. Por eso últimamente me están saliendo cosas muy bonitas.
-¿Prefieres un público multitudinario o minoritario pero comprometido con la música que haces?
-Prefiero que a mi concierto vengan cuatro personas que tengan mi disco y que hayan escuchado las canciones que no que venga una masa que mañana no se acuerda de ti para nada. Yo he tocado en grandes conciertos, toqué dos veces de telonero de Mecano, también con El último de la fila, Radio Futura, hice cartel con Toreros Muertos, incluso llegué a tocar con un grupo de Vigo que se llama Los Limones. Estuve dos en una compañía gallega que se llama Edigal que llevaba a Los Suaves. Todo esto es muy llamativo y lo ves, pero el trabajo diario de hacer tu música y querer marcar tu estilo es otra cosa. Para mí es vital la calidad musical porque llevo muchos años estudiando y tocando con grandes músicos, pero cuando llega la parte de la letra yo no me quedo en algo sencillo que no dice nada. Los contenidos tratos de buscarlos. No soy un cantante protesta o independentista porque canto en asturiano. Siempre pienso: “pero qué lejos estoy de eso”. Cualquiera que me conozca sabe que no voy por ahí con ninguna bandera reivindicando nada. Canto en asturiano porque, como el gallego, son lenguas que me parecen muy bonitas porque son dulces, románticas, tienen muchos giros y para mí es una aventura. Si canto la misma canción en asturiano y en castellano siempre me gusta más en asturiano, lo cual no quiere decir que el año que viene no haga un disco en castellano para poder llegar a más gente, porque si no voy a tener que bajar la persiana del negocio. El próximo planteamiento será reunir a toda la banda y hablar de lo que vamos a hacer a partir de ahora.
“Prefiero que a mi concierto vengan cuatro personas que tienen mi disco y que hayan escuchado las canciones a que no que venga una masa que mañana no se acuerda de ti para nada”
-¿Versiones o canciones originales?
-A estas alturas me gusta más hablar de la vida porque los músicos lo que hacen es plasmar momentos de sus vidas en las canciones, sobre todo los que hacen cosas originales. No tengo nada en contra de las versiones, pero hay algunas que ya han pasado a la historia. Me encantan, pero los grupos tributo y este tipo de música juega sobre seguro. Lo duro y lo complicado es hacer un repertorio de la nada, que te salgan las canciones mejores o peores, pero que sean originales. Y de todo eso puede que una trascienda y sea una canción brutal con lo cual ya sería algo que estás aportando a la música. Si tú haces tu canción y la cantas con todo el sentimiento del mundo eso tiene todo el valor, por eso admiro tanto a la gente que hace cosas. Siempre lo digo: hagas lo que hagas, haz algo. Estamos llenos de copias, pero puedes aportar algo tuyo.
-¿Entiendes la vida sin música?
-Yo no. Esta pandemia nos ha dejado claro que podemos vivir sin muchas cosas y de esto nos estamos dando cuenta cada día que pasa. Podemos vivir sin tomarnos una cerveza en un bar, sin comprarnos una cazadora que nos gustaba o sin grandes cosas, pero cuando llegas a casa te gusta poner música y si no lo haces lo echas de menos. Está en todos los sitios y si no fuese así sería como vivir en un mundo sordo. Está ahí para alegrarnos, pero también para ponernos melancólicos o nostálgicos. Es un estado de ánimo y sería imposible vivir sin ella, no entendería la vida. Durante la pandemia se vio con la gran cantidad de conciertos que se hicieron a través de las redes, la gente lo necesitaba porque se salía a tocar o a cantar a los balcones. La música siempre tiene que estar ahí.
-¿Tiene nacionalidad?
-Es universal. De hecho, es increíble que cualquier músico de cualquier rincón del mundo triunfe en cualquier sitio. Gracias a las redes puedes llegar a todos los lugares, otra cosa es que trascienda. También está claro que ha mejorado mucho la calidad musical de las bandas, igual que el trabajo de grabaciones y composiciones con lo cual creo que gracias eso he ido a tocar a Escocia, Irlanda, Francia… Tú llevas tu música y la entienden en todos los sitios. Además, cuantas veces sin conocer un idioma escuchamos una canción y estás casi llorando de lo que te transmite. Tú no sabes lo que pasa, pero te atrapa y esa es la magia de la música, es un sentimiento como el amor que es universal, te lleva a donde quieras.
Luis Núñez y Los Folganzanes son una banda formada en 2013 por el guitarrista y cantante Luis Núñez.
Su música es una mezcla de pop, rock y folk cantado en asturiano y siempre con un estilo muy personal otorgado por sus composiciones. En la actualidad la banda está formada por Dani García (arpa, violín y voz), Fabián Fernández (gaita y flautas), Alfredo Trelles (batería), Marcos Díaz (bajo y voz), Armando Fernández y Willy Bigbrown (guitarra).