“En un pueblo de Asturias escondido entre montañas y cerca del río viven ‘Las Salguerinas’. Nadie sabe cuántas son o los años que tienen, pues preguntes a quien preguntes todo el mundo las recuerda de la mima manera”. El 24 de diciembre, como cada Navidad, estas mujeres sabias, unidas a la tierra, generosas, bajan a Pillarno (Castrillón) cargadas de presentes –hechos por ellas– para que al menos por un día mayores y pequeños compartan la inocencia y el espíritu de la Navidad. La víspera de la Nochebuena todo el pueblo se prepara para vivir esta tradición de la mano de la Asociación de Vecinos de Pillarno.
Cuentan que todo lo que saben Las Salguerinas lo aprendieron de sus madres y estas de sus abuelas, y así generación tras generación. Viven juntas de mayo a diciembre y durante ese tiempo trabajan sin descanso para preparar la noche más especial del año. Son fuertes, están vinculadas a la tierra, a la naturaleza; conocen qué plantas han de utilizar para curar, se comunican con los animales y saben predecir el tiempo con solo observar el cielo. Recogen madera para hacer sus tallas, arcilla para modelar las piezas de cerámica y la lana de sus ovejas para tejer diferentes prendas. La noche anterior también preparan un gran surtido de dulces. Cargan todo ello en las alforjas de sus burros, iluminan con un candil el camino y aprovechan la noche más larga para visitar todos los pueblos entregando sus presentes. Dicen que, si estás atento, en medio de la noche puedes escuchar sus madreñas y entonces sabes que se aproximan. También aceptan regalos porque dicen que a veces, con las prisas, no les da tiempo a preparar regalos para todos.
Esta iniciativa nace en 2018 de la mano de la Asociación de Vecinos de Pillarno con la idea de reivindicar el papel de la mujer en estas fechas que, si bien lo tenían antaño –según muchas tradiciones–, fue silenciado en el tiempo. Quieren reivindicar tradiciones para hacer pueblo y en esta tarea están todos involucrados.
“Las Salguerinas” reciben el nombre de un pueblo casi abandonado de la zona denominado La Salguera. Son en realidad personajes ideados por la asociación para dar forma a este proyecto navideño con el objetivo de atraer visitantes y dinamizar turísticamente la zona sur del concejo.
Esta iniciativa nace en 2018 de la mano de la Asociación de Vecinos de Pillarno con la idea de reivindicar el papel de la mujer en torno a las fiestas navideñas.
Está cuidado hasta el más mínimo detalle. Las Salguerinas cuentan con un vestuario diseñado por el propio Constantino Menéndez (Made by kÖs) –implicado desde el principio en este proyecto–, con inspiración histórica y tradicional, pero conservando un aire de fantasía. Los burros los cede uno de los vecinos para esta actividad. Los regalos, que no son de compra sino artículos realizados a mano, son ideados por miembros del grupo vecinal y voluntarios que quieren colaborar y juntos preparan los paquetes que luego se repartirán por las casas. Pero no serán suficientes y por ello cada año, sobre el 10 de diciembre, se deja una gran lechera en la plaza de El Cuadro para que todos los niños/as del pueblo que quieran colaborar puedan depositar un dibujo, una felicitación, una postal o algo hecho por ellos a mano. Todos esos detalles irán destinados a las casas de los más mayores del pueblo que reciben los presentes con mucha ilusión y agradecimiento. Los niños/as que lo deseen también pueden participar en la entrega de regalos a sus mayores.
El 24 de diciembre Las Salguerinas bajan a Pillarno cargadas de presentes para que mayores y pequeños compartan la inocencia y el espíritu de la Navidad.
Se acerca la noche mágica, la más larga del año. Vecinos y visitantes caminan en procesión por las calles con faroles hechos con tarros de cristal y velas encendidas hasta el lugar de encuentro que cada año va cambiando. Allí Las Salguerinas contarán una vez más su historia a los presentes y después comenzarán su ‘peregrinaje’.
Con la recreación de esta tradición se demuestra que existen otras formas de celebrar la Navidad alejadas del consumismo, la ostentación o el despilfarro que se genera en estas fechas, una buena forma de transmitir otros valores a las nuevas generaciones.
Los vecinos quieren dotar de más contenido a Las Salguerinas y para ello estudian la posibilidad de ampliar distintas actividades culturales a lo largo del año para atraer visitantes y dinamizar la zona.
Dadas las fechas en las que estamos, en Pillarno ultiman los preparativos para recibir un año más a sus queridas Salguerinas con los brazos abiertos.
La presencia de la mujer tradición navideña
Con la creación de estos personajes fantásticos los vecinos han querido también reivindicar el papel de la mujer en la tradición navideña y en el medio rural. Desde la asociación reivindican que todos los personajes conocidos de la Navidad como L’Anguleru, el Faroleru, L’Ocleru, a los que se suman Papá Noel o los Reyes Magos, son hombres y son los que siempre entregan los regalos. Algo que en la antigüedad posiblemente no fuera así.
Aunque la tradición asturiana no lo recoge, en Cantabria, por ejemplo, El Esteru –desciende por Navidad a repartir sus regalos–, comparte protagonismo con Las Anjanas, magas de las montañas encargadas de bajar regalos a los niños por la festividad de Reyes. En Galicia, El Apalpador, ese carbonero de barba roja que baja también de las montañas en Nochebuena y reparte regalos y castañas a los niños, se reparte el trabajo con La Apalpadora. En León encontramos a La Güela o la Vieya de la Montaña, un personaje bondadoso que protege a los niños sin que puedan verla y les hace llegar por estas fechas bollos, trozos de pan, chorizo o alguna fruta a través de sus mayores.
Sea como fuere, parece que algo ha quedado grabado en el imaginario colectivo sobre el papel de la mujer. Un cuento, un relato o una tradición dice mucho más que una historia y eso lo sabían las mujeres cuando se reunían en torno al fuego. La mujer ha tenido desde el inicio de las civilizaciones un papel innegable como creadora, transmisora de cultura y sobretodo protectora. Hubo un tiempo en que esto estuvo reconocido. El hecho de que no se las haya nombrado a lo largo de la historia no quiere decir que no hayan estado siempre ahí, también en Navidad.